38

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A partir de ahora los capítulos tendrán como título el número que son, por ejemplo: este es el capítulo N°38 y por eso se llama "38".

Yo: Tranquilo... No tienes que hablar de ello si no quieres... [Lo cojo en brazos y camino hacia la cama.] Venga... Necesitas descansar... [Lo vuelvo a poner en la cama, pero no me suelta.] ¿Quieres que me tumbe contigo? [Asiente, me suelta, me siento a su lado, él se apoya en mi pecho, me agarra la camiseta y yo lo abrazo mientras le acaricio la cabeza.] Tranquilo... Ya ha pasado...

Al: Lo siento...

Yo: ¿Por qué te disculpas?

Al: Porque siento quien te he engañado... [Frunzo el ceño y hago que me mire a los ojos.]

Yo: Tú no me has engañado, esos tipos te obligaron. Son cosas totalmente distintas. Da igual lo que pase, yo siempre te querré, Alexy, nunca lo olvides. [Le acaricio la mejilla y nos besamos. Al principio él lo hace con algo de miedo, pero luego vuelve ha hacerlo como siempre.]

Al: Te amo... [Juntamos nuestras frentes, cerramos los ojos y yo sonrío.]

Yo: Y yo a ti, Alexy... Te amo más que a nada.

#Narra Castiel#

Después de un rato, Kentin sale de la habitación. Parece más tranquilo, pero sigue preocupado. Sucrette se acerca a él, este mira hacia otro lado, pone las manos en la cinrura, se muerde el labio inferior, sorbe por la nariz y la mira con los ojos llenos de lágrimas.

Kt: No puedo verlo así... [Lo abraza.] En cuanto lo ví... se me partió el alma, Su...

Su: Tranquilo... Lo importante es que está bien... [Empieza a llorar y lo abraza más fuerte. En cuanto se tranquiliza, se sienta y yo le pongo una mano en el hombro a Su.]

Yo: Iré a verle... No voy a quedarme tranquilo si no lo hago.

Su: Claro, ve, le hará bien verte. Yo te espero aquí. [Nos besamos y me voy.]

En cuanto entro, él me mira y yo me siento a su lado.

Yo: Parece que ya estás mejor... Eso me gusta.

Al: Sí... Ver a Armin, a Su y a Kentin me ha ayudado... [Me mira algo confuso.] Pensé que ya te habías ido, como odias los hospitales...

Yo: No podía irme sin asegurarme de que estás bien y sin hablar contigo. [Lo miro a los ojos, intenta abrazarme, pero retrocede antes de tocarme.] Anda, ven aquí. [Lo abrazo y él me apreta un poco.] Puede que no te deje hacerlo de nuevo, así que aprovecha. [Suelta una risilla y me apreta un poco más.]

Al: ¿Qué... Qué pasó con ellos...? [Se separa y me mira algo asustado.]

Yo: Los seguí, pero los perdí en el cruce. [Asiente, baja la cabeza y empieza a jugar con sus manos.] Escucha: pienso encontrar a esos malnacidos y les voy a dar la paliza de sus vidas, incluso si me encierran a mi también. [Me mira sorprendido y yo le pongo una mano en cada mejilla.] Eres como un hermano para mi y no me pienso quedar de brazos cruzados cuando te han hecho semejante salvajada.

Haciendo de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora