Capítulo 13: No...

582 54 2
                                    

-Rocío...-la voz de alguien retumbaba a lo lejos.-Rocío despierta.-

Abrí los ojos sobresaltada y me senté de golpe en el suelo de mi parquet.

Mi cabeza impactó con otra con fuerza haciendo que volviera a caer.

-Dios...que leche.-dije cogiéndome de la zona golpeada y apretando los dientes.

-¿Estas bien?-preguntó la otra persona a la que había golpeado. Reconocí su voz al instante.

-¿Sam?-pregunté yo pasando por encima de la pregunta anterior.-¿Qué haces aquí? -me senté de nuevo con más lentitud y más cuidadosa de no golpear de nuevo a nadie ni a nada.

La noche era mucho más profunda y oscura que antes de que durmiera, o de que me obligarán a dormir...

-Te he seguido, para comprobar que no te pasara nada. Y ya ves...te encuentro aquí, dormida.-dijo frotándose la cabeza.

-Bueno, dormida dormida...no. Mas bien drogada.- reí.

Conseguí sacarle una preciosa sonrisa.

-¿Con que drogada, eh?-me preguntó arqueando las cejas continuamente.

-Si te dijera que me ha pasado de verdad te enfadarías.-le guiñé un ojo mientras cogía el arco y el carcaj de una vez por todas y volvía a tapar el agujero con las mismas placas de parquet blanco.

-Sabes que puedes confiar en mi. -dijo poniéndose serio.

No se porque pero su reacción me hizo reír.

-Sam...¿crees que es muy normal que este dormida en el suelo de mi casa teniendo una cama a mí lado?-

-No, pero contigo nunca se sabe.-dijo otra vez divertido. Su comentario me molestó ligeramente...

-Alaa...jajaja...naa, ha sido Max.-lo dije tan secamente que me impresionó hasta a mí.

-¿¡Qué que!? -estalló. Sus azules ojos se volvieron cristalinos y sus pupilas se encogieron con fuerza. Empezó a pasearse por la habitación hasta que se paró frente a una de las paredes de mi habitación.

-Sam...no me ha hecho nada.-intenté calmarlo, no lo logré. Pero lo único que logré fue cabrearlo más haciendo que golpeara frenéticamente la pared.-Sam,¡basta!-le grité mientras lo cogia del hombro derecho y lo arrastraba hacía atrás.

Y yo ahora me fijaba en como vestía.

Bastante formal.

Unos vaqueros largos oscuros y una camisa azul clara casi blanca de botones con las mangas dobladas hasta los codos.

-¿¡Cómo quieres que pare si ha cada segundo que pasa más inútil me siento!?¿¡Cómo!?-rompió el silencio con furia.

Veloz, acogí su rostro entre mis manos y cerré sus labios con los míos.
Nos mantuvimos así durante segundo antes de hacerlo más apasionado.

Nos separamos con las respiraciones algo alteradas. Lo miré a los ojos.

Eran preciosos. Ya no me costaba tanto mantenerlos, cosa que a él sí.

-Sam, no eres un inútil y no quiero que vuelvas a decir semejante tontería. Por ti sobreviví a una guerra y por ti me evite la resurrección...osea que de inútil nada, amor.,¿De acuerdo?-le dije seria y con cierto tono preocupante. Que Sam actuara así por no poder protegerme de su hermano no me gustaba un pelo.

-Perdóname, perdóname por ser un egoísta y no aceptar lo que me pidistes ayer. -dijo poniéndose de rodillas y cogiéndome de la cintura.

-Entonces...¿has cambiado de opinión? -le pregunté con la esperanza de que hubiera reflexionado y supiera ver mi derecho. Pasé mis manos por su oscuro cabello ondulado hasta llegar a la nuca y me agaché ligeramente para apenas rozar nuestros labios.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alma de dragón: Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora