Capitulo 4.1

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La alarma suena, doy un brinco de la cama mientras me limpio los ojos, me pongo las sandalias y salgo a prender el quemador para meterme a bañar, me meto a mi cuarto y tiendo mi cama.

Después de un rato me meto a bañar, paso por el cuarto de mi mamá pero parece seguir durmiendo <<No la voy a despertar, de seguro debe estar cansada, ayer no la deje dormir bien>>

Me cambio, como siempre, un pantalón de mezclilla una playera negra larga y unos converse negros. Mi estilo de vestir es raro, aveces siento que no me queda, pero yo me siento cómodo y así me gusta. No me tengo que vestir diferente solo porque los demás lo hacen. Aveces ser diferente es bueno. <<Aunque me gustaría vestirme como un chico normal... creo que eso me haría verme mas normal.>> Aunque. Lo normal es aburrido.

Bien, esta todo listo. Bajo a la cocina y preparo mi desayuno, algo sencillo, no soy un gran chef que digamos.

-Mientras no queme la casa todo esta perfecto. Suelto una risita

Desayuno mis famosas "Quesadillas" aun que se me quemaron un poco, <<¿Alguna vez he echo algo bien en la vida?>> Piensa mi subconsciente.

Pero no importa, que estén quemadas no les quitan tanto el buen sabor que intente darle. Ademas dicen que las tortillas quemadas ayudan a que no te sangre la nariz. Entonces hice un buen trabajo. Siempre trato de verle el lado positivo.

Le enviare un mensaje a Nate que ya voy saliendo.

Ya voy en camino al colegio, avísame cuando llegues y donde estas.

Agarro un taxi y me dirijo al colegio. En el trayecto del camino mi mente no deja de dar vueltas preguntándome: <<¿Estará la chica de las respuestas? ¿Se acordara de mi? ¿Le habré causado buena impresión? Mierda, no debí poner cara de estúpido y ponerme a babear frente a ella, espero y no se haya dado cuenta...>>.

Salgo del taxi y me dirijo al portón principal, por suerte llegue algo temprano, pero eso no evita que ya estén algunas personas, no soy muchas, pero tampoco son pocas.

Trato de hacerme paso entre la multitud para dirigirme a las listas. Pero entonces comienza a vibrar mi celular. Es Nate.

Viejo, ya estoy aquí, estoy en la calle de enfrente, asómate.

Creo que mejor voy a ver a Nate, sera mas fácil encontrar mi nombre ya esa en la lista de aprobados o... rechazados. Se me hace un nudo en la garganta.

Me paro en la acera del colegio y veo a Nate del otro lado. Levanto la mano y el me devuelve el gesto. Se acerca.

-¿Que tal? ¿Cuanto tiempo llevas?. Me sonríe.

-Pues no llevo mucho tiempo, de echo acabo de llegar.

-Pues que estamos esperando, vamos a ver, ya veras que si pasaste. Me da una palmada en el hombro y se dirige a las listas.

-Eso espero. Suelto una risita nervios y lo sigo.

Abrimos paso entre la gente que ahora ya es multitud que no me di cuenta ni en que momento se lleno tanto.

No logro evitar el voltear a los lados para ver si no encuentro a mi chica de las respuestas << No sabes ni su nombre y piensas que ya es tuya >> Que estúpido sueno y eso me lo recuerda mi mente.

-Hey Demian, ven aquí, ayúdame. Me llama mientras me acerco a el  -Busca de ese lado y yo busco de este lado ¿va?

-Va. Le respondo mientras comienzo a leer los nombre desde el principio de los aprobados.

Nate comienza a leer rápidamente. Trato de seguir su ritmo. Me comienzo a poner nervioso cuando no logro encontrarme entre ese mar de apellidos que no conozco. Cuando me encuentro con Nate.

-No encontré nada amigo. Agacha la cabeza y me pone una mano en el hombro.

-Yo tampoco viejo. Agacho la cabeza, intento no llorar para no hacer un drama frente a toda esta gente. Levanto la quijada y miro a Nate. -¿Seguro que revisaste bien?

-¿Ahora me intentas echar la culpa? ¿Tu revisaste bien? Siempre eres distraído Demian. Me responde.

-Perdón, pero no quiero creerlo. ¿Podemos revisar de nuevo?. Le ruego.

-Esta bien, pero ahora tu busca donde yo leí y yo busco donde tu leíste ¿de acuerdo?. Me intenta dar una sonrisa.

-De acuerdo. Asiento

Comienzo a buscar donde le toco a Nate. Pero no logro encontrar nada. Diablos...

-¡Demian!- Grita Nate -  Ven aquí. Me ordena.

Quisiera responder de la misma manera tan altanera de la que me ha gritado, pero el echo de que me haya llamado puede significar una buena noticia.

-¿Que?. Respondo.

-¿Que tu estas ciego?- Me responde mientras me agarra de la cabeza con las dos manos -Pensaba que era un mito eso de que demasiada masturbación te puede dar ceguera pero tu me lo confirmas viejo. Comienza a soltar unas risitas mientras mueve la cabeza.

-¡Ya! ¿Que sucede? ¿Algo bueno?. Insisto.

-No se si sea bueno que te estés comenzando a quedar ciego-  Se ríe  -pero si. ¿Me pregunto que harías sin tu hermanoyenda de cerca?. Levanta la mirada como inspirado de si mismo.

-¡Ya Nate! ¡¿Que sucede?!. Le insisto cada vez mas.

Nate gira mi cabeza con las dos manos mientras aparta una y señala un nombre.

87.- Demian Labrín Montero.

<<Pase...>>

-¡Pase!. Miro a Nate con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Pasaste!. Me sonríe de igual manera.

Empezamos a reírnos. De pronto me siento libre. No tengo ninguna preocupación. Wow. Este sentimiento. De satisfacción. Ese sentimiento que tienes cuando haz hecho algo bien en tu vida. Se siente... grandioso.

<<Nada podría arruinar este momento>>. No debí haber pensado eso.

Volteo y veo a la chica de las respuestas... abrazada... de un... hombre....

Mierda.

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