El Guadalchori

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Amanecía un día más en los 25º Juegos del BB, y nos reunimos todos como todas las mañanas para ver que haríamos ese día. Zelena opinó que fuéramos otra vez a la biblioteca, ya que se había acabado Sinkuenta Sombras de Grey y quería leer Sinkuenta Sombras más Oscuras. Makelele opinó que fuéramos al Coto de Bornos, pero no podíamos ya que el campo de fuerza alrededor del BB no nos dejaría salir. El niño raro no decía nada, sólo miraba a una mosca de la mesa. Fue Yosh quien dijo lo que finalmente haríamos; ir un rato al río Guadalchori, que estaba en la parte baja de la arena.

El camino hacia el Guadalchori fue bastante tranquilo, ya que cada vez quedábamos menos tributos. Cuando llegamos, Makelele corrió feliz ameterse en el agua, el niño se subió al árbol más alto que vió con una sorprendente agilidad, Zelena decidió leerme los capítulos más impaktantes de Sinkuenta Sombras, y Yosh se dedicó a pescar carpas para la cena.

Ya llevábamos allí un buen rato cuando vi una extraña figura aparecer entre los matorrales del río. Me acerqué con mi navaja a ver qué era, y me sorprendí al ver que era un huevo gigante, decorado con colores fosforitos y gatitos kawaii. Yo inmediatamente pensé en cocinarlo acompañado de patatas y chorizo para la cena, pero Yosh medijo que antes miráramos de qué era. Justo cuando lo iba a tocar, el extraño huevo comenzó a moverse. Éste se abrió, dejándonos ver la criatura que había dentro. Makelele dijo que se trataba de un Chorimón, otra de las criaturas creadas por el laboratorio del Presidente Chori, y que era un animal doméstico. El animal comenzó a hablar, diciendo que era desdendiente de los Charmander y los Pikachu. También dijo que se llamaba Sexysummermón, pero nosotros decidimos cambiarle ese nombre por Tobi.

Tobi nos estuvo contando la historia de toda su familia Chorimón (cómo fueron creados, etc), cuando nos dimos cuenta que estaba anocheciendoy debíamos irnos a casa antes de que los Cannish pusieran reggeatón a todo volumen. Teníamos carpas para la cena, así que ese día no teníamos por qué luchar por la bandeja de comida. Fue la primera vez que me sentí como en casa en los Juegos del BB, y no quería pensar que para salir de aquí sólo podía sobrevivir uno, así que cené y me fui a la cama directamente.


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