𝗧𝗛𝗘 𝗚𝗥𝗘𝗔𝗧 𝗪𝗔𝗥 ━━━ Carl Grimes.

𝟎𝟖𝟏. ┇ ❛ Stalking ❜

LOS OJOS DE RYLIE SE ILUMINARON AL VER A LO LEJOS al hombre de su vida bajar del carro junto a Judith y varios miembros de Alexandria.

Apenas se enteró de que volvía corrió en su busqueda y al verlo allá no dudó en ir hasta sus brazos con necesidad.

Por un momento esa presión en su pecho pasó a segundo plano y tan solo se dejó envolver por su calor sintiendo que sus angustias desaparecían.

—Gracias al cielo estás aquí, sano y salvo —murmuró Rylie fascinada al mismo tiempo que revisaba el rostro de Carl.

Carl apartó las manos de ella de su rostro y besó sus nudillos con delicadeza antes de mirarla a los ojos.

—Lamento no haber estado cuando más lo necesitabas, amor —musitó Carl con arrepentimiento acariciando las mejillas de su esposa —. Pero aquí me tienes. ¿Cómo están nuestros torbellinos?

—Mejor que ayer eso es seguro.

Una sonrisa se plasmó en el rostro de Carl y dejó salir el aire que no sabía que retenía en su pecho. La sola imágen de sus hijos en cama le revolvía todo.

Odiaba verlos enfermos y decaídos.

—¡Ey, yo también quiero un lindo recibimiento!

Las quejas de Judith Grimes no tardaron en hacerse evidentes y el matrimonio Grimes-Everson la miró con diversión.

—Pero si es mi bebé mayor, anda unete a un abrazo —anunció Rylie y prosiguió a envolverla en un abrazo cálido —. Me alegra tener a mis Grimes de vuelta.

Y mientras Judith abrazaba a Rylie le sacó la lengua a su hermano fascinada mientras Carl planeaba como dsejarla sin postre la próxima vez que viniera a visitarlos de forma repentina.

—¿Y Michonne?

La pregunta dejó algo pasmado a Carl, quien tan solo se limitó a responder con sinceridad.

—En Oceanside nos encontramos con un hombre que posiblemente podría ser clave para un intercambio. Mamá se ofreció a ir apesar de que le dije que quería acompañarla. Ojála no le vaya a pasar nada malo si no...

—Ey, calmate, tonto —pidió Judith de forma repentina tomando la mano de su hermano mayor y sonrió —. Mamá es fuerte, muy fuerte. Sabes que no dejará que las cosas se le salgan de control.

—Jude tiene razón, Michonne sabe cuidarse sola —añadió Rylie más calmada y acarició su mano —. Ahora todos vayamos a casa. Se que ha tres personitas les encantara tenerlos en casa.

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Y tal como decía Rylie apenas Carl y Judith aparecieron en la sala fueron recibidos por un sonriente RJ.

—¡Carl! ¡Jude!

—Ey, RJ. ¿Cómo estás, pequeño? —cuestionó Carl envolviendolo en un abrazo y revolvió su cabellera.

—Bien, Carl. ¿Dónde está mamá?

—Mamá se quedo haciendo en Oceanside, pero volverá pronto —anunció Judith dejando sus cosas en un sofá cercano con tranquilidad y se dirigió a la cocina —. El viaje me dejo hambrienta. ¡Necesito algo rico!

—Por ahora solo te puedo ofrecer
caldo de pollo y jugo —respondió Rylie cruzandose de brazos y la castaña pasó las manos por su rostro frustrada.

Al cabo de unos minutos se escucharon pisadas en las escaleras y pronto dos niños aún en pijama se apresuraron a bajar las mismas entusiasmados.

—¡Papá, volviste!