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Izana:Por cierto, T/n.

T/n:¿Sí?

Izana:¿Ya sabe de Hae-Won?

T/n:Iza-nii, no empieces...

Ran:Sí, lo sé, Jefe.

Izana:Entonces, ahora sí somos cuñados.

Ran:¿Ah?

T/n:Oye...

Izana:Tuviste la confianza de contarle algo tan importante como eso, ahora sí sé que vas en serio.

T/n:—Sonríe de lado— Lo sabía, por eso me dijiste "eso" aquella vez.

Izana:Debía asegurarme de que era algo serio.

Ran:—Inclina la cabeza, observando a los demás con confusión— No estoy entendiendo.

T/n:—Suspira pesadamente y niega con la cabeza— Ya te aceptó.

Ran:—Sonríe con las mejillas sonrojadas—.

T/n:—Mira al moreno— Me puse celosa, ¿es normal?

Izana:Creo que sí.

Ran:Por cierto, ¿dónde están los demás?

Izana:Se están preparando para la "fiesta".

T/n:—Ríe suavemente, negando con la cabeza al recordar lo que pasó en la última "fiesta" que organizaron sus hermanos— Lo único bueno será el alcohol, lo demás será un desastre.

Izana:Pero Emma está encargada de las bebidas.

T/n/Ran:Fiesta sin alcohol no es fiesta, y Emma lo sabe.

Izana:Buen punto.

Dal/Sung-Ming:—Salen corriendo hacia T/n— ¡Unnie!

T/n:—Alza una ceja y se deja abrazar— Oigan, ¿y a ustedes qué les pasó?

Ran:—Frunce el ceño y se cruza de brazos, observando a las menores— Están llenas de pintura.

Dal:Estábamos jugando con pintura, y Rui la tiró contra nosotras y...

So-Mi:¡DÉJENME!

T/n:Ay, mierda.

So-Mi:—Se lanza encima de la mayor y la abraza con fuerza— ¡SÁLVAME!

Ran:Del olvido...

Izana:¡Sálvame de la soledad!.

T/n:¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!.

So-Mi/Dal/Sung-Ming:Oye, no da risa.

T/n:Sí que da risa.

Izana/Ran:—Se pellizcan y se miran con los ojos abiertos como platos— No es un sueño.

T/n:No podía estar amargada toda la vida, ni que eso fuera a cambiar algo que ya pasó.

So-Mi:Tienes razón —Sonríe de lado y le pasa la mano llena de pintura por la cara— pero no te rías de mí.

T/n:¡OYE!

Emma/Naoto/Senju:No te quejes, te dejaron limpiecita en comparación de nosotros, que ni jugando estábamos.

Narradora
La pelinegra, sin entender de qué hablaban los menores, se volvió para mirarlos. La risa le brotó de forma incontrolable, al igual que al bicolor. La rubia estaba cubierta de pintura rosa de pies a cabeza; la de cabello lila, de pintura morada; y el más joven de los tres, lleno de pintura naranja. La risa de ambos era tan escandalosa que atrajo miradas de reproche de los demás, pero ellos solo estaban concentrados en burlarse. Siguieron riendo por un buen rato más hasta que a los dos mayores se les ocurrió la misma pregunta: "¿Por qué ellos tres quedaron peores?". La pregunta resonó en sus mentes, haciendo que la risa se desvaneciera.

𝐀𝐍𝐈𝐌𝐀 │𝐑𝐚𝐧 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora