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Fruncí el ceño y volví a bajar la mirada.

-No es cierto.

-Claro que lo es –alzó ambas cejas-. ¿Por qué crees que no es cierto? Me hieres, ______.

-Oh, que sensible –moví mi cabeza para salir de su agarre-. Dijiste que esto te recordaba a cuando estábamos en México, cuando no había amor y eran todas peleas.

Chasqueó la lengua y se alejó un poco de mí.

-¿Lo has creído?

Alcé la mirada para verlo del otro lado de la cama, observándome con notorio nerviosismo.

-Claro que lo he creído, Chandler. Lo has dicho sin titubear y seriamente.

-No era en serio.

Negué con la cabeza y acomodé mi cabello detrás de mi espalda.

-Pues lo has dicho.

Bufó.

-Tú has dicho que me detestas.

-Y luego has escuchado cuando le dije a Camila que te amo.

-¿Por qué yo tengo que creer que tú me amas cuando antes has dicho que me detestabas? –Alzó una ceja.

-Entonces tampoco pretendas que yo me crea que me amas cuando tú has dicho antes que no me amabas.

-Yo no dije eso.

-Dijiste que, no había amor en nuestra relación, ¿acaso no es lo mismo?

Desvió la mirada por un segundo y pareció pensar en lo que habíamos dicho hasta ahora.

-¿Por qué tenemos que vivir peleando?

-Eso mismo me pregunto yo.

Presioné mis labios juntos, si le decía lo que estaba pensando, no había vuelta atrás.

-______, no...

-Déjalo, ya está bien.

Alzó la vista para conectar nuestras miradas. Sus ojos miel parecieron brillar.

-¿Me perdonas?

-No, Chandler. No se trata de perdonar.

-No, escucha, por favor, escucha, ______.

Alcé la barbilla dándole la señal para que comenzara a hablar.

-Ha sido mi culpa, lo acepto, ¿si? Solo quiero estar bien contigo, no quiero más peleas, sé que siempre decimos lo mismo, que no vamos a pelear y toda la cosa, pero, amor, esta vez va muy en serio, ¿has visto a los niños? _______, se están acostumbrando a vernos pelear y les afecta.

Respiró y esperó una respuesta de mi parte. No iba a dársela, no por ahora.

-Arreglemos las cosas, ¿si?

Negué con la cabeza. No podía dejar que todo siguiera normalmente, cuando por dentro me hacía demasiado mal. Pareció desilusionado.

-Escucha, Chandler,no voy a repetir esto y es decisión tomada –respiré profundamente.

-Si es eso de dormir lejos mío, no me importa que decisión hayas tomado, dormirás aquí.

Sorbí mi nariz y alcé la vista. Mis ojos comenzaban a aguarse.

-¿Qué ocurre? –preguntó preocupado.

Hizo intento de dar un paso hacia mí.

-No, no te acerques, estoy bien.

La bella y la bestia #2 | chandler riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora