Capítulo dieciséis.

1.5K 177 50
                                    


Giro sobre mis talones para mirar a Andrea con ambas cejas alzadas, lo veo fruncir ligeramente el ceño mientras me mira directamente a los ojos.

-¿Me estas jodiendo? – Las palabras salen de mi boca con burla e incredulidad pura. Y es entonces cuando parece que mis palabras lo traen de vuelta a la realidad.

Andrea mira su reloj de muñera para después regresar su vista a mí. Abre la boca para decir algo pero la cierra de golpe para después tomar una inspiración profunda.

-Es tarde Emma, ya deberías estar durmiendo, ve a tu habitación, mañana tienes escuela – ordena y suelto una risita.

Valla forma que tiene para evadir el tema.

Ruedo los ojos al cielo antes de dirigirle una última mirada y giñarle un ojo para provocarlo, entonces abro completamente la puerta y salgo. Camino la poca distancia que hay entre mi habitación y la de Andrea, mis pasos son apresurados y cuando entro corro hacia mi cama y tomo a Miau entre mis brazos.

-Te extrañe, bebe – Musito mientras me recuesto en mi espalda y dejo a Miau reposar en mi estomago.

Estiro mi brazo y cojo mi teléfono que estaba sobre el velador al lado de la cama. Presiono el botón de desbloqueo y la pantalla se ilumina frente a mi rostro.

11:47 PM

Suelto un bufido y tomo a Miau entre mis manos, lo saco de mi regazo para después dejarlo sobre la cama y yo así poder ponerme mi pijama. Una vez lo tengo puesto, vuelvo a subirme a la cama, esta vez acostándome debajo de las mantas y observo como Miau se acurruca a mi lado, sonrío somnolienta mientras lo miro.

¿Por qué es tan malditamente adorable?



Un sonido retumba en mis oídos y maldigo mentalmente a mi despertador. Gruño y tomo una almohada entre mis manos y la posiciono sobre mi cabeza, tratando de amortiguar el sonido. Me quejo en cuanto siento que estoy más despierta que dormida. Y pego un manotazo al despertador mientras me levanto. Miro por la ventana de mi habitación y noto que esta lloviendo a cantaros.

Dios, pero si hay posas y todo.

Me lavo y me visto lo más rápido que puedo, tomo mi bolso y beso la cabeza de Miau. Estoy ansiosa, no puedo esperar para llegar al colegio.

Wow... Stop it, Emma.

¿Yo pensé eso?

Me río de mí misma, antes de salir de mi habitación. Dios, no puedo creer que yo allá pensado eso, y aunque es verdad se escucho malditamente extraño.

Quiero llegar a la escuela pero... no precisamente para estudiar.

¿Adivinen quién va a escaparse para pasar una divertida tarde en no sé dónde? Solo espero que la lluvia no arruine mis planes.

Cuando llego al primer piso, camino hacia la cocina y al ver que está desierta, camino hacia el refrigerador para poder "asaltarlo", cuando lo abro mi atención va directa hacia una barra de chocolate.

Dulce, hermoso y riquísimo chocolate.

Lo tomo entre mis manos y giro sobre mis talones luego de cerrar la puerta del refrigerador. Me recargo en este y comienzo a comerlo.

Dios, esta delicioso.

Uno pasos rápidos hacen que gire mi atención hacia la entrada de la cocina, Andrea aparece en mi campo de visión y cuando me mira, se para en seco.

¿Y a ti que te importa? - Andy Biersack -.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora