A la mierda toda mi salud mental.

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No lo haré, no me subiré. Puede que esté siendo una bebé, pero a mi de verdad no se me da esto de no pasar pena cuando estoy con un chico, y menos cuando ese chico es Noah.

-¿Has visto a Abby?-le pregunté mientras él se sentaba por el lado del piloto. Se asomó sobre el asiento que yo todavía no ocupaba y me miró.

-No, pero ella sabia que íbamos a salir, supongo que se fue-me dio una mirada interrogativa y agregó-¿subirás?

Ah bueno, a la mierda toda mi salud mental.

Subí al auto y cerré la puerta, Noah se me quedó mirando y dije-vamos a Riddleville.

-Lo recuerdo-ya, esa no era una mirada, el muy bastardo parecía que estuviese intentado ver a través de mi alma.

Nota mental: En el mundo hay dos tipos de miradas. La básica, la que le das a alguien, la que alguien te da a ti, la de cuando ves algo extraño, la que le das a los vendedores cuando intentas decir por tercera vez que no quieres nada... etc

Y la mirada de Noah, esa mirada que parece que estas siendo observada bajo un microscopio, no me gustaba esa mirada y sin embargo la había sentido tanto que ahora parecía normal.

Bien esto es incómodo, no tenía nada para decir-¿Cómo es posible que no tenga nada para decir? Tenía tantas preguntas para hacerle pero no sabía cómo las iba a tomar -le di una mirada y luego miré mis manos, hice eso repetidas veces hasta que perdí la cuenta.

Noah me dio una mirada y me sonrió de medio lado. Me estaba presionando, sabía que estaba incomoda, así que dije lo primero que se me ocurrió-¿Te gusta el frió?

Oh Dios, ¿Qué hice en mi vida pasada para merecer esta clase de vergüenza?

Noah comenzó a reír, y que digo reír, eran carcajadas estaba segura de que pronto le empezarían a salir lágrimas de los ojos, y yo por otro lado estaba roja de vergüenza.

-Ya puedes parar-lo fulmine con la mirada-no fue para tanto.

-No sabía que te ponía tan nerviosa Moore-bien ahora estaba siendo un idiota-y si, me agrada el frió.

-No eres tú, y no es que me pongas nerviosa, es el silencio, no me gusta, de hecho, odio cuando lo único que puedes escuchar son tus pensamientos-bien ¿de dónde había salido eso? ¿De repente me estaba abriendo con Noah?

-¿Por qué?

-Puede llegar a volverte loco-no pensaba que estaba diciendo, jamás le había dicho a nadie eso, ni a Abby. La verdad era que tenía miedo a que me estuviese volviendo loca, primero la paranoia, y luego los presagios, yo no sabía como sobrellevar todo eso.

Saque mi celular y le marqué a Abby, para saber en dónde estaba y para evitar la mirada que sabía Noah iba a darme después de mi pequeña revelación.

-Hola-Abby respondió al tercer tono.

-¿En dónde te metiste?

-Tuve que correr, había olvidado que hoy era mi turno de recoger a Eric-Eric, el hermano menor de Abby, es el niño más tierno que puede existir. ¿Saben cómo se supone que los hermanos se llevan mal y todas esas cosas? Bueno ellos era la completa excepción a esa regla-¿esa es Maia?-Eric habló al otro lado de la línea-pásamela pásamela- Eric dame un minuto ya te la voy a pasar.

Noah me hizo una seña-dos cuadras más y luego giras a la derecha.

-Holaaaaaaaaa Maia-escuche la risueña de voz de Eric al teléfono. Adoraba a este niño, sentía como si fuese mi propio hermano.

My Dark SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora