Nicole narra
Cuando llego a casa por la noche me siento tan cansada que lo único que quiero es dormir. Pero como siempre la vida tiene otros planes para mí. Mi mamá está en la cocina. Tiembla y llora golpeando uno de sus pies contra el piso. Cuando me mira se levanta.— ¿Dónde estabas?
—Yo...
—Hank está molesto
— ¿Eso es novedad?
—Nicole...
— ¡Y llegaste perra estúpida! —grita Hank apareciendo
Está ebrio no hace falta averiguarlo mucho.
— ¿Qué quieres de mí?
—No trabajo como idiota todo el tiempo para que estés en la calle todo el día
—Mi mamá trabaja más que tú —replico
— ¡Pero yo soy el hombre de esta casa estúpida perra!
Hank toma mi brazo con su asquerosa mano y me zarandea apretándome haciéndome soltar un grito de dolor.
—Hank... —lo nombra mi mamá pero él la calla mirándola simplemente
Hank me jala por el pasillo hasta mi habitación. Me empuja dentro dejándome caer al suelo metiéndose él también. Comienza a desabrochar su cinturón y entonces se lo que viene. No solo mi cuerpo ya está listo, si no mi mente. No me muevo. No lo hago. Solo me quedo en el suelo y escucho el primer golpe en mi espalda. Hank se acerca quitándome el cárdigan que llevo puesto y golpea con fuerza su cinturón contra mis brazos. El dolor es insoportable. Quema. Como esa vez que me puso la plancha en mi pierna. El dolor es casi similar.
Una vez que termina de zacear su sed de lastimarme se pone su cinto de nuevo y me da una patada en un costado para que quede boca arriba en el suelo. No lloro. No le doy ese gusto desde hace mucho.
— ¡Eso es para que aprendas quien manda aquí pequeña perra!
Sale de mi habitación y cierra la puerta de golpe. Entonces inicia. Mis lágrimas caen en un llanto silencioso, en lo personal los peores. Mi cuerpo dolía, ahora duele el doble. ¿Cuándo terminará esta pesadilla? Que más que pesadilla es mi cruda realidad.
***
Despierto por la mañana con mi cuerpo aún más adolorido que ayer. Me doy un largo baño y luego salgo de casa aprovechando que no hay nadie. Llego con Sofí. Ella también esta solo así que me invita a pasar. Me ofrece un poco de comida que acepto de inmediato y luego vamos a su habitación donde me dejo car suavemente en la cama mientras ella mira con expresión de horror como me quejo.Derek no tarda en aparecer y unirse a nuestra mini reunión.
—Vamos con León —dice él después de un rato—Hoy no Derek —le dice Sofí— Estoy cansada de ayer y no creo que Nico quiera ir
Me remuevo en la cama con dolor. Ambos me miran de inmediato.
— ¿Lo hizo de nuevo? —pregunta Derek
—Sería raro si no —intento bromear
— ¡Maldita sea Nico! —Se queja él— Ese idiota debe pagar, un día de estos va a matarte
—Nico —habla Sofí— ¿Has pensando en volver a la policía?
— ¿Para qué? Para que no me crean y se burlen como suelen hacerlo, no Sofí. Esta es mi vida y no puedo hacer nada
Derek y Sofí se miran entre sí. Saben muy en el fondo que estoy en lo correcto. Durante mucho tiempo lo intente. Llevar a Hank a las autoridades. Pero él simplemente pagaba a su corrupto abogado para que lo librase del caso dejándome ante el juez y la policía como una loca inventa cuentos.
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Una banca en la colina © (Pausada)
Teen FictionElla un desastre visible. Él un desastre oculto. Lo único que tienen en común es Una banca en la colina. Obra registrada en Safe Creative con el código: 1507174649138