Jungkook, de 20 años, ha crecido junto a Taehyung como hermanos comunes. Sus padres los criaron con amor y sin temor a decir algo mal, y la conexión entre ellos siempre fue especial. Pero a medida que Jungkook madura, empieza a sentir emociones que...
Habían pasado ya tres semanas desde aquella tarde en que el mundo pareció colapsar para Taehyung.
Su cuerpo había cambiado. Su vientre redondeado no dejaba espacio para dudas. El embarazo de siete meses lo hacía caminar más despacio, dormirse con más facilidad y llorar por cosas tan simples como un video de cachorros. Pero también había traído algo más: seguridad.
Gracias a Jungkook.
En las noches, cuando sentía que su cuerpo no era suyo, cuando las dudas le robaban el aire, Jungkook estaba ahí. Y esa madrugada no fue la excepción.
El reloj marcaba las 3:12 a.m. La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la luz tenue de la luna entrando por la ventana. Taehyung se removió entre las sábanas, intentando encontrar una posición cómoda.
JK-¿No puedes dormir?-murmuró Jungkook, con la voz ronca de recién despertado.
TH-El bebé no para de moverse... creo que está ensayando para una coreografía-respondió Taehyung, sonriendo débilmente mientras se frotaba la barriga.
Jungkook se incorporó con suavidad y se acercó, besando su frente primero... y luego, su vientre.
JK-¿Puedo ayudarte a distraerte?-preguntó con un susurro cargado de intención. Taehyung lo miró con los ojos brillantes.
TH-Solo si prometes no hacerme llorar otra vez con tus declaraciones dramáticas de amor.
Jungkook sonrió, apoyando su frente contra la de él.
JK-No prometo nada.
Lo besó despacio, con ternura y deseo entrelazados. No había apuro. Solo necesidad de sentirse cerca. De recordarse que aún eran ellos dos... aún eran amor, incluso si allá afuera el mundo preparaba cuchillos.
Se amaron con delicadeza, como si el tiempo se detuviera. Y cuando el sol comenzó a asomarse por el horizonte, ambos dormían, piel con piel, sus corazones latiendo al mismo ritmo... uno que Taehyung reconocía como hogar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jenni cerró su laptop con fuerza. Las redes no decían nada nuevo. Rumores, comentarios, suposiciones.
Nada concreto.
Y ella estaba harta.
Sabía que algo escondían. Desde aquella vez que escuchó por accidente a Kai hablar con Jimin. Desde que vio a Jungkook pasar por la escuela con una expresión más dura que de costumbre.
El escándalo no fue suficiente. Los rumores solo habían sembrado duda. Pero ella quería la verdad.
Y la iba a sacar a la fuerza, si era necesario.
Tecleó con rapidez. Había conseguido la IP de Jungkook hace días. Tenía acceso a una copia vieja de su correo de estudiante. Era cuestión de tiempo.