VIII.

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Después de mi siesta y despertar, vi que ya eran las 2:45 p.m, y ya debía arreglarme para ir con Xero a la azotea, ya que quería decirme algo. Mis ganas de arreglarme y estar decente no eran grandes, sólo fui al baño a lavarme, acomodar mi cabello, colocarme mis pantalones negros, zapatillas, y un poleron largo y ancho. Me tomó las 2:55, mi ánimo no era el mejor, pero debía verlo y saber lo que pasaba con Xero.

Hijo, pienso que debo sacarte de esa escuela. -Me dijo mi madre mientras veía que yo bajaba al primer piso.-

Me quedé para en el escalón como un tonto, no sabía que decir y la miré con unos ojos muy salvajes, ya que no quería salir de esa escuela, lo dejaría de ver, a Hansol, y no.

Sacarme de esa escuela no es la solución, si lo haces será peor, y eso que ni sabes la razón por la cual ando así, mamá. -Le contesté muy furioso, tomando mi mochila y caminando hacia la puerta.-

Al salir, más adelante de la salida de la puerta de mi casa, veía una espalda, con una camisa blanca y pantalones negros, su cabello era largo hasta el cuello, y cubría sus orejas, de un color castaño claro. Por un momento, pensé que era Hansol, pero dejé de pensar en eso y seguí caminando hacia la azotea que estaba arriba de mi departamento.

¿Por qué lo hiciste? -Escuché una voz, y dejé de caminar hacia la azotea.- ¿Por qué?

Sonaba como Hansol, estaba asustado al tener que darme vuelta y verlo a él, pero no lo hice porque sabía que no era él, y yo escuchaba mal. Así que seguí avanzando, e ignoré esa voz que seguía escuchando detrás mío.

Idiota. -Alguien tomó mi muñeca e hizo que pare caminar mientras mi mirada seguía adelante, era como un fantasma que me seguía, hasta que me volteé.- Hansol, qué hac.. -Dije sorprendido mientras mis ojos se agrandaban aún más por lo visto.-

Era Hansol, no sabía como llegó a mi casa, no sabía por qué razón estaba ahí. Mis sentimientos a él volvieron más fuertes, mi corazón palpitó fuerte por verlo otra vez, no podría superarlo, ahí vi que no podía rendirme, sentí que volvía a mi pero por su cuenta.

Él procedió a abrazarme, su abrazo fue muy fuerte y caluroso, ahí vi que siempre tuve frío y sólo sentía su calor al abrazarme, apoyó su cabeza en mi hombro y yo en el de él. Todo parecía una película, cerré mis ojos mientras mis brazos rodeaban su cuello, mis lágrimas comenzaron a caer, y decidí no ir con Xero y seguir con Hansol. Pensé que estaba soñando, lo apretaba aún más para sentir que era todo realidad. Después de días, el volvió, nunca lo esperé, pensé que yo volvería, pero volvió él, a pesar de que me dijo que rinda no rechacé su abrazo.

Xero, no puedo reunirme contigo. -Dije al llamar a Xero mientras soltaba de a poco a Hansol.-

Vi que volvió, no te preocupes. -Dijo Xero como si supiera todo lo sucedido mientras coró su llamada.-

El sabía algo, quizás conocía a Hansol y sabía todo, o quizás nos vió, aunque nunca dije nada a nadie, me sentí muy raro y observado, así que decidí preguntarle a Hansol mientras caminaba hacia mi casa con él.

Yo me paré del lugar donde estaba con Hansol, ósea, en la escalera camino a la azotea, quería llevarlo a mi casa ya que estábamos a pasos de ella, para aclarar todo y hablar lo sucedido.
Vamos a mi casa, será más cómodo. —Cogí su mano para comenzar a caminar mientras comencé a mirarlo a los ojos para hacerlo sentir nervioso.—

Su mano era muy cálida, suave, blanca, sus dedos largos y muy flacas. Me encantaban sus manos y quería tomarlas para siempre, era muy cómodo.

Crucé la linea. (HanJoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora