El despertar de No. 1

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Las bajas frecuencias la hacían desestabilizarse, sentía como su mente empezaba a distorsionar las cosas no sabía que pasaba y se retorcía en el suelo de aquella habitación ahora irónicamente cubierta por el blanco más puro que se convertía en testigo de su desdicha, gritaba con fuerza tratando de controlarse sus impulso ganaban tratando de actuar de forma violenta, el pitido no se iba y no disminuía, al contrario incrementaba y sentía que en cualquier momento quedaría sorda, rogaba por eso, muy aguda y ligera escuchaba una voz, esa voz se convertía en murmullos y esos murmullos solo la hacían poner más nerviosa quería desaparecer, quería esconderse, en ese punto sus instintos y sentidos se empezaron a agudizar aún más sentía su respiración agitada, las lágrimas empezaron a caer junto al desgarrador sonido de sus gritos incrementando, ya habían pasado tres días seguidos de esta tortura y seguía sin entender cómo no se quedaba sin voz, de repente el pitido paro.

Cayó sentada al suelo con ambas piernas extendidas y su mirada perdida en algún punto del suelo, sus fuerza se iban de a poco, luchaba por estar consciente y sintió como alguien se acercaba a ella, no tenía que levantar la mirada para saber quién era, sus sentidos estaban a flor de piel y agudizando su oído escucho los pasos Fuertes, era aquel hombre.

-vaya vaya hemos hecho muchos avances estos días Kido... Hay alguna novedad? -dijo este poniéndose en cuclillas a la altura de la chica tomando su mentón alzando su rostro, vio como los ojos de la chica tintineaban jugando a cambiar el color de carmesí a negro y viceversa, estaba a punto de lograrlo
-... Escucho murmullos... Mis instintos se agudizan... Pude sentir su aroma apenas entro... -decía con una voz apagada y monótona con la mirada perdida, no miraba a aquel hombre esas voces aún no se iban no entendía de dónde venían y eso la llenaba de angustia
-voces?... Luego veremos eso -dijo con voz pausada reflexionando anotando algunas cosas en aquel cuaderno, después de eso se levanto y volvió con una bandeja llena de comida, frutas, algo de sopa, pan y jugo de naranja dejándola frente a la chica.

No se movió de su lugar hasta que escucho como la puerta se cerraba, se desplomó en el suelo mirando aquella bandeja, ya era una rutina, la sometía a aquella prueba, le daba comida, le daba un descanso de unas tres horas quizá, luego le hacía pruebas físicas y volvía a darle comida, después de eso le dejaba descansar por completo para al siguiente día hacer lo mismo, si lo pensaba no era tan malo, ese hombre tenía la libertad de poder hacerle daño físico y no darle nada si quisiera, ella no podría defenderse, hasta podría decir que aquel hombre la estaba tratando de forma "amable".

Suspiro mientras con pesadez se sentaba y tomaba la bandeja si quería rendir suficiente para la prueba física debería comer bien.

Volvió a desplomarse en el suelo, aquella prueba fue mucho más pesada que las anteriores, la prueba física fue demasiado para ella, le hizo hacer alrededor de 2000 mts. Corriendo por toda la habitación, 200 patadas al aire y 250 golpes haciendo sombra, flexiones, sentadillas y lagartijas por cada una 50 veces, una vez pudo estar en el suelo no se levanto su mente y cuerpo estaban exhaustos.

Abrió los ojos de golpe sentándose en el suelo repentinamente, juraría a ver olido algo quemándose, restregó sus ojos con el dorso de sus manos tratando de despertar un poco, una vez pudo medio despertar se dio cuenta de algo, ya no estaba en la habitación blanca, no, este espacio era negro que de a poco comenzaba a tomar forma, la forma de su antiguo hogar, cubrió su boca con sus manos sorprendida, la casa era tal y como la recordaba, se paró con cuidado y exploto cada rincón de aquella habitación, estaba ahora en su cuarto, se sentó sobre la cama comprobando su comodidad y era tal y como la recordaba, no lo podía creer, tal vez, solo tal vez todo lo que había sucedido había sido un sueño

"He.. Ya quisieras que fuese un sueño"

Aquella voz la hizo pararse de un salto en posición de guardia, no sabía quién hablo ni quién estaba ahí, empezó a llover, se dio cuenta ya que en su ventana pequeñas gotas de agua empezaban a azotar el cristal.

"Oh vamos, ahora te hagas la valiente?... No eres más que una cobarde, siempre lo has sido...nadie nunca te ah hecho caso, eres débil"

Las llamas empezaron a aparecer por su habitación, los truenos empezaron a retumbar por toda la casa, los rayos iluminaba tenuemente la habitación junto a las llamas que se empezaba a avivar aún más, empezó a correr afuera de la habitación y todo su hogar de nuevo estaba en llamas solo que estaba vez no había ninguna puerta, todas habían desaparecido y no encontraba ninguna salida, se quedo en la sala de rodillas, con la cara escondida entre sus manos llorando amargamente, el único consuelo que tenía era que si moría podría ver a su amada hermana y su madre...

"Tan facil te rindes?... No valio nada para ti el sacrificio de tu hermana?"

Esa voz de nuevo... Se levanto con fuerza aún con lágrimas cayendo por sus mejillas con rabia - quién eres?! Que quieres?!

"Yo?... Yo soy solo alguien que te hará ser mejor... Dime no sientes rabia?... Perdiste todo por lo que vivías... Perdiste seré amados... Siempre que te veían pasaban de ti como si fueras basura... O peor que eso... Como si nunca hubieses existido..."

Se quedo callada, era verdad, siempre que iba por la calle o había personas a su alrededor, nadie la notaba, pensó que era por su naturaleza calmada y callada pero... Siempre... Siempre pasaba... Un día paseado con su hermana, esta se encontró con unos amigos y ninguno de ellos se dio cuenta de su presencia hasta que su hermana la presento, ellos abrieron los ojos sorprendidos y se disculparon por no haberla notado... Pero no sólo ellos, sino que siempre le sucedía no importaba a donde fuera solo su hermana la notaba... Y claro su amada madre, un trueno la saco de sus pensamientos y frente a ella estaba una sombra completamente negra y con unos penetrantes ojos inyectados en sangre.

"Ya lo entendiste?... Nadie nunca te ah mirado directamente... Siempre te has ocultado de todo lo que te ah asustado nunca te has revelado... Nunca has tenido el control de ti... "

No quería reconocerlo, pero era verdad, su mirada se tornaba borrosa mientras aquella figura empezaba a tomar forma, se sorprendió al ver a su hermana, estaba a punto de gritar por ella , pero la sombra volvió a cambiar... Esta vez su respiración se corto, abrió los ojos todo lo que podía y sus lágrimas bajaron sin control

"Se todo eso... Por qué yo soy tu... El tú que nunca has aceptado, el tú que no has querido reconocer, soy el poder que descansa y que no has querido dominar"

Era verdad la cosa que estaba enfrente suyo... Era ella... Lo único que las diferenciaba era la ropa, su reflejo tenía la ropa con la que había sido raptada ese día, y ella tenía aquella camisa y pantalón de color azul como si fuera un paciente de algún hospital, también había otra cosa que era diferente... Los ojos... Sus ojos naturalmente eran negros pero los de su reflejo eran rojos...

"Tú decides tú camino... Si aceptarme o negarme... Si aceptar lo que eres realmente o seguir negándote a ti misma la verdad"

Aquella otra versión de ella, extendió su mano, la miro unos segundos sin saber qué hacer... Miro a aquellos ojos rojos brillantes... Y lo hizo... Tomó su decisión...

Seguro? Seguro de esto? Cambiaremos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora