-Atrévete.-Desafié a Mason.
-¿En serio? ¿Me desafías? ¿Crees que no me voy a atrever a subir a la azotea del instituto y pintar en la bandera el nombre Shy?-Me contestó.
Yo no dije nada. Me callé. Nunca me había pasado esto, nunca nadie ma había retado así, nunca conocí a nadie como él. Todos me tenían miedo y yo no tenía miedo a nadie. ¿Por qué no podía seguir así? ¿Por qué él lo tenía que cambiar todo? En serio este chico me tenía estresada.
-Alomejor,-seguí hablando yo-subo yo antes y pongo el nombre Mason para que las personas crean que fuiste tú.
-A ver quien llega antes.-Añadió él.-Si gano yo me invitas a un helado que yo quiera, aunque sea el más caro, después de clases.
-Y si gano yo...-Me paré a pensar. ¿Qué le molestaría a él?-Ya sé. Si gano yo, tendrás que hacer lo que yo te diga durante toda una semana.
Frunció el ceño. Parece que estaba pensando si aceptarlo o no.
-Acepto.-Me ofreció la mano, y nos estrechamos la mano para cerrar el trato.
Yo salí corriendo a mi taquilla para coger el bote de spray que siempre tenía guardado. También cogí un pasamontañas que tenía (no preguntéis por qué). Estábamos al principio del recreo así que me daría tiempo a hacerlo.
Ya con todo preparado empezé a subir escaleras intentando que nadie me viera. Por suerte no me encontré a nadie, excepto al conserje David, que ya le importaba todo una mierda y no creo que dijera nada de que vio a una persona subir corriendo con un bote de spray y un pasamontañas puesto.
Llegué al último piso y abrí la puerta que llevaba a la azotea. ¿¡Pero qué hacía Mason allí ya!?
-¿¡Qué!? ¿¡Qué haces aquí!?-Pregunté gritando. Hacía viento y se escucharía poco si hablara en mi tono de voz normal.
-Ya tenía el spray en el bolsillo y no tengo pasamontañas.-Él también hablaba alto.-Mientras tú cogías las cosas yo ya estaba subiendo.
Me acerqué a él lentamente, y cuándo menos se lo esperó le rocié con spray. El lo esquivó pero se distrajo y mientras volvía a mirar hacia delante yo ya me encontraba en la bandera con las letras Maso escritas. Solo me faltaba la n, pero Mason le empujó haciendo que casi cayera al suelo y él se puso a escribir Shy. Cuando me levanté escribí la N al mismo tiempo en el que él escribía la Y.
-He ganado.-Dijimos a la vez.
-No, he ganado yo.-Seguimos hablando a la vez.
-¡Deja de hablar como yo!-Grité.
-Deja de hablar como yo.-Dijo él imitando horriblemente una voz de chica.
-He ganado yo.-Repetí.
-No, lo hemos echo a la vez.-Añadió él.
-Pues tendrás que hacer lo que yo diga durante una semana.
-Y tú me comprarás el helado que yo quiera.
-Lo tuyo es peor.-Le reproché quitándome el pasamontañas y dirigiéndome a la puerta para bajar.
-Luego me tendrás que acompañar a por el helado.-Siguió él.
-Que ya lo sé.
-¿Sabes en el lío en el que nos hemos metido?
-Pues seguramente nos expulsarán. O nos pondrán una semana más de castigo. Pero mejor para mi si nos castigan más, menos tiempo estoy en mi casa. Bueno me voy ya, va a sonar la sirena ya.
-Adiós.-Se despidió él.
Fui a las clases y estaba muy feliz. Ahora Mason iba a hacer lo que yo le dijese. Tener a una persona que no para de molestarte haciendo lo que tú le digas era realmente espectacular. No le tuve en ninguna de las siguientes clases, pero me lo encontré en los pasillos, donde hice que gritara: "Soy idiota" y donde hice que se revolcara en el suelo como haciendo la gamba. Había sido una graciosa mañana y luego tuve que acompañar a Mason a por el helado prometido.
Fuimos a la heladería y el muy imbécil se pidió el más caro. Al menos llevaba dinero de sobra y le tendría toda una semana haciendo lo que yo le dijese.
Hoola! ¿Qué cosas pensáis que le va a hacer hacer Shy a Mason esta semana? Comentad comentad🙈
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Atrévete
ספרות נוערShy Lemon es una chica de 17 años, todo lo contrario a lo que su nombre respecta. Es atrevida, prepotente y arrogante. Llevaba una increíble vida plantando miedo por donde pasaba por su instituto, hasta que llegó Mason Noil. Pelo castaño, ojos marro...