Niño bonito.

Reuniones familiares.

Jun Hong está en su cuarto. Desde su ventana ve como Yong Guk va y viene por el jardín. Está nervioso, demasiado nervioso. No sabe como saldrá hoy la comida con su madre. Por lo menos Yong Guk no puso ninguna pega cuando se lo comentó por la noche. Pero eso no le hace estar más tranquilo ahora.

Pasea por la habitación, no puede pararse quieto, ni en la cama, ni en la silla de su escritorio, ni en ninguna parte. Baja a la sala y se encuentra a Sun-sun limpiando. Le pregunta por su madre y ésta le comunica que aún no ha llegado. Jun Hong le explica la situación y ésta le hace saber que ya está enterada, ya que se lo ha comunicado la madre del chico para que en el día de hoy haga comida para tres. Jun Hong sale al jardín y espera a que Yong Guk le vea y vaya a saludarle.

-¿Está tu madre en casa? – pregunta Yong Guk cuando llega a Jun Hong.

-No. – responde sin entender.

Yong Guk coge a Jun Hong por el cuello para besarle y saludarle como corresponde. Jun Hong le sigue el beso como si llevase un mundo sin besarle. Yong Guk penetra en la boca de Jun Hong y su lengua comienza a hacer de las suyas dentro de la boca ajena. A Jun Hong se le escapa un gemido y la falta de aire hace que se separen.

-Creo que esto me gusta demasiado. – susurra Jun Hong poniéndose todo rojo.

-A mí también. – coincide Yong Guk dejando un corto beso en sus labios – Podría tirarme las 25 horas del día besándote. – continúa diciendo para comenzar un nuevo beso más lento que el primero.

-Un día solo tiene 24. – corrige Jun Hong ente el beso haciendo que Yong Guk se separe un momento.

-Y aun así son pocas para poder disfrutarte. – dice haciendo que Jun Hong esconda su rostro a un lado – No te avergüences mi niño bonito, a mí me gusta ver tu carita de niño precioso, hermoso y bonito que tienes. – continúa forzando a Jun Hong a que le mire viendo como tiene el rostro totalmente ruborizado – Cuando te pones todo rojo me matas de amor. – sigue con una sonrisa mientras Jun Hong ve como los ojos de Yong Guk brillan con cada palabra que dice.

-No sé como puedes decirme esas cosas. – susurra Jun Hong mirando al suelo.

-Las digo porque así las pienso y siento. – dice para volver a unirse con Jun Hong en un beso largo y lento en el que saborea cada rincón de su boca.

A Jun Hong le parece increíble que como después del tiempo que ha pasado aún con cada beso de Yong Guk siga sintiendo el tornado de mariposas en su estómago. Esa sensación que le gustaría seguir sintiendo hasta el fin de sus días.

-¿Vamos dentro? – pregunta Yong Guk cuando se separan del beso sacando a Jun Hong de su trance – Me gustaría ir a cambiarme, no quiero comer con tu madre en bañador. – comenta riendo.

-Vamos a mi cuarto y te cambias, te duchas si quieres. – dice Jun Hong tomándole de la muñeca.

-Pero tengo las cosas en el cuarto de servicio. – expone Yong Guk mientras es arrastrado por el otro – No me parece correcto cambiarme en tu cuarto. – termina diciendo.

-Tonterías. – dice Jun Hong – Vamos a por tus cosas y luego subimos a cambiarnos.

-Pero si tú estás bien vestido. – añade Yong Guk mirando al chico.

-Pues yo quiero cambiarme. – contradice Jun Hong – Y ya deja de poner pegas.

-Pero si yo no estoy poniendo pegas... – susurra Yong Guk sin entender absolutamente nada.