Capitulo 37

16 2 0
                                    

POV CARLOS
Me quedo mirando embobado como María estudia sentada en su cama. Ella levanta la vista y me pilla mirándola.

-¿Que pasa?

-Nada, solo que cuando estudias pareces tan pacífica.

-Tu deberías estudiar también, para la semana que viene nos han mandado mucha tarea y los exámenes están por llegar.

-Eres muy exagerada.

Y era verdad, apenas estábamos en la segunda semana de clase y ya estaba estudiando.

-Podríamos quedar para estudiar cuando haya exámenes ¿no?-me dice ella.

-Claro, pero te repito que todavía falta mucho.

-Bueno, prefiero tenerlo todo al día a que luego se me acumulen las tareas y no sepa como llevarlo.

-Si lo dices por mi, se como llevarlo perfectamente.

-No lo creo, cuando te agobies no vengas diciendo que te ayude.

-¿No me ayudarás? Menuda novia...

-Solo te aviso

-A veces llegas a ser tan antipática...

-¿Perdona?

-Es verdad, en estos momentos me recuerdas a la antigua tú.

-No sabes como era mi antigua yo porque no me conocías, no tienes derecho a decir eso, y ahora, si me disculpas, me voy al salón a estudiar, no vengas.

El ambiente se había puesto tenso en apenas unos segundos. Pero no entiendo por qué. Lo de su antigua ella no lo he dicho con mala intención aunque luego pensándolo si que había sonado un poco mal.

POV MARÍA

Carlos había entrado donde no debía haber entrado. No me gustaba que me recordaran nada de lo que era y lo que suponía mi vida de antes. Había cambiado y no quería volver atrás. Y mi propio novio me llama antipática refiriéndose a que sigo como era antes.
Cuando me hablaban de lo pasado, me recordaba cuando Carlos no me echaba ninguna cuenta, y cuando nadie me quería en ningún sitio y por eso odiaba que me recordaran aquello.

Me he venido al salón para despejarme un poco, porque también me estaba agobiando tener a Carlos mirándome mientras intentaba concentrarme, nunca me ha gustado que la gente me mire mucho.

-No te enfades, sabes que no lo decía a malas-me sorprende la voz de Carlos por detrás.

-Vale, te perdono, pero quiero estar un rato sola, te había dicho que no vinieras.

-Sigues enfadada

-No, es solo que necesito un rato para que se me pase del todo y no me lo estás poniendo fácil.

-Tampoco he dicho algo malísimo.

-A mi me ha molestado mucho, y ahora vete Carlos por favor.

-¿Sabes que?-se ha enfadado- Si me voy a ir porque tampoco me voy a arrastrar a nadie por algo insignificante porque nunca lo he hecho ni tengo pensado hacerlo. A si que, me voy, pero no porque me hayas echado, si no porque yo quiero.-me dice elevando un poco la voz.

Sale a paso rápido hacia la entrada y da un portazo.
Ya no puedo concentrarme para hacer nada. Cierro el cuaderno y el libro y salgo a buscarlo porque siento que he exagerado un poco lo que me ha dicho y que no es para tanto.

Miro a los dos lados y veo que está sentado al final de la calle.

-¿No querías estar sola? Ahora el que quiere estar solo soy yo-me dice nada más verme

-Lo siento, he exagerado un poco.

-Bastante diría yo

-Vamos, no te enfades, que solo llevamos un día saliendo.

-Dios, es verdad, la que me espera contigo...

-Oye, y a mi contigo-le digo dándole un pequeño golpe en la cabeza, él se ríe

-Yo soy el hombre perfecto

-¿Me puedo sentar?

-Claro-me siento a su lado y él me pasa la mano por los hombros-¿hace un poco de frío no?

-Bastante, pero no me ha dado tiempo a coger nada.

-Toma, esto suelen hacer los hombres perfectos como yo.-me da su sudadera y me la pone. Me queda enorme pero me gusta, huele a él y me pilla oliendo el cuello de la sudadera.

-Llevo dos meses sin ducharme, hoy ya me toca pero hasta dentro de dos meses más, nada-se que lo dice de broma y me río.

-Huele a ti

-Y yo huelo a...

-Mierda-Digo refiriéndome a que Jena viene hacia nosotros

-Que bonito...

-No, he dicho mierda porque Jena viene hacia aquí y no me apetece mucho hablar con ella ahora.

-Hola Carlos, hola María-dice Jena sonriendo y sentándose al lado de Carlos, ¿pero que hace?

-¿Que haces por aquí?-le pregunta Carlos demasiado cerca de su cara

-Vengo recién de tu casa, hacía muchísimo que no hablaba con tu hermana y teníamos muchos temas que tratar.

-¿Sabes lo que mi primo iba diciendo por ahí de ti?-le pregunta Carlos a ella. Siento que sobro pero esto debería sentirlo Jena no yo.

-Me ha contado un poco tu hermana, que era muy buena en la cama y que le pedía más continuamente. Já, ya hubiera querido él.

-Totalmente, a veces altera la realidad para llamar la atención. Pero bueno, ahora yo puedo decirle que era mentira, que en la cama eres penosa.

-¿Penosa? ¿Eres consciente de con quién estás hablando? Soy la reina en ese aspecto

Y en ese momento siento que la conversación no la puedo aguantar más. Me levanto me quito la sudadera la dejo donde estaba sentada y me voy a mi casa. No se dan cuenta de que me he ido hasta que doy un portazo al llegar a la puerta. Esta vez, tengo derecho a enfadarme

Cambio radicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora