—no estoy bromeando, si me duele te golpearé —amenacé cuando paró el auto fuera del lugar de su primo. Como si un golpe mío fuera a lastimarlo mucho.
—por favor en la cara no, que de eso vivo —dramatizó. Salió del Audi y me abrió la puerta.
Respiré hondo y caminé con pesadez detrás de Zayn hasta el lugar. Él abrió la puerta de cristal y entramos. Olía a hierbabuena y tabaco. Había como mil fotos de tatuajes pegadas en las paredes y música suave de fondo, para relajar a las víctimas supongo. Una foto me llamo la atención. De unos pájaros volando en la cadera de una chica, se veía lindo, no era muy grande pero tampoco muy pequeño, era del tamaño adecuado.—¡Zayn! —exclamó un chico saliendo de la nada. Era alto, como Zayn mas o menos y un poco robusto, se veía como de unos 22 años, estaba muy guapo, en verdad, tenia los brazos musculosos y llenos de tatuajes, lo cual lo hacia ver muy sexy, ojos verdes, barba cerrada y una sonrisa linda. Abrazó a Zayn y palmeó su espalda antes de separarse de él
— ¿Como has estado, amigo?
—muy bien, hermano —contestó y me miro.
—mira, ella es _____, una amiga. _______ el es Albert, mi primo.
—un gusto conocerte, linda —tomó mi mano y la beso. Era muy muy guapo. ¿Ya había dicho eso? Bueno, no importa.
—igualmente —contesté perdida.
—¿A que debo su visita?¿Te harás algún otro tatuaje?
—no, yo no —me apuntó— ella
—¿En serio? —asentí con una sonrisa. Entramos a su área de trabajo y me tensé al ver la maquina con la que tatuaba. Ya no había marcha atrás
—te enseñare algunos tatuajes ¿O ya sabes que quieres?
—me gustó mucho uno que esta en las fotos de la entrada —le dije. Zayn se sentó en una silla y comenzó a jugar con las cosas de Albert.
—¿Como es?
—unos pájaros volando en la cadera de una chica —le expliqué. Él asintió, buscó en unos papeles que tenia sueltos por ahí y me enseñó el que decía.
—si, ese es.
—de acuerdo —se volteo hacia mi.
—entonces ¿Quieres el tatuaje en otro lugar o en la cadera?
—en la cadera, igual que la foto.
—muy bien, ponte cómoda —señaló la camilla que estaba en medio de la pequeña habitación. Me acosté ahí un poco incomoda. Zayn se paró a mi lado y tomó mi mano.
—¿Me dolerá mucho? —le pregunte a Albert asustada.
—si te dolerá, pero no mucho —se acercó por el otro lado y se sentó en una silla que estaba ahí. Zayn seguía tomando mi mano.
—levántate la blusa hasta la cintura
—si —hice lo que me dijo. Me deje la blusa justo abajo del sujetador.
—Más te vale que no me duela, Zayn.
no, solo quédate quieta —ordenó— será igual que con la montaña rusa. Albert bajó mi pantalón dejando expuesto mi pobre hueso izquierdo de la cadera. Tomé aire fuertemente mientras él me ponía la calca.—¿Te gusta como queda? —me levanté un poco apoyándome en el brazo y vi como quedaba. Se veía muy bonito. Asentí y me mordí el labio. Él tomo la maquina para tatuar y la encendió. Sentí el miedo recorrer todo mi cuerpo. Y en ese momento me arrepentí, aquello me iba a doler; me iban a picar la piel con esa fea maquina y...
—¡Ah, hijo de puta! —grité cuando empezó a hacer su trabajo. Era mucho más fuerte que una simple punzada. Malditos mentirosos. Zayn se me quedó viendo con los ojos abiertos, nunca me había escuchado hablar así, y ya no me importaba que me escuchara. Saliendo de allí lo golpearía. Albert rió fuerte, yo reprimí un sollozo y apreté mis ojos.
—Zayn, agárrale las piernas —ordenó Albert. —Se está moviendo mucho Zayn me soltó la mano y se movió para tomarme ambos muslos. Cruce mis brazos encima de mi cabeza para no hacer algo como darle manotazos a Albert. Zayn empezó a acariciar un poco mis piernas.
—relájate —susurró sin dejar de tocarme. Claro que se estaba aprovechando de la situación. Subía sus manos cada vez más. Si no hubiese ido con Zayn, hubiera sido otro tipo quien me agarrara las piernas de ese modo, o quizás estuviera sola en algún lugar con un tipo peligroso. O sea que era mejor tener a mi amigo aprovechándose un poco que a un desconocido. Y aunque Zayn era de confianza y nada peligroso me sentía como si me fueran a violar, aparte de que dolía mucho lo del mugroso tatuaje. Mucho. Empecé a relajar mi mente, tratando de pensar en todo menos en que una cosa me estaba perforando mi huesito. Medio me funcionó.
—Listo! —exclamó Albert alejándose de mi. Zayn se quedo ahí parado como imbécil sin quitar sus manos de mis piernas.
—¡Suéltala, hombre!
—oh, lo siento —se disculpó. Yo me senté sin siquiera verlo a la cara. No le iba a hablar al muy mentiroso, lo único que quería hacer era golpearlo en toda su gloria. ¿Que no me iba a doler, dijo? ¿Que iba a ser una punzada? ¡Punzada la que te voy a dar yo!. Él me quedo viendo fijamente mientras me levantaba y lo seguí ignorando. Sostuve mi blusa en la cintura y me miré en el espejo pegado en la pared. Se veía muy, muy lindo, de verdad muy lindo. Había valido la pena el dolor. —quedo muy bonito —le dije a Albert con una grande sonrisa. Él se quitó los guantes y me sonrío.—¿Te dolió mucho? —preguntó Zayn preocupado. Ni siquiera me moleste en mirar hacia él. ¿Ahora si muy preocupado, o qué?
—no te bajes la blusa —ordenó Albert divertido.
— ¿Te dolió mucho?
—no, que va —le contesté sarcástica. Zayn se quedo serio.
—Bueno, muchas gracias ¿Cuanto va a ser?
—no te preocupes linda, las "amigas" de Zayn —hizo comillas en el aire— son mis amigas, no es nada.—oh —sonreí sin saber bien a que se refería. —Gracias entonces. Hice un nudo en mi blusa para que no se bajara y tomé mi morral.
—nos vemos, Albee —se despidió Zayn con un apretón de manos.
—hasta luego —Se acercó y besó mi mejilla. —Que les vaya bien. Me saludas a tu papá Zayn, y suerte con ella.Zayn solo bufó y yo me adelanté a la salida con una leve sonrisa. Albert pensó que éramos novios y notó que me enojé, por eso dijo lo ultimo. Era muy linda la idea, no pude evitar sonreír. No estaba del todo enojada, estaba simplemente molesta porque me había dolido muchísimo, y decidí echarle la culpa a Zayn porque él sabia que si me iba a doler y no me dijo la verdad. Salimos de ahí sin decir ni una sola palabra, Zayn no estaba sonriendo y eso era raro, aunque se veía extremadamente sexy cuando estaba serio. Se adelantó y me abrió la puerta del copiloto. Entré sin decirle nada, ni siquiera lo miré. Se me ocurrió que sería divertido hacerme la enojada un rato. Zayn entró también y arrancó en silencio. Se quedó callado la mitad del viaje, yo pensé que no me diría nada, pero solo estaba pensando en que decir. Paró en un semáforo y se me quedó viendo. Yo veía al frente ignorando su mirada.
—¿Estás enojada en serio? —preguntó con una voz insoportablemente dulce. Me encogí de hombros sin contestarle nada.
—_____, lo siento, no creí que te fuera a doler tanto. Dejare que me pegues.
—no te preocupes, solo llévame a mi casa —contesté lo mas seca que pude y me volteé hacia la ventana tratando de no soltar ninguna risa ni nada. Él suspiró pesadamente y siguió manejando. Diablos, ya vamos a llegar a mi casa y este tonto no se esfuerza en pedirme perdón. Me voy a tener que meter y mi hermano me va a ver el tatuaje.Paró el auto fuera de mi casa y abrí la puerta casi inmediatamente. Él me tomó suavemente del brazo antes de que me bajara.
—_______, vamos. Sabes que odio que te enojes conmigo
—Volteé a verlo sin decir nada
— golpéame, sé que lo deseas.
—Zayn... —solté una carcajada, no lo pude controlar. —No me enojé.
—¿Qué?
—lo siento, es que luces tan lindo cuando estas preocupado —le sonreí dejando ver mis todos dientes. Él se quedo molesto un minuto y después rió.
—eres mala conmigo
—sabes que te quiero —le pellizqué la mejilla, la dejé toda rojita.
—entonces —se sobó la cara— ¿Te dejo ya o vamos a otra parte?
—como quieras. Podemos ir por Daniel y la llevamos a jugar —opiné. Zayn frunció el ceño y negó.
—cuando salimos con Danny no me haces caso, te la pasas jugando con ella. Mejor vamos a comer solo tú y yo a algún lugar.
—¿Cuanto tiempo tengo que dejar el tatuaje al aire libre? —pregunté. Él se me quedo viendo el tatuaje. —no se, un rato mas. Con todo eso de que te enojaste conmigo no te pude preguntar ¿Te gustó el tatuaje?
—¡Si, me gusto mucho! Aunque te debo el golpe aun —advertí levantando un puño al aire, como si de verdad lo fuera a hacer.
—Sentía que me perforaban el hueso
—no seas exagerada —se rió y arrancó el auto— lo que pasa contigo es que eres muy miedosa.
—¿Miedosa, yo? —pregunté con una mano en el pecho — tú, que eres muy mentiroso
—¿Mentiroso, yo? —me imitó riendo dulcemente. —Claro que no.
ESTÁS LEYENDO
Mis Hermosos Momentos
RomanceQuizás no te trate tan bien como debería de haberlo hecho. Quizás no te ame tan a menudo como podría haberlo hecho. Pequeños detalles que debería haber dicho y hecho, yo nunca tomé el tiempo. Quizás no te sostuve en esos tiempos solitarios. Y creo q...