𝐀𝐍𝐈𝐌𝐀 │𝐑𝐚𝐧 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢

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Hae-ryong:—Se detiene frente al auto, muerde ligeramente su labio interior—. Por cierto, ¿qué harás si realmente fue Jong-il el que lo hizo? —Pregunta, su voz se vuelve más contenida, como si se esforzara por mantener la calma.

Hae-Won:—Alza una ceja al escuchar el tono en la voz de su hermano—. Eso es obvio, Ryong, lo voy a destruir.

Hae-ryong:—Chasquea la lengua, su ceño se frunce—. ¿Cómo lo harás? A ese hombre no le importa nada ni nadie.

Hae-Won:Sí le importa alguien —Con un movimiento rápido y decidido, se sube en el asiento del conductor, le lanza una mirada a su hermano, para que se suba rápidamente—.

Hae-ryong:—Niega con la cabeza, su paciencia empezando a agotarse—. No le importa nadie, sólo la bruja Jong —Habla con irritación subiéndose en el asiento del copiloto—.

Hae-Won:—Pone los ojos en blanco—. Su hijo, idiota, su hijo sí es importante para él.

Hae-ryong:¿Tenía un hijo?.

Hae-Won:—Una risa amarga escapa de sus labios mientras arranca el auto, la velocidad aumentando con cada segundo—. El hecho de que ni siquiera tú sabías de la existencia de ese hijo solo me confirma lo importante que es para él.

Hae-ryong:—Resopló, la furia burbujeando en su interior—. Bien, entonces vamos por el bastardo y su pequeño bastardo, los mataré yo mismo —dice con furia contenida, sus manos apretando los puños sobre sus rodillas—. Los haré pagar por lo que le hicieron a mi estrellita.

Hae-Won:—Sonríe con malicia—. ¿Quién dijo que los íbamos a asesinar? Tenemos que ser más inteligentes que eso, Ryong. Tenemos que hacerlos sufrir.

Hae-ryong:—Se voltea bruscamente a ver a la menor—. Carajo, entonces dilo claro, ¿qué demonios estás planeando? Sé que tienes algo más en mente. Si no me lo dices, no puedo ayudarte.

Hae-Won:—Pisa el freno con una fuerza repentina, el auto chirriando y deteniéndose bruscamente en medio de la carretera—. Nos llevaremos a Ji-Ho y a Beom.

Hae-ryong:—Se lleva una mano al pecho del susto, alza una ceja visiblemente confundido—. ¿Por qué también a Beom? Él ni siquiera le habla a su padre.

Hae-Won:Pero está loco por Ji-Ho.

Hae-ryong:Son primos —nota la mirada incrédula de la menor—. Y antes de que digas que Hyesung y yo somos hermanos, nosotros no compartimos lazos sanguíneos, ellos sí, y eso es mucho más retorcido. Es enfermizo.

Hae-Won:—Se encoge de hombros, poniendo el auto nuevamente en marcha—. Cada familia tiene a sus raritos. Además, eso lo hace aún más útil para nuestros planes.

Hae-ryong:Él es mucho más raro que yo, eso no puedes negarlo.

Hae-Won:Si te digo lo otro, te va a dar algo.

Hae-ryong:Ah no, ahora lo dices.

Hae-Won:—Se encoje de hombros con desinterés—. La primera vez que tuve una conversación con Ji-Ho me dijo que quería a Hyesung para él, que lo deseaba obsesivamente.

Hae-ryong:—Su mano se extiende con rapidez y arrebata el volante a Hae-Won. Sus ojos se oscurecen, y una expresión sombría se instala en su rostro mientras gira bruscamente, sacando el auto de la carretera—. Repítelo.

Hae-Won:—Pisa el freno con fuerza, evitando que el auto chocara con un árbol—. ¡¿Estás idiota?! ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?! ¡No vinimos aquí para matarnos!

Hae-ryong:¿De verdad ese tal Ji-Ho dijo eso? —Su voz suena baja y peligrosa.

Hae-Won:¡Sí, joder, sí! ¡Eso fue lo que me dijo, mierda, Hae-ryong! —Golpea su brazo con todas sus fuerzas—. ¿Qué carajos te pasa? ¡Estás completamente loco!