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Rey odiaba ese recuerdo, así que para despejar su mente, caminó -cojeando de la pierna izquierda- junto a las cajas de mudanza que aún no terminaban de vaciar en la nueva casa; parecía que abrían una y tres nuevas aparecían. No eran más que viejas cajas que habían tenido en realidad otro propósito, como resguardar una docena de cartones de huevo, un aparato de DVD, una televisión, etcétera. Ahora transportaban chácharas, con póstits en los que se leía en una letra claramente de mujer: DORMITORIO, BAÑO, DESPENSA (ALÉJATE, REY), PELUCHES, COCINA, entre otros.
        Tomó una caja que decía: RECUERDOS <3, y la abrió. Todos los portarretratos y álbumes de fotografías estaban ahí. Vera le había hecho prometer que no guardaría un respaldo electrónico. ¿Por qué? «Porqué era más romántico a la vieja escuela», le había dicho. Todos los álbumes estaban llenos de fotos con notas románticas, dibujos hechos a mano -que parecían hechos por una niña de kindergarten, pero Rey se había guardado esa comparación para sí mismo-, calcomanías de corazones, etcétera. Tomó uno que decía VACACIONES y lo abrió. Habían tomado las fotos en un viaje a Cancún que habían hecho dos años atrás. Vera recordaría siempre con buen humor lo nervioso que había estado Rey todo el viaje. Ella lo atribuía a presiones del trabajo, pero era porque había planeado pedirle matrimonio en la playa.
        Tomó la última foto del álbum, que mostraba a Rey hincado en una rodilla, levantando frente a Vera el anillo que su madre le había heredado junto con una nota que decía: ÚSESE SÓLO EN CASO DE EMERGENCIA. Mi madre, toda una comediante, Rey pensó y soltó una risa nostálgica. Volteó la fotografía y notó que en la parte trasera estaba escrito: EL MEJOR DÍA DE MI VIDA. TE AMO.
        Pensaba darle el anillo al amanecer. Despertarla justo antes de que saliera el Sol y llevarla al balcón -cuando hizo la reservación, se aseguró de tener el la mejor vista en todo el hotel-, pero se quedaron dormidos. Para cuando abrió al fin los ojos, ya era la una de la tarde. Tuvo que hacerlo durante la puesta de Sol. Fue un gesto muy romántico y ella no esperaba verlo en una rodilla sosteniendo un hermoso anillo de oro con un diamante deslumbrante.

VERA (PARTE 1 de 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora