Capítulo 17

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Estaba fumando un porro cuando el aparato de mierda comienza a sonar, maldeci, ya uno no podía fumarse un porro mañanero sin que lo interrumpieran, deje el porro de lado y revise el jodido teléfono, una llamada de mi madre, demonios, me planteé no atenderlo, pero recordé que recientemente planeaba mudarse con una tal tía, no se si ya lo ha hecho, o si se canceló, no me eh planteado ir a visitarla últimamente, supongo que no lo ha hecho aun ya que sigo mandando el dinero a la misma dirección, suspire cansado y contesté.

-hola mamá-hable con desánimo.

-hijo, porque no me has llamado-cerré los ojos con fuerza, sabía que lo haría incómodo.

-eh estado algo ocupado y se me ha pasado-dije

-últimamente estas muy ocupado-respondió ella con regaño en su voz.

-no es nada fácil conseguir todo el dinero que te mando mamá-dije, ella suspiró.

-Alan, no puedes dejarnos de lado, no a tu familia-dijo ella, pero como pretendía que me apareciera como estoy, echo un asco, tal vez el ejercicio me ha favorecido pero nada del otro mundo, tengo las mismas ojeras, con moretones incluidos, marcas en los brazos, tenía músculos, pero no como antes, si ahora mís huesos son los que ganan músculos, no quería que los chicos, ni ella me vieran así, no era el mismo chico que solía ser.

-lo sé mamá, intento no hacerlo-dije en un susurro, en la línea hubo silencio, hasta que decidió volver a hablar cambiando de tema.

-nos mudaremos mañana-dijo

-me alegro de eso, déjame la dirección para así poder seguir mandando el dinero.

-¿no vendrás a despedirte?

-no lo sé mamá, tengo trabajo..

-los chicos te extrañan Alan..yo extraño a mi hijo-dijo en un susurro, esto me partía el alma un poco más de lo que ya la tengo, me gustaría que supiera que no intentó dejarla de lado, sino que me da vergüenza de mi, la culpa de todas esas personas recaen en mis hombros, no es fácil fingir estar feliz con todo eso sobre tus hombros.

-haré lo posible por ir, si no voy, podría ir a visitarlos más adelante.

-espero que hagas lo posible por venir.

-lo intentare, nos vemos después-respondi colgando la llamada, volvi a tomar el porro cerrando con fuerza los ojos, maldición, después de la matanza que hice posible en la guarida de los Rodríguez no sé como veré a mi madre a la cara fingiendo que soy el mismo pendejo de antes, si antes siquiera en peleas me metía, ahora mató sin compasión, era un asco de persona, siento tanto asco en lo que me eh convertido que evitó mirarme al espejo, suena de locos, pero no podía cargar con la culpa y tristeza con la que brillan mis ojos, era demasiado para mi, inhale fuerte el porro y vote el humo espeso, era lo más relajante que tenía, sin esto seguro no podría trabajar; me levanté de la cama ya después de que el porro haya dado la nota suficiente como para trabajar con estos desperdicios humanos, me puse unas Bermudas y una simple franela negra, me puse una gorra y unas vans, salí de la habitación con intención de dar la pequeña charla que tenía planeado, al llegar todos miraron hacia mi, el porro no me dejaba pensar con claridad, era lo bastante bueno y malo a la vez, podía ver como con tan solo mirarme recordaban la noche de ayer, pero eso era su trabajo y no podía sentirme culpable, no ahora, cerré todos los buenos pensamientos que aún me quedan y volvi a ser aquel hombre sin sentimiento alguno.

-no quiero una sola palabra de esto al cualquier otro grupo, ni a nadie, no quiero que nadie además de ustedes sepan lo que ocurrió ayer-dije con voz ronca y con el ceño fruncido.

-creo que ayer te excediste, Alan-hablo Alex, reí sin gracia alguna.

-con que mierdas.crees que trabajas Alex, este es su trabajo, de ahora en adelante será así entienden!? Nadie nunca más creerá que somos el grupo más débil, se acabaron los juegos de niños, si seremos traficantes, lo seremos de verdad-dije mirandolos a todos-se acabo solo la repartición de droga en el sector, la repetiremos más allá de nuestra guarida, pero antes tenemos que equiparnos como es debido entienden? Quiero una habitación llena de armas, aquellos que tengan miedo, quiero que se retiren ahora, porque después no se podrá, Ya no habrá vuelta atrás-dije con decisión, todos abrieron los ojos como platos no esperaban que fuéra tan lejos, escuche una risa de parte de Joel y vi como se acercaba a mi y se paraba justo enfrente, a mi lado.

-te equivocas Alan-dijo Joel riendo, lo mire con confundidos, se supone
que el me apoyaría en esto, todos relajaron sus expresiónes notablemente aliviados.

-¿aque te refieres Joel?-pregunté mirándolo fijo, fue entonces cuando se mondio el labio inferior y sonrió hacia a mi.

-su garantía de salirse duro hasta mañana, crees que dejaría que se fueran después de a ver visto lo de ayer, eso nos podría poner en un gran peligro amigo-dijo Joel con una expresión aterradora, haciendo que me recorriera un escalofrío por la espina, mire hacia los chicos quienes habían adoptado una expresión sería en el rostro.

-tienes razón-dije pensativo, sonrió amplio hacia mi y volvio la vista los chicos.

-mañana comenzaremos una clase de entrenamiento para esto chicos, espero que se Alisten, hasta entonces-dijo antes de salir de la habitación.

-esto es una locura-murmuró alex, camine hacia el con decisión y lo tome del cuello.

-!estoy cansado de escuchar tus malditas quejas, pedazo de mierda! Para ya con tus temblores y hazte macho de una vez!-grite en su cara, cerró los ojos con fuerza, apreté lo dientes reteniendo las ganas de golpearlo todo lo que podia-que sea la última vez que me andes con miedo, a menos que quieras acabar con esto-dije cerca de su rostro, respire hondo y lo solté, me eche hacia atrás mirándolos a todos y salí de la habitación con grandes zancadas.

Salí de el almacén con decisión, necesitaba respirar aire puro y no ese olor a tabaco que tanto me atraía; me dirigí hacia el parque que quedaba casi al frente del hospital, donde comenzó todo, reí irónico de mi situación si vine aquí desesperado y aquí estoy de nuevo, desesperado, mire los alrededores, era un lugar pijo de día, ya no me parecía tan horripilante como la ultima vez, este lugar pijo me trae malos recuerdos, pero no es el responsable de que mi vida siempre haya ido en decaída, sonreí ante el ambiente, la fresca brisa azotaba contra mi rostro, haciendo meser mi cabello, era reconfortante.

-disfrutando de hermoso clima?-pregunto una voz femenina a mis espaldas, gire y vi a la chica que trabaja en el hospital con su típica ropa de enfermera.

-más o menos-respondí con mi voz ronca, estaba buena, pero dudo que quiera que me la tire solo por una noche, siempre a sido del tipo de chicas de "compromiso".

-teníamos tiempo sin vernos Alan, donde te habías metido-pregunto sentándose en el banquito donde me encontraba, volvi la mirada hacia el frente.

-me extrañabas amor?-pregunté sonriendo, se sonrojo un poco antes de darme un puñetazo amistoso en el hombro.

-la verdad es que si, porque no recuperas el tiempo perdido-pregunto sonriendo, la mire confundido.

-¿como recupero el tiempo perdido?

-puedes invitarme a salir-dijo, no me esperaba eso, si era ella la que siempre saltaba de mi, ¿ahora quiere que la invite a algún lugar? Vale, esta chica esta loca.

-claro, adonde te apetece ir?-pregunté
-no lo sé, podríamos cenar o ver una película o tomarnos unas copas, Como decidas

-bien, entonces el sábado nos encontraremos en LeanOn- a las ocho-dije, mencionandole el pequeño bar que queda cerca de aquí.

-LeanOn me parece bien, nos vemos allá entonces-dice levantándose del asiento-nos vemos el sábado entonces, hasta entonces Alan-dijo besandome la mejilla, sonreí de lado, guiñandole un ojo.

-hasta luego, amor-dije, ella río y se dirigió hacia el hospital, no me caería mal un polvo para olvidar un rato, si hace algunos días que no me tiro a nadie, mi teléfono comienza a vibrar en mis bolsillos, al sacarlo leo el nombre de mamá en la pantalla y decido pasar de el, los visitaré pronto, lo prometo, pero este no es el día, dedicaré lo que queda de el a hacer algo de ejercicio, me siento culpable por ignorar las llamadas de mamá, pero hablar con ella me hará sentir peor, así que lo ahorraré para después.

Una historia complicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora