III.

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Al lado de Hansol había una chica, su nombre ni lo sabía, tampoco quería saberlo. En este momento sólo me importaba Hansol, quería estar todo el día en clases para verlo, aunque sólo sea verlo de espalda. Quería hablarle pero estaban todos callados, la maestra comenzó a escribir la materia, todos sacaban sus cuadernos y yo sólo quería mirarlo a él, parecía un chico enamorado como en los doramas, era todo tan igual, sonreía de la nada y estaba muy feliz. 

A la hora después salimos a recreo y él se quedó dentro del salón, yo ni siquiera me paré y quería quedarme en mi puesto leyendo. Estaba entre hablarle o dejar que me hable él pero también pensaba que nunca iba a hablarme. Así que decidí ir al baño a mojarme el cabello, fui y me miré al espejo, mis ojos brillaban como nunca, mi cara era la más feliz, mi sonrisa no se quitaba de mi rostro, después de mojarme el cabello, volví al salón de clases, pero vi su lugar y el ya no estaba, fui sólo por unos segundos al baño que quedaba dos salones más que mi salón y desapareció en segundos, retrocedí a la puerta para ver a donde había ido, pero sólo veía mi sombra, nadie en el pasillo, ningún ruido, todos estaban fuera jugando o charlando. Me sentí mal, yo estaba decidido en hablarle primero, pero ver que desapareció me hizo cambiar de decisión, ahora sentí miedo de no agradarle.

Comenzó la segunda hora de clases, yo estaba ahí sentado en mi puesto, viendo como llegaban los demás menos él, algo me llamó la atención, en su puesto estaban sus cuadernos de la clase pasada, pero estaba en la escuela. 

Necesito ir a la enfermería, tengo dolor de cabeza, profesor. —Me paré y le dije al profesor de Biología.—

Está bien, cualquier cosa me avisas Byung. —Me respondió mientras me hacía una señal para salir rápido.— 

Fui en busca de Hansol, la verdad no me dolía la cabeza, estaba apagado, pude ver como su presencia me animaba el día, caminé muy lento al baño de hombres, no estaba, fui al gimnasio, no estaba, fui al casino, no estaba, caminé por 1 hora entera, corrí al primer piso, el segundo, tercero y cuarto, recorrí toda la escuela y no estaba. Fui de esquina a esquina, hasta que llegué a la enfermería, me comenzó a doler el pecho de cansancio.

Tiéndete en la camilla que esté vacía mi niño, te veo muy mal. —Me dijo la enfermera al verme entrar a la enfermería.—

 Me sentía mal, estaba tan angustiado, habían 4 camillas en cada lado del salón, todas ocupadas con más alumnos, y me fui a una que quedaba en medio.

Oh, gracias. —Le respondí mientras comenzaba a tenderme.—

En ese momento lo único que pensaba era en dónde estaba Hansol, por qué desapareció y no fue a la segunda clase. La enfermera Na Na fue a mi camilla.

¿Qué sucede? —Soltó un suspiro y me tocó la frente.— En serio, qué es lo que pasa, te he escuchado correr de aquí para allá. 

Yo.. estoy buscando a alguien. —Le respondí con seguridad.— Pero esa persona desapareció de una pestaña de ojos, y no sé en donde está. 

Mis ojos se llenaban de lágrimas, no entiendo cómo me pudo importar tanto Hansol, en un día. Movía mis dedos por los nervios, me mordía el labio, y me secaba las pocas lágrimas que me caían.

Por si acaso, ¿buscas a Hansol que es de tu salón? —Me preguntó con un susurro.— 

Quedé impactado, mi corazón empezó a latir a mil horas, mi sonrisa apareció de la nada, y me senté de la felicidad porque creía que ella sabría en dónde estaba.

Crucé la linea. (HanJoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora