-Necesito decirte algunas cosas...
-Dice ella con una mueca de tristeza.-Ven, sientante.-Le hice un gesto de bienvenida.
Se acercó, movió un poco la silla para atrás y se sentó.
-Puedes empezar.
A unos metros, un joven muy alto, como de 1.85, de piel palida y de cabello castaño claro se va acercando poco a poco. A lo que llega hasta nosotros, empuja un poco la silla hacia atrás y se sienta.
Geogertte con la mirada baja, se queda callada mientras el se acomoda y me mira.-Un placer volverte a ver Lucas.
-Tanto tiempo Mario.
-Dije con muchas ganas de matarlo.En el pasado, Mario, era uno de mi grupo. Era unos de los amigos que le tenia demasiada confianza, tanta para contarle mi cosas personales.
Lo amaba como a un hermano, pero desde que se digno a quitarme a Valeria, nada fue igual. Y nos separamos.
Considere a Valeria como unos de mis mejores noviazgos, hasta que Mario decidió aturdirla mentalmente y llevársela como diría la palabra.
Tanto, ella como él, me traicionaron.-¿Que haces aquí?
Mira a Geogertte y distintivamente, me observa a mi.
-¿Se lo dices tu, o se lo digo yo?
-¿Que es?
Geogertte sin aguantar más, levanta la cabeza con cierto miedo mezclado de valor.
-Mario y yo... Somos novios.
-Ahmm, ¡Que lástima, yo era el que quería decirlo!
Con un nudo en la garganta, y con cierto dolor en el corazón, solo pude quedarme callado y pensar.
-Lucas... Perdoname... ¡Yo no quise esto!
-¡NO QUISISTE ESTO, PERO LO HICISTE!
En un tono desesperado, grite con todas mis fuerza, mientras me levantaba a matarlo. Eso quería, matarlo. Que pagara, el me lo debía.
Yo no quería hacerlo, pero no controlo mis sentimientos.-Basta. Me hacen el favor y se largan de aquí.
-Expreso Verónica con cierta firmeza en su voz.-¿Quien te crees tu, vendedora de café?
Verónica, velozmente se acercó a Mario y sin darnos cuenta, lo voló de una cachetada dejándolo en el suelo.
-¡VAYANSE AHORA!
-Exclamo Verónica de un grito.Tanto Geogertte como Mario, se fueron inmediatamente.
Mientras Geogertte se iba entristecida por lo que había echo, se giro un momento para observarme.
Estaba destruido. A pesar del poco tiempo, que prácticamente no fue nada, que la conocí. Pude ver que había algo de sinceridad en ella. Pude ver mar en sus ojos, pero me equivoqué.
Estaba llorando por el dolor causado por el amor no correspondido.
Estaba llorando por lo enamoradizo que puedo llegar a ser y lo débil que soy de corazón.
Estaba llorando por ser la persona mas estúpida del mundo.-Ven, no llores mas.
Decía Verónica mientras se sentaba a mi lado y dirigía mi cabeza a su pecho.
-Habrán otras que si valgan la pena, no creo que ella sea todo tu mundo. Recuerda, eres joven. Deberías de disfrutar mas la vida. Y recuerda, la adolecencia se trata de esto, caer y levantarse. Llorar y sonreír. Cerrar el libro y leer otro.
Mama, cuando estaba viva siempre decía que ella nunca volvia con un novio a menos que no estuvieran destinados a estar juntos, ella "No leía un libro dos veces" por que perdía su efecto.
ESTÁS LEYENDO
Nunca, pero siempre.
HumorDiría que de París a Roma hay una distancia oculta... Así como el sentimiento que podemos llegar a tener.