CAPITULO 14

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Salimos rápido de la ducha, después de todo teníamos que apresurarnos, la familia entera, más la cosa a quien Rubén le llama novia, debían de estar esperándonos.
-Como luzco -Apareció por la puerta del baño con el cabello arreglado y haciendo lucir que nada había pasado.
-Como si nunca hubieras hecho el amor con tu mejor amiga -Musité como si esas fueran las palabras más normales, mientras maquillaba levemente mi rostro frente al espejo.
No lo escuché decir nada, seguramente no era la frase que esperaba escuchar. Sentí sus manos en mis hombros y luego encogió su estatura. Apegó su rostro al mío y me miró a través del vidrio reflector.
-Deberías omitir esa clase de comentarios -Sonrió con cinismo.
-Lo lamento -Carcajeé- Es mejor que vuelvas a casa, solo diles que estaré en un par de minutos y que... no se preocupen, no les fallaré.
-Está bien, nos vemos en unos minutos -Dio un fugaz beso en mi boca y salió de la habitación, dejándome acompañada del vapor que aún salía del baño.
Apenas escuché el sonido de la puerta chocar con su umbral, suspiré sonoramente. Aún no podía creer que era lo que había ocurrido hacia un par de minutos dentro del baño de mi casa, de mi habitación. Había estado con Rubén, algo que ni en mis más oscuros pensamientos se encontraba. A pesar de que mis piernas aún temblaban, me puse de pie y con dificultad caminé al armario para sacar alguna prenda que me hiciera lucir mucho más bella que... Jannies, después de lo que había ocurrido, debía prepararme para entrar en juego.

-Lamento haber demorado -Sonreí con inocencia apenas entré en la sala de los Doblas.
- ¡Al fin! -Exclamó Jaxon con la expresión mas infantil que podía haber visto- Estoy muriendo de hambre y mamá no quería servir la cena hasta que todos estuviesen presentes -Corrió hacia mí, me tomó en sus brazos y me estrujó en ellos- Mamá ¿Ahora podemos cenar? -Miró a su progenitora con los ojos brillantes.
-De verdad, lo siento -Me disculpé con Jaxon, la verdad era que su mirada, sus palabras ahogadas me hacían sentir culpable.
Finalmente terminamos todos sentados en la mesa disfrutando de la maravillosa cena que había preparado Kathy.
-Yo ayudo -Dije sonriéndole a Kathy que se paraba de la mesa para retirar los platos.

- ¡Oh! no querida, quédate con los chicos -Sonrió amistosa.
-Si. _____, no te preocupes, yo ayudo a Kathy -Me excusó mi madre.
Puse los ojos en blanco y negué repetidas veces con la cabeza.
-No se nieguen, ya lo tengo decidido -Hablé con la voz firme y comencé a retirar los platos junto a mi madre y Kathy.

Hacíamos un buen equipo en cuanto a lavar, secar y guardar, mientras que los hombres veían el fútbol y los chicos... vayan a saber que hacían... ¡Ok! Confesaré, que mi repentina voluntariedad era solo para esquivar a Rubén y su novia, me molestaba verlos juntos y lavar los platos más escuchar las graciosas historias que comentaban Kathy y mi madre, era un plan mucho mejor.

-Ya está todo perfecto, puedes ir con los chicos -Suspiró Kathy sentándose en una de las sillas- Gracias por la ayuda.
Solo sonreí, no me daba cuenta que ser amable, simpática, cooperadora, con los padres de Rubén, me daba puntos y Jannies... solo obtenía un rotundo y gran cero.
Salí de la cocina y sin ánimos caminé hacia la habitación de donde provenían las risas y gritos de los chicos.
Estaba a tan solo pasos de entrar, cuando una mano me jaló sin delicadeza dentro de un cuarto, el baño.

- ¿Qué Crees que haces? -Me miró desafiante a los ojos.
Ahí estaba Jannies, con una fría y espantosa expresión en el rostro, sus brazos se encontraban cruzados. Era una señal de que estaba acusándome por alguna razón.
Sonreí sin entender.
- ¿Perdón? -Arqueé una ceja.
-Por favor, no te hagas la mosquita muerta, hace mucho tiempo que lo vienes haciendo. Quizás hagas tonto a mi novio, a sus hermanos y a sus padres, pero no a mí -Bufó.
- ¡Dios! -Carcajeé- Ahora si que enloqueciste... ¿De que rayos estás hablando? -Musité con tranquilidad.
- ¿Por qué MI novio demoró tanto en tu apartamento? ¿Ah? -Me miró expectante, como su subiese lo que en realidad había sucedido.
-No quería venir, le tomó tiempo convencerme -Suspiré con obviedad y apoyé mi espalda en la puerta.
- ¿Ah si? ¿Por qué su cabello estaba húmedo? ¿Crees que no lo noté? -Sonrió creyéndose un detective que había acorralado al criminal. Que estúpida.
-Que se yo, se habrá bañado antes supongo -Sonreí inocente, pero más que eso... estaba recordando muy nítidamente lo que había sucedido- Oye, ¿podrías dejar este estúpido cuestionario? no tengo idea a qué es lo que quieres llegar, de verdad, no te lo tomes a mal, pero pareces una demente.... Y ahora con permiso, me voy a ver a TU novio -Sonreí una vez más y salí del cuarto con aire a vencedora.

-No se queda, así, ya verás -Me amenazó cuando estaba dándole la espalda y preparada para retirarme con mi dignidad en alto.
-Como quieras -Musité sin interés.
¡Dios! Nunca había pensado en que podría algún día responderle de esa manera, que bien se sentía, la verdad era que yo tenía mas razones, más excusas y ella solo sentía suposiciones.
-Hola -Me atrapó en el pasillo Mangel.
-Hola -Expresé una sonrisa falsa, lo esquivé y seguí mi camino, pero no, su fuerte mano en mi brazo me detuvo.
- ¿Por qué siempre me evitas? -Susurró detrás de mí, aún no me volteaba y tampoco quería hacerlo.

Estoy Enamorada De Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora