BROTHERS. »m.c & a.i

6- Moms & Boots.

—Pensé que era una broma.

Desde el momento en que habían subido al auto de Ashton, ninguno se había dignado a hablar.

—¿Porqué? No iba a dejarte ahí.

—Solo... no te entiendo. —Se cruzó de piernas.— Me dices cosas horribles, te intentas disculpar y dices cosas peores, me besas, no me hablas y de la nada me invitas a tu casa.

—Yo no te besé.

—Pero no te apartaste. Ese no es el punto.

—Solo quiero ser amable.

Ella rió.

—Como digas, Irwin.

Ashton detuvo el auto y bajó, Shira lo imitó. Estaban frente a una casa sencilla y normal: dos pisos, grande, muchas ventanas, pintada de un violeta oscuro y... no había mucho más que decir. Entraron rápidamente para evitar lo más posible la lluvia.

La entrada daba a un pasillo, y ese pasillo daba a muchas salas hasta culminar en una escalera.

—¿No te pierdes? —Shira no dejaba de ver todo.

Él rió.

—Te acostumbras.

—¡Ashton! —Una señora salió de una de las salas y se acercó a ellos. Su cara de felicidad cambió drásticamente al ver a Shira.— Ash... ¿y tu hermana?

—Se fue con una amiga que le mostraría la ciudad. —Si le decía que en realidad se había ido con un pelirrojo imbécil, Ashton podría asegurar que su madre explotaría.

—Oh, que lindo —su cara decía lo contrario— ¿y ella?

—Ella es Shira, es una... —dudó un segundo, totalmente imperceptible— amiga.

—¿y decidiste que vendría aquí porque...?

Shira suspiró; podía notar el odio irracional de la madre de Ashton hacia ella.

—Porque está lloviendo y no tenía en qué irme a mi casa, —comenzó Shira— Ash fue muy amable al traerme con él. —Sonrió exageradamente, sólo para molestar a la mujer.

—Genial, genial. —La madre de Ashton sonreía— Ashy, ven un segundo.

—Eh, si.

Se fueron hacia lo que parecía ser la cocina, según Shira. No se iba aquedar de brazos cruzados mientras obviamente hablaban sobre ella, así que hizo lo que cualquiera haría en su situación: esconderse detrás de las escaleras a escucharlos; la conversación había iniciado, esperaba poder entender.

—No lo entiendo. —Era Ashton.

—Es simple, no la quiero aquí.

Maldita zorra.

—¿Porqué no? No hizo nada.

—¿Acaso estás ciego, hijo? Es una perra y no quiero que haga nada malo contigo.

¡Qué mierda dice está señora! ¡La perra es ella!

—¡Mamá! No digas eso.

Defiéndeme mejor, Irwin.

—Yo digo lo que quiero. Es mi casa, Ashton Fletcher, y esa zorra chupa vergas no se va a quedar ni un segundo más, ¿entendiste? —Ashton iba a hablar, pero la mujer lo detuvo— No me importa si te convenció de lo contrario, no hace falta verla dos veces para saber lo que es. Espero que no te hayas ilusionado con ella ni nad...

No necesitaba escuchar nada más. Ahora Shira podía entender de dónde habían salido los "genes juzgadores" de Ashton. ¡La había llamado zorra chupa vergas! ¡Esa mujer envidiosa lo era!