¿Que sucedio?

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18 de abril
13:45 pm
Últimamente Kenjirou había estado mas al tanto de cada uno de sus prisioneros, todos los días iba exactamente a las 3 de la tarde y 3 de la mañana para observarlos atentamente junto a una libreta anotando varias cosas en ellas inentendibles para cada niño pero no para la mujer de cabellos blanquecinos, Shion Kozakura quien sabía exactamente que hacia, Kenjirou revisaba a cada "paciente" que tuvo hace años para ver como iba su crecimiento se sentía mal y culpable por que ella formo parte de esta mierda, y lo sabia, no podía quitar su culpa veía a los niños jugar alegremente, todos ya habían aceptado su situación después del enfrentamiento entre Kido y Seto.

Todos comenzaron a hablar mas llevándose como una verdadera familia, Kano quien antes solo se limitaba a mirar había adoptado una nueva posición ahora el era quien iniciaba los juegos algo infantiles claro, empezaba siempre gritando con un alegre "juguemos~!" Y los niños quienes ya se sabían sus números respondían con un "si" grupal habían quedado así Kido 1, Seto 2, Kano 3, Mary 4, Shintaro 5, Takane 6, Momo 7 , a veces participaba Shion con el número 8 y por ultimo Haruka 9, a pesar de estar encerrados se podía notar un aura de armonía.

Shion aun divagando en sus pensamientos recordaba aquel día que conoció a Kenjirou ese día en que hizo una hermosa amistad y por cosa del destino también un tiempo mas adelante se formo aquel maldito día que rompió a aquel amigo tan importante que tuvo y lamento durante tantos años haberlo perdido y tener que escapar de el
Flash back
Hace 7 años
Shion Kozakura una alegre mujer de cabellos blancos, cantaba alegremente una melodía por la ciudad, acababa de salir de su trabajo de medio tiempo que era en una biblioteca amaba la lectura en verdad, su primer trabajo era de escritora soñaba mucho despierta y sus libros tenían éxito enorme, seguía avanzando suavemente sin mirar por donde iba hasta que tropezó con un hombre callendo al suelo ambos, en un arranque de vergüenza se levanto lo más rápido que pudo y ayudo a aquel hombre a levantarse una vez lo examinó de arriba a abajo noto su rostro algo duro, unos ojos fríos color café, el cabello de igual color, una camisa roja, unos pantalones de mezclilla negros, unos zapatos a juego con el pantalón y en su cara una apenas iniciada barba muy imperceptible a simple vista, a pesar de su apariencia dura se veía en su mirada un pesar muy grande en sus ojos, no sabia que decir se veía que aquel hombre estaba destruido por dentro, la de cabellos blanquecinos al ver esto le tomo el brazo suavemente  y con una voz fina con clara preocupación en ella empezó a hablar
-esta usted bien? Le duele algo? En que puedo ayudarle? -preguntaba algo alterada no sabia lidiar muy bien con la gente
-estoy bien... Discúlpeme -hablaba con un tono seco pero también con un oculto "ayúdeme" en este dando un manotazo cuando iba a tomarle el brazo aquella mujer, el hombre olía raro como si se hubiera ahogado en el alcohol, no sabia que hacer
-por favor déjeme ayudarle seguramente no esta bien -insistía aun la de cabellos blancos no era de ella dejar a una persona en mal estado así como así, con determinación volvió a tomarle el brazo, el hombre simplemente trataba de quitar la mano de la mujer, pero lo hacia de forma torpe ya no podía coordinar como era y de un momento a otro colapso en el suelo, su cuerpo no daba para mas.
Una vez el hombre colapso Shion entro en pánico temia que aquel hombre sufriera una intoxicación por el alcohol en su sistema y empezó a gritar por ayuda en la calle, algunas personas ayudaron a cargar al hombre y lo metieron en un taxi junto a la mujer de cabellos blancos, quien daba las gracias a aquellas personas, quizá estaba loca por querer ayudar a un desconocido pero no quería dejarlo solo, en su cabeza rebobinaba aquel momento de hace años cuando su madre la dejo.
El hombre de cabellos castaños tomaba su cabeza sintiendo como esta palpitaba, dolía a horrores no aguantaba en verdad, se sentó lentamente en la cama y soltaba pequeños sollozos, su amada esposa Ayako Tateyama había muerto, había muerto y el no pudo hacer nada, aun que le aplaudieran como el mayor científico en encontrar una cura para las mujeres débiles de cuerpo y pudieran dar a luz sin riesgo en su vida, aun que el fuese de los primeros en probar que la manipulación genética no era peligrosa, no pudo hacer nada por su amada esposa, seguía lamentándose deseando volver a aquel bar de mala muerte donde decidió meterse para ahogarse en alcohol, pero sabia que no podía volver ni siquiera sabia como había llegado a su casa... Casa... Como...?... Una voz interrumpió sus pensamientos por completo, fijo su vista en una mujer de cabellos blancos que a primera vista no ah de pasar los 20 años, la examinó de arriba a abajo, traía una sencilla polera color rosa pastel, unos pantalones de mezclilla azul, su cabello suelto color blanco llegándole mas abajo de la cintura, una piel blanca casi dando al mas puro blanco y unos ojos color escarlata como los de...
-quien eres? -preguntó con voz firme pero algo tambaleante por aun los efectos del alcohol aquel hombre
-ah perdona, no me pude presentar como es debido ya que te desmayaste en plena calle -dijo con una pequeña sonrisa aquella mujer, no en burla sino en comprensión por alguna razón le pareció familiar aquella sonrisa- Mi nombre es Shion, Shion Kozakura y tu eres? -se presentó calmada y cortésmente esperando una respuesta de aquel hombre
-... Kenjirou... Kenjirou Tateyama -respondió en respuesta algo desconfiado... Kozakura ese apellido le sonaba de algún lado
-Un gusto señor Kenjirou -dijo con una sonrisa amable mientras se levantaba y salía del cuarto un momento, el hombre de ojos café volteo a ver el cuarto, ciertamente no estaba en su hogar, si es que así le podría llamar ahora, el cuarto donde estaba era de un color azul cielo demasiado pálido pero atrayente igual, libreros por dos paredes, la que estaba a su derecha y la que estaba al frente, en la pared a su derecha también había una gran ventana con un pequeño balcón fuera de esta, podía ver la tarde que pintaba el color ahora de un hermoso anaranjado, observó mas a detalle cada libro en cada estante, todos eran diferente, había novelas, libros de ciencia ficción, libros de ciencia, cuentos, poemas y podría asegurar que incluso algunos suyos sobre la genética, al parecer esta mujer le encantaba leer no importa que fuera, salió de sus pensamientos al escuchar la melodiosa voz de la mujer que se presentó como Shion
-Kenjirou-san le eh traído una pastilla debe dolerle la cabeza -dijo con un tono calmado mientras le pasaba la píldora y un vaso de agua, sin pensárselo dos veces acepto lo que le entregaba aquella mujer y lo bebió de una esperaba a que le pudiera bajar el dolor
-gracias... Por que me ayudaste? -preguntó rápidamente sabia que nada en este mundo es gratis
-...- la mujer de mirada escarlata pareció pensárselo unos momentos y se limitó a sentarse a un costado de la cama mirando el techo -No lose, supongo que fue por tu mirada, parecías destrozado como si realmente necesitaras a alguien -dijo con simpleza volteándo a verlo, el hombre no cabía en su sorpresa esa mujer lo leyó tan fácil, y es verdad estaba destrozado, bajo la mirada y con impotencia tomo la sabana entre sus dedos y la estrujo como si así desapareciera un poco de su dolor, la mujer se limitó a verlo no sabia que hacer apenas sabia su nombre pero esa mirada, esos ojos cristalinos que luchaban por no derramar lagrimas, conocía esa mirada, era la mirada que pones cuando un ser amado se va, ella misma puso esa mirada muchas veces por el recuerdo de su madre y de su padre que se entero un año después que había fallecido
-oye... -ella se acerco lentamente para no asustarlo aquel hombre que no pasaba quiza de los 25 años ,o al menos eso aparentaba ya que estaba bien conservado, se veía tan roto, tan indefenso, se limitó a abrazarlo, el hombre sorprendido no peleo, no respondió, solo escondió su cara en el hombro de aquella mujer y comenzó a llorar cual niño pequeño, le ardía el pecho, le dolía la cabeza, le dolía y molestaba todo, su alma dejo este mundo junto a su amada esposa, ya no podría ver su sonrisa de nuevo, ya no podría verla levantada apenas por las mañanas, ya no podría verla en el trabajo, no podría ver su cara de alegría y emoción cuando ayudaba a una mujer a la hora del parto y todo salía bien, ya no podría verla nunca mas, no se atrevía a mirar aquella mujer que le estaba consolando no la conocía pero que mas daba, ya no quería saber por ahora nada del mundo.
