C.23

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La excitación ya se hacía notar. El denso calor en la habitación me abrumaba e irritaba. Solo pensaba en mis labios...en que hacía un segundo estaban sobre los de él. Besándonos como si nunca hubiese pasado nada. ¡Y no! Pasaba...y pasaba mucho.
El miraba de costado ¿arrepentido? ¿conmocionado? no lo lograba identificar. Un aire sensual me recorrió completamente y quise lanzarme en sus brazos y reclamar sus labios, sus labios eran míos...ni de Lupe, ni de Cindy! ¡mios!
¿Que rayos me pasa? Sus labios son de él. Ahora es libre, es soltero! No lo quiero mas en mi vida.
¿A quien quiero engañar?
Su presencia comenzaba a irritarme. De por si, era muy sensual....súmenle que tiene los labios rojos y el cabello despeinado.
¡Que se vaya!, ¡que se vaya!
-Te pediré por favor...que te retires.
Sonó mas como una súplica. Pero al menos había roto el incómodo silencio de minuto y medio.
El miró expectante. Memorizó cada facción, y gesto. Para luego darse vuelta e ir hacia la puerta.
¿Eso es todo? ¿no va a arrodillarse? ¿a pedirme mil veces perdón y llorar? ¡maldito seas Arango
Suspiré frustrada. Y el se percató.
-No te emociones cariño....te dije que volví por ti, y no pienso irme, a no ser que vuelvas conmigo.
-¿Eso es todo? No tienes cara. Maldito seas. Vienes, me besas y ¿te vas?
-Conociéndote, si fuera y te besara como me gustaría me cortarías las pelotas. Ni hablar si intento hacerte el amor. Asi que mejor me voy....y te dejo pensar.
Se dió vuelta nuevamente.
-Pensar?...quieres que piense? Bueno...pienso que, deberías dejarme en paz, hacer tu vida, tu por tu lado y yo por el mío. Alejados. Por completo. Yo no se de ti, tú no sabes de mi. -solté bruscamente haciendo señas exageradas con las manos.
El me miró con un brillo de tristeza en sus ojos, y tuve que mantener la compostura para no tirarme al piso a llorar.
Nunca lo había visto tan débil.
Pero a mi ¿que rayos me importaba? De seguro el no vio como estaba yo debajo de la remera. Lo de la cara se solucionó con un poco de maquillaje....pero en el estómago lo único que pude hacer es untarme una crema anti inflamatoria. Pero no sirvió de mucho.
Las lágrimas amenazaron de nuevo. Pero no mas.
-Vete....estoy esperando a que atravieses esa maldita puerta de una vez!!
Él giró el pomo, y volteó hacia mi.
-Si me necesitas...
-No lo haré!! ya no te necesito. -lo interrumpí, con una gran mentira.
-....Como sea. Pregunta por mi en recepción. Buenas noches..._______. -dijo mi nombre con una notoria pizca de dolor en la voz.
Al irse, me senté en la cama, junté mis piernas y las acuné con mis brazos...
No quería perderlo! Lo necesitaba! Lo quería! Pero no podía, ya había salido de esto. Y ahora no hay marcha atrás. A no ser que un milagro ocurra...cosa que dudo.
Mi matrimonio estaba arruinado. Y solo un pedazo de papel nos unía. Solo eso.
Tenía miedo. Que pasaba si ingenua como siempre....volvía con el? Y todo seguía siendo la misma mierda?
Negué con la cabeza mientras me secaba las lágrimas. Me recosté, y cerré los ojos. Y sin querer...me dormí.

Narra Sebastián

Al entrar a su habitación, mi boca se secó. No sabía que hacer ni que decir. Todavía no recuerdo como...ni cuando, pero en un momento volé....cuando nos besamos.
Me separó de ella, bruscamente. Sentí que se había llevado un pedazo de mi corazón. Me sentía tan vació...como cuando no la había conocido.
Mi vida estaba basada en las fiestas. En el sexo. Tenía fama de masoquista. No me gustaba el sexo corriente. Necesitaba dolor para llegar al éxtasis. Dejaba que me golpearan, que me azotaran, e incluso que me quemaran durante el coito.
Cuando mi madre se enteró de mis ''aventuras'' se decepcionó tanto que entró en depresión. Me pidió que saliera de todo eso. Ya que también tenía fama de alcohólico y drogadicto.
El sueño de mi madre siempre fue que triunfara en Hollywood. Entonces por ella, me inscribí en la academia de actuación. Era todo aburrido, con gente desinteresante, y chicas antipáticas que se creían Jennifer Aniston. Era todo irritante y aburrido. Hasta que un día al salir, me encuentro con una joven en el medio de la lluvia, empapada y mirando la nada. Su cara de ángel me intrigó. Su dulzura se palpaba a kilómetros. Un aire protector se apoderó de mi, y le pasé mi chaqueta por encima de los hombros. Y recuerdo haber dicho algo verdaderamente estúpido como...¿que hace una chica tan linda en el medio de la lluvia? No recuerdo lo que dije y tampoco me importa, lo importante es que desde el momento en el que la conocí mi mundo dio un giro de trescientos sesenta grados.
Mi humor era distinto. Mi respiración era distinta..hasta mi forma de comer lo era. Todo había cambiado gracias a ella. Mi madre se recuperó gracias a que ______ la iba a cuidar al hospital. Mi mundo volvió a sonreír. Las cosquillas en la panza resultaba lo mas hermoso del mundo cuando estaba con ella.
Un día me armé de valor y compré un apartamento para nosotros. No puedo olvidar el brillo en sus ojos cuando se lo anuncié. Me hacía tan felíz.
No creía que hubiese forma de obtener placer sin ser con el dolor físico. Nunca le dije que era imposible llegar al orgasmo haciendo el amor de forma convencional. Hasta el día en que lo hicimos por primera vez. Recuerdo la confusión de mi mente cuando sentí que llegaba al orgasmo. Y aún mas cuando ya había llegado. Me preguntaba como era posible aquello?
Cuando habíamos empezado la relación siempre me asustó el tema sexual. No podía someter a ______, MI dulce y tierna _______ a mis placeres salvajes y pervertidos.
Pero en cuanto vi que con ella disfrutaba mas...eso se acabó. No entendía el porque. Luego comprendí que el amor, la pasión y el desenfreno de su pequeño cuerpo me llevaba a la locura. Y mi cordura prendía de un hilo cada vez que la tomaba. Ver como se sacudía debajo de mi. Como gemía suavemente ante mis eróticas palabras, y me rasguñaba la espalda loca de placer. Como me enloquecía al encontrar el pequeño punto en el que la hacía delirar, en el que quedaba inconsciente. Como se sentía mi cuerpo, como temblaba el suyo...como sudábamos. Lo extraño tanto.
Despertar a su lado era uno de los placeres mas grandes que experimentaba a diario. El estar casado, y atado a una persona sonaba aterrador. Pero fue lo mejor que hice en mi vida. Compartir el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena con alguien que te ama con cada molécula de su cuerpo. Que te entrega todo....que te da placer y calor, y te hace sentir en casa. _______ era el mejor regalo que Dios me había dado...era mi mayor bendición.
No lo demostraba. Por lo general no sonreía por fuera. Ella me mimaba, me abrazaba, pero yo a ella no. Solo en la intimidad me atrevía. No sabía porque. Simplemente no lo hacía y punto. Factor que reconocía un completo error al día de hoy.
La había perdido. ¿como mierda me lo permití?
No se como pasó lo de volverme un golpeador. Fue de un día para el otro. Dado a que esas malditas fotos me llegaban hacía mas de dos años...
Todo se me fue a la mismísima mierda. Y ahora no sabía como recuperarla. Pero algo tenía claro...de alguna forma, lo haría.

Narra _______.
Hacía media hora me había despertado. No había nada en mi mente....salvo Jan Carlo .
Como es posible que un idiota arruinara todo de un día para el otro? Como es posible que Sebastián permitiera que lo hiciera? Todo era la culpa de esos dos imbéciles. Y ni hablar de Cindy.
Había llegado a una...hipótesis. Si Sebastián no me engaña...es obvio que las fotos que ví en la computadora de esa perra, son photoshop. Que da la coincidencia de que son muy parecidas a las que le mandan a Sebastián . Cindy pasa todo el dia con él, debe de estar al tanto de todo. A lo que me lleva esto es que tal vez Cindy está detrás de todo esto... pero me seguía preguntando que hacía Jan Carlo ahí.

Tal vez Cindy trabajaba con ellos! Tal vez todo esto es para debilitar a Sebastián . Es decir que nunca nos engañamos...
Aunque eso no te quita los moretones -sonreí amargamente.
-Esto lo debe saber Sebastián ... -me levanté en el momento en que sonaba la puerta. Mi corazón se aceleró. Cuando entre abrí la puerta sentí una leve decepción.
Solamente había una caja, con mi nombre.
¡Esa letra!.

______

Era lo único que decía.
Levanté el paquete y miré hacia mis costados.
Nada.
Entré a la suite, y abrí la caja quedando enceguecida con el espectacular vestido negro de escote que había.
Lo miré desde todos los ángulos. Era perfecto.
Una nota me llamó la atención:

Sé que no debería...pero miré este vestido y lo imaginé en ti. Te imaginé con el viento entre tus cabellos y tu fragancia inundándome. Por favor, arreglate. Pasaré por ti a las 8. Necesitamos tomar aire y hablar, lo necesitamos. Ponte hermosa como siempre....
Sebastián

Miré y leí una y otra vez el pedazo de papel perfumado. ¿El había escrito esas palabras? Era una broma? Y si era Jan Carlo ?
Miré el reloj y eran las 6:45. Debería comenzar a aprontarme ahora mismo!
Entré en la ducha indecisa. Después de todo, que costaba aprontarme y en el remoto caso que sea Jan Carlo matarlo, o simplemente atarlo a una silla y pisarle las pelotas con una piedra de afilar.

Sentada esperaba el golpe en la puerta.
Ya me había colocado ese hermoso vestido, me había hecho ondas en mi cabello, y me puse una ligera capa de maquillaje.
Eran las ocho y un minuto cuando golpearon la puerta.
Mis nervios se pusieron a flor de piel, y mi cabeza perdió el sentido al abrir la puerta y ver a Sebastián vestido formalmente.
Su colonia invadió mis sentidos, y su mirada penetró la mia, que hasta sentí que podía leerme los pensamientos.
Estaba tan guapo.
Su mirada triste se opacaba ante su gran sonrisa.
De un momento a otro, alargó su brazo y tomó el mio. De un tirón, estaba de nuevo...por segunda vez, entre sus brazos.
Con voz quebrada, en un susurro caliente contra mi oído dijo.
-Me alegra tanto que me des una oportunidad..

Marido Golpeador - Sebastian ArangoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora