Todo lo que ha ocurrido desde la llamada de Tony ha sido como una película de cine mudo, a las que soy tan aficionada, como si todo pasara rápido, en blanco y negro, y las voces se entremezclaran a mi alrededor pero yo no las escuchara.
Aitor se ocupó de todo, consiguió un par de billetes para esa misma noche de vuelta a Asturias y dijo q me acompañaría a ver a Carlos. Quizás siendo médico le den más información que a mi si voy sola.
Luci, Ángel y Mara, se quedan en Ibiza hasta mañana por la tarde porque ya no hay más vuelos hasta entonces.
No recuerdo mucho del viaje, sólo agotamiento, cansancio... El llanto y la angustia me comían por dentro y parecía un auténtico fantasma que se movía por inercia pero en realidad no sabía lo que hacía.
De vez en cuando Aitor intentaba animarme, distrayéndome con cualquier conversación distendida que haga que mi mente se mantenga ocupada.
Al llegar a Asturias, Rosa nos esta esperando en el aeropuerto con el coche. Aitor se ha preocupado de todo y yo hago lo único que me sale en ese momento, le digo un gracias y le doy un beso en la mejilla antes de subirme al coche.
Aitor insiste en que pase primero por mi casa para darme una ducha y comer algo, pero no quiero. Necesito llegar cuanto antes al hospital.
Tony ayer por teléfono me había dado todas el número de habitación y la planta así que una vez cruce las puertas del Hospital como si de un resorte se tratara mis piernas se convirtieron en dos motores de alta potencia y me dirigía a los ascensores como suele decir mi abuela, con orejeras, solo fijando la mirada a mi objetivo. Es entonces cuando siento la mano de Aitor que me agarra el brazo desde atrás y me obliga a girarme para quedar los dos cara a cara.
- Julia, tranquilizante, por favor. Ya te dije que había llamado a un colega y me dijo que esta grave pero estable dentro de la gravedad.
- Quiero verlo - digo dentro de la enajenación que se ha apoderado de mi estas últimas horas.
- Lo vas a ver, pero no quiero verte así, después de todo es tu ex, ¿no?
- ¿A que viene eso? - digo mientras notó que toda mi mala leche se esta empezando a amotinar dentro de mi cuerpo.
- No sé tal mente parece que fuera el hombre de tu vida.
- Sábes que te digo, que te vayas a la mierda.
- Julia...
- Ni Julia ni ostias - mis lágrimas comienzan a brotar otra vez por mis mejillas, pero esta vez son de rabia - Quiero que te vayas. ¡Vete!
- Pero...
- Vete Aitor, ¡Vete! - grito mientras se cierran las puertas del ascensor.Me seco las lágrimas antes de salir del ascensor e intento reponerme.
Al primero que me encuentro es a Tony, que me recibe con un abrazo que agradezco más que nunca.
- ¿Cómo esta? - pregunto con miedo, mientras me separó de su cuerpo.
- Los médicos dicen que lo peor ya ha pasado, lo mantienen sedado y están controlando que no surjan infecciones. Anoche le operaron de urgencia porque tenía una hemorragia interna debido a que una de las balas se le había situado cerca del bazo. Y están muy pendientes de el golpe que tiene en la cabeza.Vuelvo a llorar de nuevo y Tony me vuelve a atraer hacia sus brazos mientras me acaricia espalda con cariño.
- ¿Qué haces aquí? - escucho a mi espalda.
Todo mi cuerpo se tensa, hacia mucho que no escuchaba esa voz y sabía que no me iba a poner las cosas nada fáciles, como siempre.
- Hola, vine en cuanto me enteré - saludo a mi ex-suegra que me mira con cara de pocos amigos.
- No creó que fuera necesario.
- Pilar, no creó que sea el momento - interviene Tony.
- No creó que Carlos tenga muchas ganas de verla aquí cuando despierte.
- No sé si tendrá ganas o no - me defiendo - yo estoy aquí porque creo que es lo que tengo que hacer y porque aunque tú no lo creas, es lo que hubiera hecho tu hijo en el caso contrario.
- Lo sabremos cuando despierte - dice mientras se aleja por el pasillo.
- No le hagas caso, ella también esta nerviosa. - me dice Tony.
- Ya lo sé...
-Anda ven a sentarte un rato, hasta dentro de un par de horas no permiten más visitas.
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Todo pero Nada
RomanceEsta es la historia de Julia y Aitor. dos jóvenes independientes, con ganas de comerse la vida y el deseo de encontrar a esa media naranja, que nos prometen desde que somos pequeños, con la que compartir su vida. Pero el pasado siempre vuelve. Un de...