Cariño, no valgo la pena.

3

Harry no podía no mirar a Draco; simplemente no sabia como. 

Desde su primer año en Hogwarts, su primera vez en el mundo mágico, Malfoy había estado todo el tiempo cerca de el haciéndose notar; llamando su atención como si de un accidente automovilístico se tratara.

Cuando pasaba al lado de el en el pasillo no faltaba vez en la que no se insultaran.

En la clase de pociones, tirandole ingredientes erróneos en su caldero.

En donde se vieran hechizos volaban.

Y ahora no existía. Draco había desaparecido para todos; excepto para el.

Ahora el príncipe de Slytherin se paseaba ausente por los pasillos, sin hacerle caso a nadie, ni amigos ni enemigos. la gente ya se había cansado de insultarlo (aunque no por eso habían cesado), solo recibiendo miradas indiferentes de este.

Y Harry lo extrañaba.

Extrañaba las eternas peleas con el rubio, los comentarios mordaces de este, sus sonrisas de medio lado, sus túnicas de marca, la ola de risas que lo acompañaban a cada palabra, sus movimientos precisos, su caminar elegante.

Harry Potter extrañaba a Draco Malfoy, y por los pasillos de Hogwarts se paseaba la sombra de lo que fue.