Capitulo 28 : El destino.

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Para ser un plan totalmente improvisado, me están gustando estas vacaciones exprés en Ibiza.

El sol y las vistas son incomparables, y que no se me malinterprete que no sólo me refiero a las mujeres que pasean con muy poca cantidad de ropa por al isla, ese agua azul verdoso que hace que te sientas como en el paraíso, es algo inexplicable.

Esta mañana me lo he pasado teta, y nunca mejor dicho , en la playa. Luci, la amiga de Julia, es todo un descubrimiento. Hasta hace apenas unas horas pensaba que los de "no hay huevos a..." " a que no te atrevés a..." era cosa de hombres, que nos encanta eso de sacar el orgullo masculino a pasear. Pero no, hay mujeres que son aún peor que nosotros. No tuve que insistir apenas, yo sólo pretendía picarla y pasar un buen rato, nunca pensé que cuando le propusiera entrar al agua corriendo y desnuda iba a aceptar el reto dejándome con la boca más que abierta.

- ¿Quién es el cagón ahora? - gritaba mientras corría, como Dios la trajo al mundo. Sin poder evitarlo me vuelvo a reír como un imbécil sólo de recordarlo.

Hemos comido en una terraza muy chula en primera línea de playa. Aún no he tenido la oportunidad de hablar con Aitor a solas, pero es más que evidente que los problemas que tenía con Julia ya son historia. Dan hasta grimilla, en el buen sentido de la palabra, todo el día colgados el uno del otro como si fueran dos koalas.

Con respecto a Mara, no he intercambiado muchas palabras con ella. Supongo que todo esto haya sido un shock y aún lo estará intentando asimilar.
Llevó escuchando su nombre desde que conocí a Aitor. Su primer amor, la mujer que le rompió el corazón, esa que se fue, de un día para otro, sin dar más señales de vida...
No la culpo, yo creo que hubiera reaccionado mucho peor. Sea lo que sea lo que haya pasado entre ellos,no quiero juzgar a nadie. Pero ver a esa persona después de más de una década, y si fuera poco complicada la situación sumarle el hecho de que tu amiga resulta ser la novia de tu ex, no debe de ser nada fácil.

- Eii, valiente... Deja de pensar en mis tetas, y regresa a la realidad - dice Luci mientras me da un golpe en el brazo y provoca las carcajadas de el resto de la mesa.
- ¿Pero cómo puedes ser tan creída listilla? Si ni si quiera me fijé.

Todos vuelven a estallar en carcajadas, y yo no puedo hacer otra cosa más que reírme también.

Después de comer Mara les pidió a las chicas dar un paseo, quería hablar con las dos a solas, así que yo aproveché para llevarme a Aitor a una cervecería muy chula de San Antonio.

- ¿Tengo que sacar mis armas de abogado para hacerte declarar? - digo mientras disfrutó de una fresquita clara con mucha espuma.
- ¿Qué quieres que te diga? Creó que es obvio que las cosas entre Julia y yo se han aclarado. - dice intentando evitar contacto visual.
- ¿y el resto?
- No sé a que te refieres Ángel...
- No me toques las pelotas Aitor. Claro que sabes de que hablo.
- Si te refieres a Mara... Esta mañana en la playa he hablado con ella.
- ¿Y? - digo algo exasperado por su fata de comunicación.
- Me equivoqué. Llevo diez años guardando rencor, creyendo que no me quería y que se había ido sin importarle nada... Pero no Ángel, fuí un estupido. Tenía que haberme movido, averiguar el por qué y dejar de lamentarme.
- Ehh... No me estoy enterando de nada tío. Se más claro.
- Cáncer, Mara se fue porque tenía cáncer de ovario. - dice sin levantar la vista de su cerveza.

Me quedó paralizado, me hubiera esperado cualquier otro motivo antes que ese. Si yo me he sentido así, no me puedo imaginar como esta mi amigo.

- Pero... Ahora... Ella... - las palabras no quieren salir de mi boca.
- Esta bien, ya esta curada, le han dado el alta y por eso ha vuelto a España.
- ¿Y tú cómo estas?
- Pues no lo sé - dice recostándose hacia atrás en la silla mientras e pasa las manos por el pelo - Estoy feliz con Julia, me da todo lo que necesitó para ser feliz, pero ella, Mara, fue muy importante para mi... Tengo miedo Ángel, tengo miedo a cagarla.
- Eii escuchar una cosa, tú no vas a cagar nada. Sólo tienes que pesar, darle vueltas a esa cabeza de matasanos que tu madre te ha dado y seguir el camino que te haga feliz. Si es Julia pues adelante, y si no estas seguro adelante también. No te agobies.
- Gracias tío. Estas como una cabra pero me hacias mucha falta.

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Después de comer decidí reunir a las chicas y hablar con ellas. Después de sincerarme con Aitor, creo que ya tocaba hacerlo con ellas.

Dimos un largo paseo por la orilla del mar, mojando nuestros pies mientras los niños correteaban y jugaban en la arena a nuestro alrededor.
Comencé como siempre se debe hacer, por el principio. Tengo un retraso, voy al ginecólogo, me diagnostican cáncer y me voy a Londres sin decirle nada a nadie, ni si quiera a Aitor.
Las chicas me escuchan en silencio, dedicándome miradas de complicidad, que debo decir hacen que todo me resulte más fácil.
Cuando acabó de contar mi historia un silencio nos rodea y decido sentarme en la arena, mirando al mar. Julia y Luci me imitan, sentándose una a cada lado mío.

- ¿Estás bien? - dice Julia mientras me agarra la mano con fuerza.
- Sí, ahora mucho mejor. Necesitaba sincerarme, pero no soportó que la gente me mire con pena, con compasión.
- No nos das pena Mara - me dice Luci que me coge de la otra mano imitando a su amiga - nos das envidia.
Me rió sin poder evitarlo.
- No te rías, Luci tiene razón, eres todo un ejemplo de fuerza y valentía. Tienes un corazón enorme Mara. Lo fácil hubiera sido contarlo a todo el mundo cuando te pasó, después de todo tu eras la enferma, tú eras la que tenías el problema y tú eras la que necesitabas protección. Pero no, incluso en ese momento fuiste fuerte, cogiste el toro por los cuernos y ocultaste lo que te pasaba para evitar hacer daño a la gente que querías. - los ojos se me llenan de lágrimas y como si de una plaga se tratara los de Julia y Luci siguen mis pasos - eres una valiente mi niña, y en sólo unos días te has ganado todo mi cariño, pero no sólo eso - la voz de Julia se quiebra y las tres nos apretamos las manos instintivamente - te has ganado todo mi respeto y admiración.

Como no podía ser de otra manera la stres acabamos llorando como tres magdalenas frente a un mar azul verdoso, que en este momento me parece la visión más hermosa del mundo.

Un par de horas después, ya más tranquilas, decidimos ir en busca de los chicos. El ambiente ha dejado la tensión atrás y se ha sustituido por las risas y bromas habituales entre las tres.
Poco antes de llegar a la cervecería donde Aitor y Ángel nos esperaban decido hablar con Julia, necesitó aclararle algo.
- Julia con respecto a Aitor...
- Shh - dice mientras tras hace el gesto de silencio con el dedo sobre su boca - no pasa nada, tranquila.
- Pero necesitó decírtelo. Yo me alegró mucho de que haya encontrado a una mujer como tú. Nadie mejor para hacerle feliz, de verdad. Lo que hubo entre él y yo fue hace demasiado tiempo. No quiero que pienses que...
- Te he dicho que tranquila. Mara... Aitor no es mi propiedad, no hace falta que me digas que me vas a respetar, eso no lo dudo. Los dos estamos ahora bien juntos, disfrutamos el uno del otro. Pero el día que uno de los dos no lo haga, cada uno partirá por su lado y ni tú ni nadie seréis los culpables, sólo él y yo. ¿Entendido? - dice mientras me guiña un ojo.
- Entendido - digo mientras imito su gesto.

El móvil de Julia suena y las tres nos páramos en mitad de la calle.

- Quizás sea Aitor. Están cansados de esperar jaja - dice Luci.
- No es Aitor - dice Julia muy seria - Es Tony.
- ¿Lo vas a coger? - pregunta Luci algo desconcertada.
- No me llamaría si no fuera importante... - y con un gesto que no sabría describir Julia contesta al teléfono.
- Tony es el compañero de curro de su ex, Carlos, son policías - me acalara Luci en susurros.

- No te entiendo nada Tony, habla más despacio - dice Julia en tono nervioso.
- ¿Pero que ha pasado? ¿Cómo esta? - los ojos se le llenan de lágrimas y se sienta en el bordillo, esta claro que algo va mal.
Pasa un minuto en el que Julia no dice nada, sólo solloza y se lleva las manos a la cabeza.
- Vale, Vale, te lo prometo. En cuanto pueda cojo un avión para allá. - cuelga el telefobo mie tras sus ojos encharcados en lágrimas miran al infinito.
- ¿Qué pasa neni? - dice Luci preocupada.
- Es Carlos...
- ¿Que le pasó?
- Acudieron a una llamada por tráfico de drogas y uno de los traficantes le disparó. Esta muy grave, Tony dice que no sabe si saldrá de esta. - dice sin poder dejar de llorar.

Me quedó paralizada, no conozco al tal Carlos, pero hasta a mi se me encoge el corazón de ver a Julia así.
Esta claro que el destino nos prepara sorpresas que a veces no son agradables precisamente...

Todo pero NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora