Llegó el día hoy iba a ver otra vez a Alejandro. Fui en mi bicicleta rápidamente para no llegar tarde porque me habia demorado demasiado vistiendome.
Cuando llegué el ya estaba por irse.
- Alejandro. Grité.
- Marina. Dijo y vino corriendo hacia a mi.
- Perdón por llegar tarde. Le dije.
- Pensé que ya no ibas a venir. Dijo.
- Yo también sentía miedo de que no vinieras. Le dije.
- Pero ya estamos aquí. Dijo.
- Y para que me querías volver a ver. Le dije.
- Para conocerte mejor. Saber más de ti. Dijo.
- En serio. Y porqué. Le pregunté.
- Porque desde que me tropecé contigo ayer no he dejado de pensar en ti. Dijo.
- En serio. Dije.
- Si. Dijo.
- Es que es muy difícil de creer. A penas nos conocimos ayer. Dije.
- Si lo sé y no estoy diciendo que estoy enamorado de ti y ni siquiera que ya nos vamos a casar. Solo que ne gustas desde que te vi ayer. Dijo.
- Pues entonces tu también me gustas. Dije.
- Que tal si nos conocemos mejor. Dijo.
- Me parece una excelente idea. Dije.
- Por qué no empezamos por ir a surfear. Dijo.
- Vamos entonces.Dije.
Pasamos toda la tarde surfeanfo y divirtiendonos en la playa.
- Bueno eso es todo por hoy. Le dije.
- Si. Bueno ya me voy. Dije.
- Espera un momento. Dijo.
Sacó una pluma de la bolsa que traía y me cogió la mano y me empezó a escribir su número de teléfono.
- Y se supone para que es esto. Dije.
- Para que me llames para cuando sera la proxima vez que nos veamos. Dijo.
- En serio quieres que yo te llame. Dije.
- Si porque tengo que esperar a que se cumpla tu voluntad de verme. Dijo.
- Yo te llamo. Le dije.
Se me acercó y me dio un beso en la mejilla.
- Hasta cuando me llames. Dijo
Me subí a mi bicicleta y le grité.
- No esperes mucho que no me voy tardando mucho. Le dije.
Llegué a mi casa y allí estaba mi abuelo preparando la cena.
- Hola. Le dije.
- Hola mi vida como te fue. Dijo
- Excelente. Dije.
- Entonces si es una buena persona. Dijo.
- Sí. Excelente persona diría yo. Dije.
- Me parece muy bien. Dijo.
- Y que hiciste de cenar. Dije.
- Te hice el arroz con pure y pollo apanado que te encanta. Dijo.
- Bueno entonces ya no esperemos tanto. Dije.
Nos sentamos a comer y luego nos fuimos cada cual a su recámara.
Me puse a pensar si llamaría o no a Alejandro. Me dije a mi misma.
- Mejor es que lo haga sufrir un poquito.Pasó una semana y estaba en mi recámara todavía pensando si valía o no la pena llamarlo.
En ese instante tocaron mi puerta.
- Puedo pasar mi vida. Preguntó mi abuelo.
- Claro que sí. Dije.
En ese instante entró.
- Sabes hay alguien que te está esperando en la sala. Dijo.
- Me puedes dar una pista de quien es. Le dije.
- Pues averigualo tu misma saliendo. Dijo.
Me levanté rápidamente de mi cama y salí. No podía creer a quien estaba viendo frente a mi.
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QUÉDATE
RomanceEs la historia de amor entre Marina y Alejandro que pasaran muchos obstáculos para que puedan estar juntos y así quedarse siempre uno al lado del otro.