Gato encerrado

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Ya han pasado dos meses desde la operación y Castiel ya ha vuelto a casa. Como que va ha hacer lo que el médico le prohibió (comer comida basura y no forzarse demasiado), voy todos los días ha hacerle la comida y ha pasear a Demonio, ya que este es un bruto cuando Castiel lo saca y él debe guardar reposo unos días más.

No hemos vuelto a besarnos ni hemos hablado del tema. ¿Por qué? Ni idea. ¿Acaso lo hizo por aquello de? ¿Le gusto de verdad? Esas preguntas llevan carcomiendome la mente desde entonces. Tengo que hablar con él, lo , pero nunca encuentro el momento.

Ahora estoy en el centro comercial con Kentin y Alexy. El resto de los chicos están en casa de Castiel. Mientras no esté solo puedo estar tranquila.

Al: ¿Nos estás escuchando, Su?

Yo: [Me sobresalto y los miro: están los dos sentados delante mía.] Lo siento, chicos, me distraje un momento.

Kt: No hace falta que lo jures. [Nos reimos.] Te decíamos que teníamos pensado hacer una fiesta para celebrar que Castiel ya está en casa.

Al: Claro que sería en cuanto el médico le deje comer patatillas y esas cosas de nuevo. ¿Qué te parece?

Yo: Es buena idea. Seguro que le gusta. [Estuvimos hablando de la fiesta un rato más y luego yo cambio de tema radicalmente.] ¿Y cómo lleváis eso de ser pareja, tortolitos? [Se sonrojan.] Venga, a mi no me podéis ocultar nada y lo sabéis.

Haciendo de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora