Capitulo 10: El Niño Vacio

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-  Yo te ganare- le digo a Rose mientras jugábamos ping pong en alguna de las muchas habitaciones de la TARDIS-

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-  Yo te ganare- le digo a Rose mientras jugábamos ping pong en alguna de las muchas habitaciones de la TARDIS-. Soy la mejor del mundo mundial.

- Según ¿quién?

- Según el torneo Mundial de Ping pong de la Tierra, pase a la ronda del Sistema Solar pero me ganaron en la final.

Siento que la TARDIS cambio de dirección, provocando que cayéramos al piso. Creí que sería una turbulencia, pero todo cambio cuando empezó a sonar una alarma. ¡Wow TARDIS!, cada vez me impresionas más. 

Nos levantamos y nos dirigimos a la consola. Al entrar veo la cara del Doctor con el ceño fruncida, no era algo bueno.  Algo le está preocupando y puede que cambie el curso de la historia misma.

- ¿Qué pasa?- pregunta Rose-. ¿Cuál es la emergencia?

-  Es malva.

- ¿¡Malva!?- preguntamos al unísono intercambiando mirada confundidas.

- Universalmente reconocido como el color del peligro.

- ¿Que le ha pasado al color rojo?- pregunta Rose confundida.
- ¡Eso es para los humanos! Para todos los demás, el rojo esta pasado, por los malentendidos. Tantas alertas rojas, tantos despropósitos.

Aterrizamos en un callejón obscuro típico del Doctor. Salimos para empezar a recorrer todo lo que se encuentra en nuestro alrededor. Preguntandome, ¿que había causado la emergencia malva?

- ¿Saben cuanto tiempo puedes viajar por el espacio sin tropezarte con la Tierra- nos pregunta el Doctor en forma de desafío.

-Cinco días- contesta Rose-. ¿O eso es lo que nos dura la leche?

- Tantas especies en el mundo- comento divertida mientras la veo-. Tú sales con una vaca- niego la cabeza mientras dirijo mi mirada hacia el Doctor-. Y bueno, ¿cual es el plan?

- ¿Vas a escanear buscando tecnología alienígena?- nos dice Rose curiosa, a veces sus ocurrencias son muy buenas.

- Rose, cayó en medio de Londres con un golpe fuerte, voy a preguntar- solo espero que no haga una tontería o se ponga de ridículo.

Las dos vemos que se aleja. Siento el aire recorrer mis brazos y sin pensarlos dos veces,entro a la TARDIS a buscar una chamarra. Agarró la primera que me encuentra y al salir, me encuentro con la cara del Doctor completamente roja.

-Una de dos- me dice enojado.

Escuchamos como un gato maúlla cerca de nosotros. El Doctor, sin decirme nada, se acerca a él para agarrarlo. Lo empieza a acariciar cómo si eso lo tranquilizará de su enojo. Bueno, pensándolo bien, yo también me tranquilizaría.

- Un día... un día, tal vez, conoceré a alguien que entienda lo de no te alejes- le habla al gato como si fuera alguna de nosotras dos-. 900 años viajando en una cabina telefónica y eso todavía me sorprende.

Doctor Who (I): The Beginning of a Journey [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora