capítulo 5: mi nueva escuela.

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Jueves en la mañana, temprano, nervios insanos recorriendo mi cuerpo, hirviendo mi sangre, burbujeando en mi.

Había decidió que aquellas sensaciones, debería controlarlas, entrenarlas, como amaestrar a un cachorro recién nacido, si, así eran mis emociones, nacientes y crecientes, se elevaban sobre mi, y yo, me sentía increíble.

Por esas fechas, recuerdo que mi cabello era largo, y que jamás lo había tenido así.

Antes de mudarme, había acudido a la estética para hacerme la base y dejarme chinos por todo cabello fino que se cruzase.

Era pequeña, morena, delgada y CHINA.

Cosa que siempre me había gustado, pese a todo lo demás; muchas veces, escuchaban decir "las chaparritas esto" , " las chaparritas lo otro ", de forma despectiva y sinica, grosera.

¿que carajos importaba? Es la forma en la que me desarrolle y mi cuerpo nunca fue un problema, no había nada que no pudiera hacer y trabajaba de la misma manera, y de echo, eso me traía bastantes ventajas, podía escabullirme entre la gente con facilidad y siempre me sentía ligera...

Nunca pensé, de igual manera que sería mi sex apil.

En fin, me desvíe del tema...

Jueves en la mañana.

Escuela.

No conocía nada de mi nueva escuela, no tenía un uniforme perteneciente a la institución, así que ese día, me coloqué una camiseta Blanca escolar y unos jeans, sólo para no desentonar.

Deje mi cabello suelto y bueno, todo lo demás, no importaba tanto el como luciera, si no, ¿que es lo que quería mostrar a los demás? .

Tenía miedo, y las dudas me asaltaban como ráfagas de viento en días de invierno, o en temporada de lluvias, donde los Aires fríos y fuertes levantaban faldas y tiraban ancianas.

¿Les caeré bien?
¿tendré problemas con ellos?

¿y si no me hablan?

¿y si soy rechazada?

Como mencioné, antigua mente, tenía problemas de autoestima y Valoración.

Siempre me dio miedo conocer gente, hacer amigos.

Después de desayunar, después de arreglárme, subimos al auto, yo y mi pequeño hermano.

Y mi padre conducio.

Me sorprendió ver que mi escuela no quedaba tan lejos de casa.

Sólo teníamos que cruzar un Boulevard y girar hacia la derecha para ver el "colegio Bahía de banderas ".

Al entrar, observe cada detalle de mi nueva escuela.

Había una gran puerta de cristal, y enfrente una glorieta donde los autos se detenían y dejaban a sus hijos con sus uniformes azules y sus mochilas de los power rangers o rosita fresita e incluso, de distroller.

Mi papá, no giró en la glorieta se estaciono, bajamos del auto, yo más nerviosa que los otros dos y al cruzar por la puerta, me di cuenta de que las secretarías estaban en la entrada, como si este fuese un recibidor, al lado suyo a mano derecha, se encontraba otro cristal enorme, como ventana y otra puerta, de esas de escuela, blancas y grandes.

Vi que algunas personas, algunos niños, estaban ahí.

Ellos me miraron.

Mi papa, entregó papeles y las secretarías, me avisaron que ese que veía era mi salón, que entrara y que saludara.

Me acerqué lentamente, tome la perilla de la puerta, la gire, sentía mi mochila pesandome en los hombros, la puerta se abrió y...

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