El final.

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Antes de llegar al final de mi trayectoria escolar, pasaron cosas, pasaron personas.

Conocí a Gabriel, conocí a Daniel. Cada uno marcó mi vida a su manera, y vaya que lo hicieron. Pero no sólo eso, también me enfocaba ahora en la música, en lo que tanto me hacía feliz. Solía frecuentar la casa de Alfredo para tocar algunas pistas como Summertime sadness de Lana del rey; Rosas de la oreja de van goht; Misguided ghost de paramore o In the mourning, de los mismos, entre otros. También me empecé a interesar mucho más por el inglés. Y mi colección de lectura fue creciendo, ¿ah, no les había dicho? ¡amo leer! En aquel período me leí muchos libros, como: Etiqueta azul, mi primer beso, la saga de los juegos del hambre, debajo de la misma estrella, Verónika decide morir, a orillas del Río piedra me senté y lloré, once minutos, el psicoanalista, la trilogía de Grey, la trilogía de Química perfecta, entre otros.

La verdad, es que no sé como voy a explicar tanto en tan poco. Así que voy a apartar a Daniel y Gabriel para luego y hablaré de cómo terminó mi historia de Colegio.

Ya había llegado el año de graduación, ese año nos dividimos en una Comisión organizativa para lograr reunir los fondos necesarios para realizar la fiesta y todo eso, en realidad, son costumbres que se suelen hacer aquí.

Yo formé parte de esa organización, era la secretaria; Alfredo el vicepresidente; Gabriela la presidenta; Luz la tesorera (era quién manejaba y guardaba el dinero).

Pero ese año ocurrió algo muy significativo para mi.

Un 2 de mayo, estaba sentada frente a la computadora, como a las 10pm y sonó el teléfono.

-¿Aló? -pregunté.

-¿Quién habla allí? -dijo la voz, que ya sabía se trataba de uno de mis tíos.

-Es Rosse, bendición. Dígame que se le ofrece. -dije.

-Dios te bendiga, pásame urgente a tu mamá. -dijo mi tío y yo obedecí la orden.

-Má, te llaman. -dije mientras iba al cuarto.

-¿Quién es? -dijo exaltada, estábamos acostumbrados a que ninguna noticia buena se asomará a esas horas.

-Mi tío David -dije- apúrate, es urgente.

Mi mamá se puso al teléfono inmediatamente.

-Aló, dime -dijo mi mamá.

-César tiene una fiebre muy alta y mucho dolor de cabeza, esta en el Hospital. Te paso buscando para ir. Estás lista. -dijo mi tío, y mi mamá corto.

Mi mamá se pusó a la obra, mientras presumíamos que se trataba de algún virus.

[...]

Al llegar, pregunté a mi mamá que pasaba y me dijo que mi tío estaba enfermo, dolor de cabeza y fiebre, que debía quedarse, pero mi tío era muy terco y una vez qué se sintió mejor se quiso devolver a su casa.

Pero ojalá se hubiera acabado allí el dilema, el malestar, todo. Pero resultó que no, los días posteriores seguía sintiéndose mal y sólo tomaba algunas pastillas para aliviar su malestar.

Un día específico recuerdo que mi tío César estaba en la casa de mi tío David, comiendo parrilla; pero poco tiempo después mi tío se empezó a sentir a mal otra vez, pero ya ni las pastillas podrían controlar su dolor y su fiebre.

[...]

Fue hospitalizado y después de pensarmelo, fui con mi abuela a visitarlo.

-Esta bien má, voy a ir antes de qué se petateé -dije inocentemente sin saber lo que decía.

Never stop dreaming.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora