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Dejé que la punta de mis dedos tocara la alfombra. Respiré profundo y cerré los ojos. Me dolía algo la cabeza, no iba a mentir, el día anterior había sido espantoso. Los ruidos escaleras abajo cesaron cuando Chandler pegó un par de gritos. El llanto de Camila y Darcy se hizo presente mientras yo apretaba los dientes. Quería bajar y ver qué era lo que ocurría, pero a la vez quería obedecer a las palabras de Chandler.

-¡Hey!-gritó desde la puerta.

-¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?-me puse de pie de golpe y vi a Chandler reír.

-Ven a ver esto.

Chandler desapareció y me coloqué las pantuflas para salir corriendo tras él. Crucé el umbral de la puerta y dos manos me atrajeron. Sus dedos se movieron en mi vientre, haciendo que estallara en carcajadas.

-Ya para, estúpido-reí.

-La boquita, niña-rió y dejó de hacerme cosquillas.

Me soltó y di media vuelta para toparme con su rostro. Sin pensarlo dos veces, Chandler plantó un beso en mis labios, haciendo que nuestras narices chocaran un poco. Reí y lo abracé.

-Te amo, tonto.

-Yo a ti, tonta.

-¿Era esto lo que debía ver?

-No, pero se me ha ocurrido-se deshizo del abrazo y tomó mi mano-. Ven, pero no hagas ruido.

-Disculpa pero ya hemos hecho ruido-reí.

-Bueno, ya no lo hagamos más-viró los ojos y me plantó otro beso.

-Vas a romperme la nariz si sigues siendo tan bruto-le dije entre risas silenciosas.

-Ha dolido, ¿cierto? Aún que eres exagerada, ____-rió-. Ya, ven aquí.


Bajamos las escaleras en completo silencio. Los susurros de Austin se escucharon una vez que llegamos a la puerta de la cocina. Chandler se acercó más a mí y cubrió mis ojos con ambas manos.

-¿Listo, Austin?-preguntó en un grito.

Los grititos de sorpresa de los tres, sonaron en mi cabeza y luego reí.

-¿Qué haces maniático?-pregunté apoyando mis manos sobre las suyas-. Déjame ver.

-Si, si, listo, papi-dijo el niño desde la cocina.

-Debes caminar, ______-me dijo Chandler al oído.


Chandler me condujo dentro de la cocina. Sentía las leves risas de mis tres hijos. Mi esposo quitó sus manos de mis ojos y descubrí un desayuno para dos, sobre la mesa.

-¡Oh!-sonreí-. ¿Quién ha hecho esto?

Austin, Camila y Darcy, alzaron una mano a la vez que sonreían.

-Juro que yo no tuve nada que ver-dijo Chandler divertido.

-Ha sido idea de Darcy-dijo Austin.

-Si te guta mami, ¿vedad?-preguntó mi hija.

-Pero claro que si-les sonreí-. Vengan aquí.

Con las rodillas en el suelo, abrí mis brazos para recibir a mis tres pequeños en un fuerte abrazo. Sentí a Chandler reír cuando los tres niños corrieron hacia mí, dejándome tumbada en el suelo. Luego de la muestra de afecto, Chandler me ayudo a ponerme de pie.

-¿Por qué hay solo dos?-pregunté ladeando la cabeza.

-Cam sugirió que podía desayunar solos así hablaban-dijo Austin casi en un susurro-. Anoche... ustedes...

La bella y la bestia #2 | chandler riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora