CAPÍTULO 10

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Subí a mi cuarto y en ese instante llegó mi nana.

- Que paso mi vida por que estas tan feliz. Dijo.

- Sebastián me propuso que sea su esposa. Le dije.

- En serio mi niña. Felicidades. Dijo.

- Estoy tan feliz nana. Ahora si ya nada va a impedir nuestro amor. Vamos a estar juntos toda la vida. Dije.

- Ahora si mi vida vas a ser felíz. Dijo.

Me fui a dormir después de conversar con ella y me levanté muy temprano para avisarle a mi familia sobre mi matrimonio con Sebastián.

- Buenos días familia tengo una noticia muy importante que decirles. Dije.

- Dinos mi vida de que se trata. Dijo mi madre.

- Sebastián y yo nos vamos a casar el próximo mes. Dije.

- Que eso no puede ser posible. Dijo Abigail.

- Me parece una idea maravillosa hija mía es la mejor desicion que has tomado. Dijo mi padre.

- Como puedes decir eso. Sebastián era mi novio y ella me lo quito. Dijo Abigail.

- Tus sabes perfectamente que eso es mentira. Sebastián y tu nunca fueron nada. Dije.

- Y tu como sabes. El te lo dijo pues te mintió. Dijo Abigail.

- Yo confío en el. Ni tu ni nadie me va hacer dudar. Dije.

- Basta ya no peleen. Si tu hermana es felíz con Sebastián pues tienen mi aprobación. Dijo mi padre.

- Pues en esa estamos. Después no se quejen de lo que vaya a pasar. Dijo Abigail y se fue.

- Estas segura que te quieres casar con Sebastián. Si lo llegas hacer tu hermana va a estar muy dolida. Dijo mi madre.

- No la molestes. Lo importante es la felicidad de nuestra hija. Dijo mi padre.

- Gracias papá. Y si estoy completamente segura de mi boda con Sebastián. Dije y me fui para ir a avisarle a Sebastián que mis padres aceptaron lo nuestro.

En el trayecto para ir a mi carro me encontré con Abigail.

- Lo conseguistes mosquita muerta pero te juro por lo mas sagrado que tengo que no vas a ser felíz. Dijo.

- Ya no me importa lo que digas. Dije.

- Bueno veras. Me voy te dejo para que vayas corriendo a avisarle a tu amorcito que aceptaron lo suyo. Dijo.

Me sentí por una parte mal pero por la otra estaba contenta de saber que dentro de un mes por fin Sebastián y yo ibamos a estar juntos.

Pasaron los días y llegó el gran día. Me levante porque empezó a sonar mi celular.

- Buenos días próxima Señora de la Vega. Dijo Sebastián.

- Buenos días próximo Señor de Bustamante. Dije.

- Te amo y estoy contando las horas para verte entrar por la iglesia. Dijo.

- Yo tambien ya quiero verte allí esperandome hasta que yo llegue a ti y jurarnos amor eterno. Dije.

- Te amo Lucía. Te amo mas de lo que imagine amar a alguien. Dijo.

- Yo tambien mi caballerito. Dije.

- Te dejo para que puedas alistarte y te veas hermosa para mi. Dijo y cortó.

Estaba tan felíz que sabía que nada iba a arruinar este momento tan especial.


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