Visité el laboratorio gran parte de mi vida, y aun así se siente como si esta fuese la primera vez.
Sue camina a mi lado en completo silencio. Desde que se cortó el cabello, parece otra persona. Un poco más madura, igual de feliz y enérgica que antes, sí, pero aun así hay algo en ella que no logra ocultar del todo el miedo. Por mi lado, lo único que sigue delatándome son mis manos sudorosas y la inevitable sensación de que no tengo ni idea de qué estoy haciendo, o de qué está sucediendo. Ver a mamá llorando, ser rechazada por el escáner de mierda, y luego tener que estar aquí una vez más... son demasiadas señales que todavía no logro entender.
El tiempo pasa muy rápido, escapándoseme de las manos.
Desde que ingresé a la Academia, mis días no han dejado de ser inestables. Primero vuelve mamá a casa con noticias misteriosas sobre un proyecto secreto, después la muerte de Nathaniel sacude lo que quedaba de mi normalidad, y ahora esto.
El ala A está tal cual la recordaba. Tras la puerta, el vestíbulo da la bienvenida a un grupo bastante reducido en comparación al que se dirige ahora al ala B. Jean, Zed, Mason e Idina están allí. Sue y yo tuvimos que venir aquí, llenas de vergüenza, con otros tantos desconocidos igual de asustados que nosotros.
Justo cuando ponemos un pie dentro del establecimiento, Rosé aparece para recibirnos.
—¡Bienvenidos! Pasen, pasen —nos invita, abriendo los brazos en señal de que nos acerquemos a ella—. Les presento oficialmente el ala A de la OCD, destinada al estudio e investigación de los dones.
Kristen Hale, quien acaba de ingresar última por la puerta, se acerca a Rosé sin decir ni hacer mucho. Ella, que se parece a una versión femenina y mayor de Sawyer, apenas demuestra emoción alguna. No sonríe, ni luce amable, ni mucho menos modesta, a diferencia de Rosé.
—Edgar dijo que estaría esperando —es lo único que se limita a decirle, casi como si no estuviésemos aquí presentes.
Rosé asiente, juntando ambas manos por delante de su vientre.
—Prefiere recibirlos a todos en el laboratorio. Ya sabes cómo es —resopla en respuesta, antes de volver a dirigirse a nosotros—. Durante su estadía en la OCD, les asignaremos una habitación a cada uno de ustedes en el ala correspondiente. Es importante que permanezcan atentos a los horarios que les entregaremos una vez terminen las pruebas preliminares.
—Efectivamente —asiente Kristen, la instructora—. Luego de unos últimos exámenes, serán asignados a un grupo. Algunos se quedarán aquí, y otros se unirán a los del ala B. Dependiendo de en dónde se encuentren, tendrán una tarea diferente. Pero no se preocupen por eso todavía, lo entenderán mejor a su debido tiempo.
Es lo que mamá solía decirme.
«Lo entenderás cuando necesites hacerlo».
Ella está tan presente aquí... y, sin embargo, acaban de expulsarla. Nada encaja como debería encajar. ¿Eso significa que ya no forma parte de la OCD? ¿O simplemente de lo que este proyecto significa? No pueden simplemente sacársela de encima, o al menos no deberían. Mamá, y toda nuestra familia, hicieron que este lugar sea lo que es ahora mismo.
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Deja que brille ©
Science FictionLos humanos se cansaron de ser débiles y ordinarios. ¿Qué fue lo mejor que pudieron hacer? Cambiar. ¿Pero qué es imposible alterar? Un error. Por eso existe Ginebra, por eso es una de otras tantas personas que siguen naciendo sin un don y por eso, t...