Capítulo 9: Escape inesperado.

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Estela:

El corazón me temblaba como nunca después de saber lo que me iba a pasar algo potencialmente fuerte.
Un oscuro me ató a la cama de tobillos y muñecas.

Ya no quería luchar...¿De qué servía ahora?

Solo me queda una opción...dejar que pase.
A René la encadenaron con prisas en la pared.

Cerré los ojos y inspiré con fuerza, exactamente no entendía que sucedía, pero mis amigas salieron de la sala en un estado que jamás había visto antes en ellas. Ni en las peores situaciones que hemos vivido a lo largo de nuestra amistad.

René tampoco entendía nada y miraba a todos los lugares que podía, confundida y asustada.

Un chico oscuro no tardó en llegar...sus ojos mostraban desesperación y sus músculos se tensaban a cada paso, sonreía maliciosamente...

Me puse nerviosa...muy nerviosa, tanto que el corazón me dolía y el estomago se me retorcía a no poder más.

René lo miraba sin comprender, pero pillo el mensaje en cuanto el chico se deshizo de su camiseta.

-¡No!¡Ni se te ocurra!-le empezó a decir esta intentándose levantar.

-Cállate zorra.-dijo este indiferente antes de tirarse sobre mí haciendome polvo.

Su peso era asfixiante.

-¡Idiota!-exclamó René con terror.-¡Resiste Estela!¡NO LO HAGAS HIJO DE PUTA!¡TE VOY A MATAR!-

El chico giró su rostro hacía ella y le hizo ver como se relamía los labios con su escrupulosa lengua.

-Lo siento mucho Estela- apenas escuché a René decir. Sabía que no había nada que hacer.

Y empezó a toquetearme. Dios es mucho peor que te violen. Es una sensación inexplicable y desesperada...odiosa. Te dan ganas de golpear a tu agresor hasta asegurarte de que no respira.

La boca de este hacía varias absorciones por mi cuello y pecho, dejándome marcas allá donde pasaba.

-Basta...-suspiré. Quiero estar en casa, encerrada en la sala de estar acurrucada y viendo una película de drama y llorar mientras como helado...eso deseo con todo mi ser. Dean me vino a la cabeza en ese momento. Le echaba tanto de menos que me quemaba. Odiaba no a ver podido avanzar.

La realidad es cruda

-¡CABRÓN!- volvió a gritar René.

Me harté.

Empecé a forcejear y a golpear al chico con las rodillas.

-¡Dejame capullo!¡SUELTAME!-grité intentando quitármelo de encima.

Este rió y me cogió con una mano la mandíbula entera.

-Cállate. -dijo antes de cerrar mi boca con la suya. Después sentí como se deshacía de mi ropa y me empezaba a penetrar con fiereza y descontrol.

Dios dolía demasiado...

-¡PARA!¡Para, PARA POR FAVOR!-gritaba desgarrando las cuerdas vocales de su garganta.

-Nunca.- dijo él entre fuertes jadeos -Inténtalo.-me pidió bajo y sonriente.

Es como impedir lo imposible.

Imposible.

-Ya te has divertido bastante.-dijo un oscuro entrando y cojiendo por detrás al chico sin dejarle siquiera el tiempo suficiente como para poder continuar. Volví a respirar sin esfuerzo.

Se acercaron las chicas de antes a Reneé y la desataron, colocándola al lado de la cama a la espera de que me desencadenaran.

Para mí ya había acabado todo. Las dos chicas oscuras, que se mantenía en silencio me desataron y me sacaron de allí después de taparme. René me miraba con unos ojos que reflejaban algo inexplicable.

Alma de dragón: Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora