—¿Qué? —balbuceé, arrastrando cada palabra mientras las comprendía y trataba de darle significado a cada una. Él sonrió y yo me sentí ausente.
Demasiada información para una persona. Y más para mí. Él rio, más bien, se carcajeo por mi cara. ¿Qué más quería? Tenía los labios secos de repente y podría apostar a que mis ojos se habían desorbitado por la sorpresa e impresión.
—Qué creo que estás lista para que practiquemos, bueno, practiques —se corrigió, nervioso y aún seguía sin entender.¿Así nada más? Un par bailes, interacción, besos ¿Y a la cama?
—Espera un momento ¿quieres que tenga ya relaciones? —remarqué con la voz la palabra "ya" y él sonrió una vez más.
—Si —contestó.
—¿Con quién? —pregunto interesada.
—Sorpresa —respondió y ya me estaba cansando. ¿Respondería solo con monosílabos?
—¿Sorpresa? ¿Qué crees? ¿Qué perderé mi virginidad con cualquier idiota que se cruce en mi camino?
—Cuando yo te conocí eso era lo que hacías —touche.Él tenía razón. Eso era lo que yo hacía. Pero bueno, de los errores se aprende. Y había cambiado mi modo de ver mi "problema". Muchas chicas deseaban poder perder la virginidad con el hombre que querían y que de verdad se la merecían. Y digamos que esto era algo así como un privilegio.
—Pues ahora cambie de opinión. No pienso darle el privilegio de obtener mi virginidad a un completo desconocido. Así que no cuentes con qué practicaré aun lo del sexo.
—¿Cuánto más quieres esperar entonces?
—Cuando me sienta preparada mentalmente de que es a él a quien debo entregársela.
—Y, ¿tienes al candidato?"Si, tú." Pensé en mi mente, mirándolo. Pero no podía decírselo, tampoco podría decir cualquier nombre, así que la mentira más convincente seria que...
—Nop.
—¿Entonces?
—Tendré que conocerlo.
—Eso llevara mucho tiempo.
—¿Cuál es la prisa? —pregunté y él bufó. Estaba bien, me estaba contradiciendo yo sola. Pero, es que, era demasiado difícil decirle:
Eres el chico con quien estaría más que encantada perder la virginidad. ¿Qué tal si lo hacemos el día que tu quieras en ese hotel que arrendaste? Era idiota, estúpido y absurdo. Se supone que él es mi sexólogo, no con la persona que debía experimentar la sensación de sentirlo entre mis piernas. Él no era el chico que debía hacerme llegar a mi primer orgasmo. Él no era el chico con quien debía despertar todos los días desnudos en una cama a la mañana siguiente. Él no era el chico con quien debía perder mi virginidad.Porque aunque yo quería con toda mi alma que esto se cumpliese. Sé que por parte de él no.
—Esta bien, sigamos entonces, creo que tendré que guardar la habitación de hotel para otra oportunidad. ¿Sara aún esta en el pase libre con su novio? —preguntó y sentí mi cara hervir de furia. Era un...
—No, se arreglaron hace una semana. Y sé que Sara es bastante inteligente como para involucrarse alguna vez contigo.Al parece mi ultima frase le causo gracias. Porque comenzó a reír descontroladamente. Como de burla. ¿Es qué Sara se había acostado con él, ya?
—Espera un momento. ¿Sara se acostó contigo? —quise saber. Bueno, esto me hacía ponerme aún más roja de furia.Ella jamás me había contado de su aventura con mí ahora sexólogo y chico que me gusta. Es una perra, se suponía que éramos mejores amigas. Que nos contábamos todo.
—Solo una vez —respondió. Y cerré los puños con una fuerza realmente extraordinaria. Hasta me estaba haciendo daño con mis uñas, incrustándomelas en la piel de mis palmas. — Ambos estábamos borrachos. Y fue hace mucho. Cuando ella venía para que la influyera en más cosas sobre el buen sexo.Vale. No necesitaba tanta explicación señor Maslow. Con un "si" me hubiera bastado. Tampoco quería saber que con Sara habían experimentado un buen sexo.
—Acepto —respondí. Y él me miro confundido.
—¿Aceptas qué?
—Acepto comenzar a practicar el sexo. Pero deberás instruirme toda esta semana sobre lo que debo hacer o no. Como debo moverme, como debo sacarle la ropa y como disfrutar del verdadero placer — él asintió aturdido y sonreí con astucia. — Pero, tengo una condición.
—¿Cuál?
—Quiero que tú estés allí.
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Virgen A Los 25 (James Maslow y Tu) ADAPTADA
RomanceSu mala experiencia sexual le hace tomar medidas desesperadas: pedirle consejos a su mejor amiga quien le recomienda visitar a un famoso sexólogo llamado James Maslow. Él realmente interesado por el problema de _____, decide ayudarla, dándole cons...