-No estoy evitándote -Susurré y me giré para enfrentarlo, tampoco me correspondía ser maleducada.
-Claro que si, lo haces todo el tiempo -Argumentó con aspecto molesto.
-Que no nos veamos no significa que te esté evadiendo, solo... es una mala coincidencia -Comienza a sorprenderme la habilidad de responder con firmeza, suelo quedarme callada o tartamudear sin saber que decir. Solían siempre dejarme con las palabras ahogadas en la boca.
- ¿Mala coincidencia? No lo creo -Bufó con ironía- Ahora mismo, con suerte me miraste y seguiste tu camino.
- ¿Y que quieres que haga? Iba con los chicos -Me crucen de brazos, me molestaba hablar con él, después de la última vez... las cosas habían cambiado.
- ¿Hablar conmigo quizá? Y creo que chicos suena a manada, odias a Jannies y no es que quieras pasar tiempo con Jaxon... -Guardó silencio, parecía que mordía su lengua, que se ahorraba palabras.
- ¿Qué? -Enarqué una ceja.
-Nada -Agachó el rostro y miró hacia un lado.
- ¿No querías hablar? Dime -Apoyé mi costado derecho en una de las paredes y lo alenté a seguir.
Levantó vagamente mi rostro para clavar sus ojos marrones, fríos y entristecidos en los míos. ¿Por qué cultivaba tal expresión en su rostro? De alguna u otra manera, me hacía sentir mal, aunque no tuviera ni la más mínima idea de que era lo que ocurría dentro de su mente.
-Es Rubén... ¿Verdad? -Y luego de esa pregunta... su rostro marcó más las señales dibujadas, diciéndome lo mal que le hacía.
Tragué saliva nerviosa, no era igual ocultarle la verdad a él que a Jannies. Con Mangel me conocía la misma cantidad de tiempo que lo hacía con Rubén. Me conocía, sabía lo que pensaba, como actuaba y reaccionaba, incluso lo que sentía.
- ¿Rubén? -Carcajeé pretendiendo hacerme la desentendida- ¿Por qué Rubén?
-Vamos, sabes de lo que estoy hablando -Suspiró cansado al respecto- Tu forma de mirarlo, de hablarle, de reír... cuando estás con él... es muy diferente a cuando estás conmigo: eres fría e incluso hasta me ignoras -Musitó mirándome directo a los ojos.
Me quedé estática, sin palabras, ni si quiera pestañear podía. Sus simples palabras me habían llegado, quizás si actuaba de diferente forma cuando estaba con Rubén, peor nunca me percaté de cómo era ante Mangel... tenía claro que no quería hablar con él, pero no debía ser tan... diferente.
Miré hacia un lado buscando algún tipo de respuesta, de verdad me había dejado helada.
-No es verdad Mangel -Musité incomoda, aún mirando un punto infinito, cualquier lugar que no me guiara a los ojos de Mangel.
-Claro que si... entonces... ¿Por qué ahora mismo no me estas mirando a los ojos? No te sigas engañando -Se acercó lentamente hacia mi, de una manera seductora, lo cual me hacía sentir incomoda, eso era lo que no me gustaba de el, sentí como sus tibias y suaves manos tomaron las mías, acercándose a mi pecho, desvió una de sus manos a mi rostro, lentamente me giró y me hizo mirar directo a sus ojos brillantes.
-Es que... tú no tienes idea -Susurré con la voz quebrada. Sentía que pronto iba a llorar, pero debía ser fuerte. Como detestaba ser tan... demostrativa con mis sentimientos.
- ¿De que hablas? -Enarcó una ceja con ternura, quería comprenderme y sabía que si le contaba el me apoyaría, pero era tan difícil confesar lo que sentía.
-Hay razones por las cuales... no he querido hablar contigo -Seguía hablando entre susurros y eso hacía peor la situación.
- ¿Significa que si las hay? -Alejó su mano de mi rostro, se lo había estado ocultando hace tanto tiempo. Él siempre trato de sacar alguna explicación, pero yo solía negarlo en cada momento.
Asentí con el rostro y volví a girar mi rostro, era cuando comenzaba a darme vergüenza mirarlo.
-Entonces... dime, ya no quiero seguir esperando por ello -Sentí su voz tan fría como una piedra, de seguro estaba molesto conmigo y era de saberlo, en su posición... yo igual lo estaría.
-Es desde esa vez que me invitaste a cenar -Comencé con la cabeza aún agachada.
- ¡Lo sabía! -Exclamó- ¡Soy un completo inútil! -Dijo frustrado. Levemente lo miré y escondía su rostro entre las manos.
-Mangel, de verdad, no pienses que no... que no disfruté la cena, de hecho la pasé genial, de hecho fue algo increible... es solo que... -Ahogó mis palabras.
-Lo se, lo se -Alejó sus extremidades de la cara y me miró con una sonrisa apenada- pensaba que... -Miró hacia el techo y tomó aire- Pensé que te gustaba y... e hice mal las cosas, no sabes como me arrepiento. Traté de besarte... y cuando me alejaste... creí que no eras de las chicas que besaban en la primera cita... ya que me sonreíste y continuaste el resto de la cena como si anda hubiese sucedido... entonces desde ahí que... trato de buscarte... -Apretó los ojos.
-He tratado de hacerte entender que solo... te quiero, pero nada más que como a un amigo, más que nada... como un hermano -Suspiré.
-Lo entiendo... -Volvió a mirarme con los ojos tristes- de verdad lo lamento, no fue mi intención incomodarte, de verdad -Me hablaba con la voz suplicante.
-No te preocupes -Sonreí sin ánimos- tampoco fue mi intención... hacerte creer que te ignoraba -De alguna manera... se sentía bien confesar las cosas, así se arreglaban y no habían malentendidos.
Sonrió con ternura y con ese frío dejo de tristeza, preferí evitar mirarlo... me hacía sentir mal. Nos quedamos en un incómodo silencio, ni uno de los dos tenía más que decir... y ni uno de los dos reaccionaba a dejarnos.
-_____ -Susurró.
- ¿Si? -Lo miré.
-Tu me gustas... -Suspiró en entre medio del susurro mientras no desviaba sus penetrantes y sinceros ojos de los míos.
- ¡_____! ¡¿Vas a venir o no?! -Escuché a esa llamativa voz exclamar detrás de mí. Rubén.
Mangel me sonrió sin ánimos.
-Anda -Musitó sin despegar la sonrisa entristecida de sus labios.
Sonreí incómoda y di media vuelta para ir con Rubén.
- ¿De que tanto hablabas con Mangel? -Preguntó en seco y sin mirarme cuando escuchamos la puerta de la habitación de su mejor amigo cerrarse.
-De nada importante... ¿Por? -Susurré aún con las últimas palabras de Mangel vagando por mi cabeza.
-Hace rato que los vi en medio del pasillo, estaba tan serio... ¿Acaso no vas a contarme? -Averiguó con seriedad.
-Ah, ahora debo contarte todo ¿Desde cuando? -Carcajeé, ¿Por qué le interesaba tanto saber?
-No lo sé, es que... no me gusta que pases mucho tiempo con él... es que... le gustas -Me miró con una expresión burlona.
¡¿El lo sabía?! ¡¿Cómo diablos no me había contado?!
- ¡¿Qué?! -Exclamé, no por la sorpresa sino porque me lo había ocultado- Quiero decir -Bajé el volumen de voz y lo miré con una sonrisa, quería describir porqué su interés- ¿A Mangel le gusto? ¿Enserio? -Sonreí nuevamente, fingiendo que no tenia ni la menor idea.
-Estem... he... si -Tartamudeó visiblemente nervioso-Diablos, no debía habértelo dicho.
- ¡No! No, no... Eso... es, lindo de su parte, no lo sabía ¿Crees que haríamos linda pareja? Mangel y yo... -Musité tranquila. Estaba dando resultado... Las expresiones de Rubén cada vez se iban volviendo más serias y molestas.
- ¿Tu y mi mejor amigo? -Arqueó una ceja con desagrado- No, no... horrible, mas le vale que se aleje de ti -Me miró serio a los ojos.
- ¿Y por qué? Tu tienes tu novia... ¿No debería yo tener un chico? -Susurré.
-Llega a tocarte tan solo un pelo y está muerto -Dijo Rubén y me miró directamente a los ojos.
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Estoy Enamorada De Mi Mejor Amigo
RomanceEl punto es que el necesita de mi ayuda porque dice que se ha peleado con su lindísima novia Jannies, y por eso quiere que me haga pasar por su novia para que ella tenga celos de mi y vuelva con el, pero yo a la vez no quiero ser parte de ese plan q...