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"Unas cuantas horas antes en otro lugar"

-¡Pásamela!

-¡Corre!

-¡Aquí!

-¡Va!

-Y...- saltó, y colgándose del aro, encestó.- ¡¡Si!!

-¡Bien hecho Jimmy!

-Venga chicos, dejémoslos recuperar fuerzas- dijo el que había encestado dándole un puñetazo amistoso en el hombro al que parecía el capitán del equipo contrario, esbozando una sonrisa.

-No te flipes tanto, rubito. Os las vamos a devolver todas sin excepciones- le contestó.

-Vamos Lai, ¡ a darles la paliza de sus vidas!- saltó otro de los jugadores, el que sostenía el balón bajo el brazo.

Jimmy se lanzó y le quitó de un manotazo el balón al que había hablado.

-¡Eh!- protestó- ¡Os vais a enterar!

Y se pusieron de nuevo al juego cada jugador con su equipo.

Pasaron la tarde fintando, corriendo, botando, pasando y encestando en la cancha, entre risas, hasta que comenzó a anochecer y cada uno se tuvo que ir a su casa. Todos vivían relativamente cerca, en el centro o por los alrededores de un barrio de Bilbao.
Jimmy y Lai vivían en la misma calle; uno al principio y el otro hacia el final, por lo que se fueron juntos.

Desde los ocho años que Jimmy había llegado con sus padres al País Vasco y se habían conocido siempre se habían apoyado en todo, acabando por convertirse en mejores amigos.

-¿Mañana fútbol?- preguntó Lai rompiendo el silencio.

Se dirigían a cenar a una pizzería que había cerca de allí. Ya habían avisado a casa que llegarían tarde.

-Claro- contestó Jimmy tras unos segundos de silencio, sumido en sus pensamientos.

-¿Estás bien, tío?- Lai frunció el ceño-Te veo un poco...lejano.

"Lejano", pensó Jimmy. Miró a su amigo y le sonrió.

-¿Te gustaría venir conmigo de vacaciones este año?- preguntó.

-¿Al Caribe?- Lai esbozó una sonrisa.

-Claro,¿no? Qué gracioso- contestó el rubito con una mueca.

-Ya- rió Lai. Pensó unos segundos si preguntarle algo.- ¿Por qué siempre vas al mismo sitio?

Jimmy no contestó.

-¿Es por "la señorita"?- picó Lai- ¿Te gusta de verdad...?

-No es ninguna señorita- cortó Jimmy.

-No, claro- negó Lai con la cabeza- Es una "señoritaza"- rió.

-¡Qué pesado eres!- Jimmy lo empujó amigable.

-¡Jimmy! ¡Lai!- gritó una voz a sus espaldas.

Los chicos se giraron confusos.

-¿Stephanie?- se sorprendió Lai.

-¿Soy yo esa señoritaza de la que hablabais?- preguntó pestañeando y moviendo el pelo con una mano hacia atrás; la otra mano en la cintura.

-Ya sabemos que somos guapos, Steph- dijo Lai- Pero no hace falta que nos sigas a todas partes- y le guiñó un ojo.

-Que gracioso, Lai- ironizó la chica.

-Lo mismo le dije yo hace un momento- añadió Jimmy.

-Os buscaba,-explicó Stephanie- porque mañana vamos a ir a la playa a hacer una especie de celebración por el solsticio de verano, que será pasado mañana, como supongo que sabéis.

-¿"Vamos"? ¿Quienes "vamos"?- preguntó Lai levantando una ceja.

-Katrina, Alex, Somar, yo, por supuesto- remarcó el "yo"- vosotros, supongo- los miró interrogante- Podeis traeros a vuestros amigos; los de baloncesto y fútbol,...y esas cosas.

-¿A qué hora?- quiso saber Jimmy.

-A las doce. Medianoche. Es decir, comenzamos a las doce. A las once y media allí. En la playa. Ya sabeis, cerca de por donde pasa el paseo de madera; pero en la arena claro. ¿ Se me olvida algo?

-Si. Tenemos que llevar...

-Lo de las bebidas etc ya está solucionado.- interrumpió- Traed ropa de baño. Que no se os olvide- dijo sonriendo y levantando el dedo índice a modo de advertencia- Por cierto, ¿ no deberíais estar ya en casa?

-Oye niña,- respondió Lai cruzándose de brazos- dentro de tres meses cumplo diecisiete.

-Yo ya los cumplí. Los dieciocho, me refiero- dijo Stephanie saboreando el sentido de las palabras.

No los aparentaba.

-Pues yo aun cumplo diecisiete en diciembre- dijo Jimmy encogiéndose de hombros.

-Ya, pero no lo aparentas. Parece que tienes más.-agregó Steph- Incluso ni Lai los aparenta.

-Ya, bueno, gracias.- sonrió Lai- Íbamos a tomar unas pizzas cuando nos interrumpiste- dijo cambiando de tema- ¿Le apetece acompañarnos, joven?

Lai hizo un gesto con la mano, a modo de reverencia.

-¡Me encantaría!- sonrió ella agarrando el brazo de Lai, divertida.

Lai le guiñó un ojo a Jimmy, sonriendo.
Jimmy entornó los ojos.

"Ya casi estamos en verano", pensó. "Pronto nos veremos de nuevo".

Dirigió su mirada a Stephanie. Dieciocho años. Sonrió. A pesar de ello parecía una niña aun. A pesar del pelo teñido con mechas castañas y ondulado artificialmente. A pesar de las pestañas cargadas de rímel y los labios carnosos y voluminosos de tanto brillo. A pesar de la ropa ajustada y el modo de andar. Primero un pie, luego el otro por delante. A pesar de todo, tenía carácter infantil. Era buena compañera y quizás también amiga, pero no era como "ella".
Apartó la vista y negó con la cabeza.

"Volveremos a vernos", pensó para sí otra vez.






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