Después de tanto llanto el hombre se quedo pro fundamente dormído, la mujer de mirada roja lo miraba con tristeza algo había roto a aquel hombre no parecía una mala persona, lo dejo recostado en su cama y salió a la cocina comenzando a preparar algo de comer, una vez termino de cocinar fue a revisar a Kenjirou a lo mejor y tenía hambre, lo encontró sentado en la cama con su mirada perdida y rastros de lagrimas en sus mejillas, su nariz estaba roja de tanto llorar al igual que sus ojos y un sollozo lastimero salió de su boca
-A-Ayaka...- susurro tapando su rostro luchando por no lanzarse a llorar nuevamente, le partió verlo así récordo cuando lloraba por su madre... Aquel hombre le recordaba a ella de pequeña... Se adentró en la habitación y lo abrazo sin decir nada, el hombre no reacciono simplemente se dejo hacer quito sus manos de su rostro aun con la mirada perdida viendo un punto fijo de la habitación sin ver algo en particular mientras empezó a hablar
-A-Ayaka murio... Ella era mi mujer... Mi esposa... Mi fiel acompañante... Fui idiota... Fui idiota no debí... No debí dejarla sola... E-ella fue apuñalada por un mal nacido, la apuñaló n-no se por que... n-nadie lo vio a pesar de haber estado en una calle principal... Nadie la vio alejarse... Nadie la vio entrar a un callejón y nadie vio a la persona... no debí dejarla... N-no debí apartarme... N-no debí atender a mi trabajo... N-no debí confiar en nadie... E-es mi culpa... Es mi culpa -se recriminaba una y otra vez mirando sus piernas luchando por no llorar una vez mas pero era un intento en vano ya que el llanto salía de el sin fin, la mujer solo escuchaba atenta su historia entendiendo ahora el por que el llanto de el hombre, era rabia, impotencia, miedo, tristeza y dolor, acaricio la cabeza de aquel hombre tratando de calmarlo
-Kenjirou-san no es su culpa, usted no tuvo nada que ver,  no fue su culpa que haya tenido que ir al trabajo, son cosas que pasan, usted no tiene la culpa, no la mato, tenga con certeza que ella lo esta viendo en alguna parte y le duele que se culpe a si mismo, no llore por favor no tuvo la culpa usted, ella seguro esta descansado en paz y velará por su bienestar por favor no se culpe -intentaba ser fuerte pero también había perdido a alguien que amo, a dos seres que amo, inevitablemente comenzó a llorar junto a el, el hombre escuchaba las palabras que intento la mujer que lo reconfortara se limitó a abarazarla también escondiéndo su cara en el hombro de ella con un solo pensamiento "Ayaka... Te juro que saldré adelante por nosotros... Por lo que hicimos"

Seguro? Seguro de esto? Cambiaremos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora