¿Dudar De Él O No?

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Lucía estaba apunto de morir por ese asesino desconocido. Él tenía una máscara y su voz no era normal.
Estaba vestido de negro, y agarraba un cuchillo en sus manos.
Tras estampar a Lucía contra la pared, ella intentó deshacerse del asesino, pero no pudo hacer nada.
Cada vez estaba más asfixiada, y tenía menos fuerzas para intentar escapar. Sólo pudo gritar un 'socorro' con su potente voz, aunque parecía demasiado tarde porque el arma de aquel asesino cada vez estaba más cerca.

-Adiós... -Dijo el desconocido.

Lucía ya se rindió. Vio que nadie iba a salvarla, así que lo único que hizo fue cerrar los ojos, de donde se le escaparon varias lágrimas. El asesino agarró con fuerza el cuchillo y, justamente cuando iba a clavarlo en aquel cuerpo, recibió un golpe, y su arma cayó al suelo junto a él.

Se levantó al instante, y vio quien era la persona que le había golpeado. Era Saek. Él se dirigió hacia el asesino y le intentó dar varios golpes, aunque era rápido y se defendía bastante bien. Le intentó quitar aquella máscara, pero aquella persona se lo impidió, aunque pudo ver parte de su cara. Era un hombre.

-No tengo más ganas de perder el tiempo... - Dijo aquel sospechoso.

Justamente después, escapó rápidamente.

-¡Saek! - Gritó Lucía mientras sonreía casi llorando. Mu... Muchas gracias por salvarme, la verdad. ¿Cómo sabías que estaba aquí? Por aquí no pasa nadie...

-Cuando volvía de comprar escuché una voz. No tenía ni idea si era la tuya o no, pero eso da igual porque sabía que si no me entrometía, algo malo iba a pasar. Menos mal que te he salvado... Si no lo hubiera hecho, ahora mismo me suicidaría... -Respondió Saek con una mirada triste.

En ese momento Lucía dejó de dudar de él. Había sido salvada por un chico que se suponía que no estaba del todo bien de la cabeza. ¿Cómo iba a ser eso? ¿Acaso realmente está bien?
Todas esas preguntas se hacía esa chica que todavía tenía su corazón latiendo a cien por hora. Lo que acababa de vivir era algo terrorífico.
Estar cruzando por un lugar por el que no pasa nadie da escalofríos, pero encontrarte con alguien así y pasar de estar en casa a morir, de un momento a otro, no es agradable.

Después de haber salido de aquel atajo, los dos se dirigieron a la casa sin más dificultades. Al llegar, los dos fueron para el salón y Saek se tiró en el suelo.

-Buaaaaah, estoy muerto. -Dijo el chico mientras se tiraba.

-Y yo todavía estoy algo asustada por lo de antes... Por cierto, voy a ir al baño a ducharme en un momento, así que espérame. No te comas los dulces sin mi, eh pillín. - Bromeaba Lucía.

Se dirigió al baño y allí llamó a Yev.

Conversación telefónica entre Lucía y Yev.

-¡Hola, Lucía! ¿Algun novedad? ¿Ha ocurrido algo? - Preguntaba Yev.

-Bastantes cosas - dijo con tono serio. Después de ir al psicólogo, Saek paró a comprar dulces y yo mientras me dirigí a casa. Utilicé un atajo que había, y... Un hombre me intentó matar. ¡Pero apareció Saek y peleó con él, aunque finalmente escapó y no pudimos hacer nada... No te preocupes, estoy bien.

-¡Menos mal que estás bien! Supongo que con esto me estas diciendo que no dudas de Saek... ¿Verdad?

-Con esto que me ha demostrado... La verdad es que no. Gracias a él estoy viva ahora mismo...

-Eres muy inocente. Siendo tan inteligente, ¿de verdad no has pensado que a lo mejor ese hombre podía ser un cómplice de Saek y que lo tenían todo planeado?

-Puede ser, pero yo ya confío en él. Aunque en el fondo quiero que sigas la investigación, no te preocupes.

-Eso haré, estoy llegando a casa de Saek. Veremos a ver si esconde algo. Hasta luego. -Se despidió Yev.

Después de aquella conversación y de ducharse, Lucía comió los dulces con Saek y los dos estuvieron jugando a videojuegos durante toda la tarde.

Mientras tanto, Yev pudo entrar en casa de Saek. Parecía que no limpiaba, pues habían papeles y muchos utensilios tirados por el suelo.
Aunque hubo algo que le llamó la atención. Papeles con manchas. ¿Pero qué tipo de manchas?

Yev inspeccionó varios papeles y el suelo, que también estaba ensuciado de lo mismo. Llegó a la conclusión de que era sangre. En ese momento empezó a asustarse algo.

-¿Q... Qu... Qué habrá hecho Saek? - Se dijo a sí mismo mientras temblaba.

Después del salón, se dirigió a la habitación de Saek. Allí había un armario grande de color marrón, con mucha ropa dentro, y nada más. También se encontraba su portátil.
En aquel aparato se encontraban muchas series de terror descargadas, y en el historial del navegador no había nada interesante.
Yev miró por todos los rincones pero no encontró nada. Se dirigió a la cama y miró debajo de ella.

Había algo grande envuelto ente sábanas. Yev empezó a temblar y a temblar, a sudar. Estaba muy tenso.

-Va-va-vaya, ¿y ahora qué será esto? - Dijo con voz temblorosa.

Desenvolvió aquello y rápidamente gritó y se alejó. Era el esqueleto de Andrés, aunque Yev no pensó en eso. Él estaba impactado y aterrorizado.

Puso el cadáver en su sitio y volvió al salón. Allí vio un golpe dado contra la pared, y justamente debajo de eso, un teléfono móvil reventado.

-No me puedo creer esto... Saek... Es un asesino...

Conversación telefónica entre Lucía y Yev por la noche.

-Hola Lucía... Estoy bastante impactado. Lo que he visto... Es terrorífico -Dijo Yev con voz temblorosa.

-¡Dime! ¿Qué has visto?

-Sangre... Gotas de sangre en el suelo de su salón. Y aparte, en su habitación, un esqueleto... También un teléfono móvil reventado. ¿Sabes ya a lo que me refiero?

-Sí, y no lo puedo creer. Saek... ¿es un asesino?


La Locura De SaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora