Narra Bill
Mantengo los ojos cerrados, deseando que mi cuerpo se diluya con el agua que me mece y encuentre la calma. Por que mi ser y mi mente se convirtió en un lugar hostil desde que escuche su despedida, que como bala atravesó mi alma y destrozo todo en mí. Convirtiéndome en fría oscuridad.
"Eres un idiota al pensar que ella se quedara contigo por amor. A ella solo le interesa el dinero. Tu eres solo un cliente más, que paga por un poco de su falso amor", me hablo una voz interna. Que sin sentir remordimiento asesina mis deseos con sus palabras. Soy consciente de mi realidad y por eso quiero romper con las reglas y quiero que ella las haga también.
Quebrando con el peso de mi dolor, me pongo de pie y salgo del baño apresuradamente. La busco con la mirada pero no la encuentro en toda la habitación. Tengo miedo de que ella se haya ido finalmente. Mi pecho se oprime y la sensación de abandono invade.
Me niego a perderla. Por mucho tiempo la busque y no puedo permitir que mis inseguridades me hagan perder esta oportunidad de volver a tenerla conmigo.
Encaro rápidamente a la puerta de entrada y siendo veloz cruzo hacia el pasillo. Observe un lado del pasillo, nada. Pero cuando gire la cabeza hacia los ascensores, mi corazón dio un vuelco cuando la vi parada, esperando la llegada del ascensor.
- ¡No te atrevas a escapar! -vociferé desde mi lugar- no huyas de mí -
Ella no respondió, se quedo inmóvil. Dándome la espalda todo el tiempo. Su silencio me enfado y me acerque a ella. Toque con mi mano su hombro y la obligue a darse vuelta, para descubrir que tenía los ojos cerrados.
- Mírame a los ojos -le exigí, pero ella no hizo caso. Ella no iba a reaccionar a mi enfado. De modo que volví a pedírselo pero esta vez siendo más cauto- Por favor, mírame a los ojos una vez más -pedí. Lleve mis manos hacia su rostro y espere a que Ella aceptara mis caricias a pesar de mi brusquedad.
- Te enseñe todo lo que sé. Accedí a todos tus pedidos y recree para ti, cada una de tus fantasías. Cumplí con los deseos de tu cuerpo pero no puedo darte lo que verdaderamente anhelas -
En sus palabras encontré los mismos sentimientos de resignación y culpa, por una realidad que nos golpea y nos dice lo que no podemos realizar.
- Espere demasiado tiempo por este momento y no voy a arruinarlo otra vez. No esta vez... -murmure en la medida que me acercaba a Ella. Acaricie con delicadeza su mejilla y lo continúe hacia su nuca. Apoye mi frente en la de ella y nos quedamos en silencio. Por los segundos en que cerré los ojos pude revivir todos los momentos que vivimos juntos. -Dejaré todos mis miedos en este silencio, porque ahora solo quiero escuchar el susurrar de mi nombre en tus labios -
Y una dulce sonrisa se formo en los labios de Ella y abrió los ojos, regalándome el océano de su mirar.
- He pecado -murmuro al tiempo que con sus dedos seguían la forma de la cruz de mi brazo- y estoy condenada amarte -
- Entonces compartamos la condena -dije en voz baja, como si fuera un secreto. Busque desesperado sus labios y caí rendido en su contacto.Continuara...