Capitulo15

2.9K 114 1
                                    

MARATON 5/5 SI NO COMENTAN NI VOTAN NO VOLVERE HACER UNO HE DICHO!

Estaba atónita. Si bien el se habia comportado grosero, no habia llegado a más que una cachetada...pero esta vez? Se habia pasado.
Mi cuerpo palpitaba, de dolor, y temor.
Mis piernas no respondían, solo temblaban.
Mis manos me cubrian el abdomen que sangraba.
Todavía no me animaba a levantar la remera...tenía miedo.
Mis lagrimas no cesaban. Pensaba en armar mi maleta e irme. Pero...es muy facil decirlo.
Vivo con el mismísimo demonio, no podría salir de aquí...el me golpearía, y a estas instancias tenia miedo...porque creía que me mataría.
Después de ese momento comprobé, que no me servia mucho hacerle la guerra. Ya que de una u otra forma. El me golpearía.
Pensé en llamar a mi madre, pero estaba segura que llamaría a la policia.
Luego me pregunté ¿Por qué no quieres denunciarlo?
La realidad era que si llamaba a la policía, no dudarían en meterlo preso, y por alguna razón no quería alejarlo de mi.
Llegue a la conclusión de que amaba el peligro, el llorar, y el sentir dolor, fisica y mentalmente.
Solo una loca se quedaría en un lugar en donde la golpean, y la tratan mal.
Pero algo habia en Sebastian.
No se si era la lujuria y el deseo, que se hizo presente ni bien nos conocimos. O si era que lo amaba tanto...que no podia dejarlo, porque mi alma se iría con el.
Tal vez...eran las dos opciones.
La realidad era que cada vez que lo veía, mis piernas temblaban, y lo amaba...lo amaba muchisimo.
Y el lo sabia.
No. No lo sabia con certeza. Ya que si supiese que lo amo como a nada, no pensaría cosas absurdas como que lo engaño...con alguien a quien nunca eh visto ni siquiera lo conozco.
Complejo. Esa era la palabra que describía perfectamente a Sebastian.
Me amaba? No lo se. Su actitud no lo demuestra.
Era un cobarde.
Luego me puse a hacer hipótesis mentalmente.
Si el fuese, inteligente. Que de hecho lo es. Nunca hubiese traído a Cindy a nuestra casa.
Nunca.
Pensé en la conversación con Jan Carlo.
''Finges que tienes un amante, pero en cuanto sales de tu casa corres a lo de Villalobos'' o algo asi era.
Okey. Algo que sabia perfectamente es que Jan Carlo nos tenia controlados, sabia todo.
Horarios de salida, horarios de trabajo, de la cena...de todo.
Eh incluso estaba al tanto de todas nuestras peleas!
O sea que lo que decía Jan Carlo...puede...hipotéticamente hablando, ser cierto.
Tal vez, y solo tal vez, Sebastian finja tener un amante, solo porque, supuestamente yo lo tengo.
Por eso se molesta conmigo.
Teóricamente si ambos tuviésemos un amante, estaría todo bien , y los celos no aparecerían. Normalmente tendría que ser yo la celosa.
Eso me llevaba a la conclusión de que Sebastian no tenía un amante.
Sonreí.
Decidí bajar a hablar con el. Pero el dolor me inundó nuevamente, me hizo bajar hacia la realidad.
Que no tuviese un amante, no quitaba su estúpida reacción de golpearme sin parar.
Como en Crepúsculo. Cuando Edward tiene que salvarla, pero una vez que comienza a chuparle la sangre, no puede parar?
Bueno algo asi.
Sonreí ante mi pensamiento estúpido.
Aquello no tenia nada que ver con una absurda película de vampiros.
Pero otra vez, hipotéticamente hablando, tenía razón.
Sus ojos eran mas oscuros, y parecía poseído.
Su cara demostraba querer parar, pero luego era como su una sobredosis de ira lo inundara, y volvía a pegarme, una y otra vez. Como si no pudiese parar.
Un dolor en el alma, me hizo sollozar nuevamente. Estaba segura que no podría dormir con esas imágenes atormentándome una y otra vez.

Nuevamente pensé en irme...
Lo haría. Estaba cansada de vivir con el peligro, de estar al borde de la muerte y llorar como una estupida.
No tenia 30 años! Quería vivir la vida, ser felíz con alguien que me haga felíz.
Decididamente en el único horario que Sebastian no estaba era de mañana. Porque últimamente está llegando mas temprano a casa.
Me levantaría a las 7:OO, haría mi bolso, e iría hacia el aeropuerto.
Si! Me voy del país. Pienso que sería una total estupidez quedarme en _______(tupais), ya que con todos los contactos que tiene Arango, me encontraría en un dos por tres.
Asi que, ya está decidido. Me voy.
Dejo a Arango, dejo su casa, dejo mi amor por el...dejo el peligro.

En un momento llegué a cerrar los ojos. El sueño me había dominado.
Por alguna extraña razón soñé con una realidad totalmente paralela. En donde Sebastian y yo estábamos enamorados...el me amaba, y me trataba bien.
Sumisa en mi sueño, recuerdo haber torcido una mueca. Acomodarme sobre la cama, y seguir durmiendo.
Volví a soñar lo mismo.
Pude llegar a distinguir el lugar.
Era la estancia Hallson De'Kill, donde había sido mi luna de miel.
Había mucho pasto, y lo vi. Me vi. A mi misma.
Estábamos abrazados. Yo era como un fantasma, porque ellos no me veían, pero yo estaba en frente de ellos.
Contemplé la imagen con mucha admiración, deseando que todo sea como antes.
Lo miré a los ojos, y coloqué mi mano en su mejilla. Y su piel se erizó.
Luego de eso, bajo la vista hacia mi otro ''yo'' y me besó.
Pero luego. Instantáneamente su mirada se tornó negra. Como la noche.
La pradera verde que había antes no estaba. El fondo se había tornado a negro, con una pequeña iluminación.
Comprendí entonces que era nuestra habitación.
El tomó a mi otro ''yo'' y comenzó a golpearlo.
Era como estar viendo la situación que había pasado en primera persona, pero ahora la vivía desde un narrador externo.
Era como ver una película.
Lo raro es que me dolió mucho mas, verlo que sentirlo.
Sus ojos estaban oscuros, como la noche.
Tenía miedo. Mucho miedo. Sentía mucha debilidad hacia esa clase de mounstro que se presentaba en mis sueños.
Luego sentí un temblor. Y abrí los ojos.
Estaba en la habitación, pero no estaba sola.
A mi lado estaba Sebastian mirándome. Pero esta vez no pude leer su rostro.
Pensé en darme vuelta y seguir durmiendo pero en el intento me quejé, y me acordé de las heridas, y quise llorar.
El bajó la mirada hacia mi estómago y tragó saliva sonoramente.
-S-sería...mejor que...te bañaras.
Lo miré seriamente, su rostro estaba diferente, sentía lástima?
Al diablo con el.
Estaba segura que si me enfrentaba a él...probablemente terminaría en una caja hermética de madera, muerta por violencia doméstica.
-Debes...limpiarte la... -tragó saliva nuevamente- ...sangre.
Sin decirle nada intenté pararme pero no pude. Era como tener el abdomen acalambrado.
Él intentó agarrarme.
-No!
El no dijo nada, solo se quedo observando.
Me paré con mucho cuidado. Quería llorar, me dolía muchísimo...todo el cuerpo.
-Quieres que llame al médico?
Me dijo en voz baja.
Lo miré incrédula.
-Enserio?...que piensas? En cuanto el doctor me vea vamos a tener a toda la policía en la puerta de casa...se nota a millas que me golpeas.
El calló por un segundo.
-L-lo siento.
Tenía mucha rabia contenida dentro de mi. Apenas me podía parar y me pide perdón?
-Sabes cuantas veces me has dicho eso?...sabes cuantas promesas estúpidas has roto, todo por creerles a todos, menos a tu propia esposa?
-Yo-yo no me puedo controlar.
-Eso lo eh notado!
Caminé a paso rengo hacia el baño.
Encendí la luz, y quedé espantada por la imagen en el espejo.
Estaba arruinada, tenia los labios partidos y toda la remera manchada de sangre, y tenía una pequeña sombra en el ojo izquierdo, pero sabía que mañana se iba a notar.
Mis lágrimas se asomaban, pero apreté fuertemente mis ojos para no llorar delante de el.

Quiero ver tu cara cuando mañana ya no esté, maldito.

Me quité la remera.
Mi estómago estaba morado, y tenía varios rasguños.
Mis piernas estaban golpeadas, pero no se notaba tanto.
Me desnudé por completo, y cuanto mas me quitaba la ropa, mas espantada estaba.

Es un maldito.

Me bañé con mucho cuidado, y cuando salí estaba Sebastian con una toalla en su mano.
Pero mantenía los ojos cerrados.
Me acerqué y le tomé la toalla bruscamente, pero el siguió sin abrir los ojos.
-Que? -pregunté incrédula- ...No puedes ver lo que tu mismo hiciste?
El no dijo nada, abrio los ojos despacio y me miró.
Yo contenía el llanto lo mas que podía.
Cerré los ojos.
Siento dos manos que me abrasan.
Me puse tensa y el lo notó.
Estaba de espaldas a el. Y el sumergió su naríz en mi cabello y comenzó a llorar.
Luego me besó la oreja. Una, dos, tres veces, pero yo seguía quieta.
-Lo siento...lo siento mi amor....enserio...yo....
No pudo decir mas, porque se largó a llorar, como nunca lo había visto.
-No lograrás nada con pedir perdon y llorar. -Dije fría. Si pensaba que lo iba a perdonar y que me iba a quedar en _____(tupaís) está muy equivocado.
-Lo se...mi amor perdóname.
-Suéltame!
-No...por favor...
-Me...me lastimas!
El me soltó de inmediato.
Me quedó mirando fijamente mientras se secaba las lagrimas.
Yo salí del baño y me vestí como pude. Con el dolor de mis caderas, y las punzadas constantes de mi abdomen.
Me acosté, y miré hacia mi lado. Sebastian estaba acostado mirándome, mientras las lágrimas salían de sus ojos.
Admito que me dolió verlo así...pero el no tiene compasión de mi cuando me golpea, y yo no iba a demostrar debilidad.
Yo me acosté boca arriba, pero aún mi mirada se chocaba con la suya.
Cerré los ojos para poder dormir, cuando su pulgar se deposita en mi mejilla, haciéndome erizar.
Luego siento el movimiento del colchón, y su respiración en mi cuello.
Yo no me moví. Tampoco quería ni mirarlo, ni discutir.
Sus labios se depositaron en mi cuello, y su mano se enredó en mis cabellos mojados.
Se llevó un mechón hacia la nariz, mientras yo abría los ojos lentamente.
Su mirada miel se depositó en mi cuello, y se acercó nuevamente.
Pasó su nariz suavemente, mientras lentamente depositaba besos en el.

Es un maldito, sabe que es mi punto débil. Debe ser el de muchas también, pero el sabe...que si me besa el cuello...me entrego de una manera pasional y desenfrenada, que un día el me tuvo que pedir que parara...porque estaba cansado...Arango sal ya mismo de mi cuello!

Eso era lo que pensaba...pero ni mi boca, ni mucho menos mi cuerpo reaccionaba.
Sus besos empezaban a hacerse húmedos, y no solo utilizaba sus labios, si no también su lengua, arma de guerra de un hombre, para combatir a la mujer.
Es que eso era cierto...al menos en mi ''matrimonio'' así lo era.
En la cama era como un concurso de quien seduce a quien. Quien sabe usar mejores sus armas de seducción y quien era el primero que se rendía...y rogaba...literalmente.

La mayoría de las veces...caíamos juntos en el deseo y la lujuria...pero en algunas excepciones...vergonzosamente tenía que rogar...y a veces todo lo contrario. Si bien Sebastian no ruega, notaba que se aceleraba, y su pulso aumentaba, y ahí yo me subía arriba de el y lo detenía. Amaba volverlo loco, y desesperado.
Si hay algo que nunca faltó en nuestra relación fue el deseo y la pasión, de eso no había dudas.
Sonreí ante ese pensamiento un poco incomodo, dado que ya no era igual que antes...todo había cambiado, y nunca sería igual.
Volví a la realidad con un gemido, cuando el clavó sus dientes en mi cuello, dejando chupones demasiado marcados, mientras su mano tocaba suavemente mis pezones.
El no estaba arriba de mi, ya que era conciente de mis heridas.
El tenía una pierna sobre la mia, su masculinidad quedaba clavada en mi muslo derecho, mientras el se encargaba de besarme el cuello con desenfreno y pasión.
Luego noté como yo me estaba entregando a el, después de todo lo que me hizo...iba a permitírselo?
Tenía miedo...y a estas instancias estaba muy excitada. El poder que ejercía Sebastian sobre mi era sorprendente.
Otro gemido se escapó de mis labios.
Su mano había bajado hacia mi ropa interior. Lo sorprendente es que solo había rozado su mano contra la misma.
Su boca se movía sobre mi cuello. Lo succionaba y lo mordía como si viviera de ello.
-Eres deliciosa...-dijo sobre mi cuello.
En otras oportunidades hubiese sonreído, pero no.
-Ba-basta!
Dije intentando alejarme, pero estaba inmóvil por mi dolor corporal, y porque una de mis piernas estaba atrapada por la de Sebastian.
El no respondió a mi pedido, e intensificó sus actos, robándome mas gemidos.

-Sueltame! -le grité. El me miró y me besó suavemente los labios.
-Vamos cariño...sabes que lo quieres...quieres que te haga el amor...no te hagas la difícil.-dijo volviendo hacia mi cuello.
-P-pero tu te haces....o eres idiota?? Si no me sueltas juro que levanto el maldito teléfono y en menos de 5 segundos estará la policía en la puerta de casa.
- _______...por favor yo...
-Quitate de encima
El obedeció y se acostó para dormir.

------------------------------------

Marido Golpeador - Sebastian ArangoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora