Capítulo 4

58 5 2
                                    

Las dos semanas pasaron rápido y me tuve que ir de la casa que había vivido toda mi vida, desde que había nacido. Había decidido en dejar la menor cantidad de cosas posibles en la casa, ya que no sabría quién ocuparía la casa, no quería que los nuevos propietarios, tiraran mis cosas.

Al llegar a lo que sería "mi nueva casa" quedé totalmente sorprendida. La casa seguía estando a media hora de diferencia de mi otra casa pero no lucía nada a lo que recordaba, hacia muchos años que no iba a visitar a mis abuelos porque siempre había algo más importante, como una cena de negocios, a la que yo nunca estaba invitada, porque era para gente adulta. Entonces, me quedaba en mi casa con Juana viendo películas o jugando a juegos de mesa, este era uno de los motivos por el que le había tomado tanto afecto.

-Abuela ¿Qué pasó con tu casa?- Pregunté extrañada al ver la casa completamente diferente.

-¿Te gusta? En el último tiempo estuvimos haciendo algunos cambios.

-Quedó bien.

Ese "algunos cambios" no era tan creíble. Era como si se hubieran mudado a una casa completamente distinta. Lo que yo recordaba era una casa blanca con un gran jardín, grandes puertas y ventanas, una estructura antigua con varios objetos antiguos. Pero esta casa seguía manteniendo el gran patio y las estructuras de la casa antigua, solo que el color no era más blanco sino un amarillo pastel y dentro y fuera de la casa se podían ver objetos modernos. En el jardín había una hamaca paraguaya, una mesa de piedra con todos bancos de piedras y también un gran pozo como si quisieran poner una pileta ahí. La casa por dentro mantenía los distintos tipos de madera para cada habitación, solo que todas las habitaciones parecían más lujas.

Yo nunca me había tenido que mudar antes pero puedo afirmar que las mudanzas son un gran cansancio, el tener que levantar y bajar cajas luego acomodar todo lo que había en ellas. Mis abuelos me ayudaron a llevar algunas cajas a mi habitación por el momento dejaría todo dentro de las cajas, ya que mi habitación era espaciosa me permitía poder dejar las 5 cajas que había traído apiladas en un rincón.

Mi abuela quiso buscar la ropa que había traído para ponerla en el armario y se sorprendió cuando le si solo dos prendas.

-Marti ¿En las cajas qué trajiste?

-Mis cosas.

-Déjame ver.- Dio un paso para acercarse a las cajas a lo cual yo me puse en el medio.

-No quiero, son recuerdos.

-Marti.- Hizo una pausa.- Sé que te duele como a tu abuelo y a mi también nos duele. Hacia mucho que no veíamos a Hugo ni a Anna, ellos siempre viajaban, fue un accidente y por más que queramos que estén acá con nosotros, es imposible.- Todo esto que dijo hizo que empezara a llorar de nuevo y la abracé, para sentirme protegida o quizás solo para sentir que con ella iba a estar bien.

-Abuela crees que ellos estarán bien donde sea que se encuentren.- Al decir esto sentí como el corazón de mi abuela empezó a latir cada vez más fuerte, ella estaba llorando también, se secó las lágrimas me miro fijo a los ojos.

-Creo que cada vez que los necesites, ellos te ayudaran. Pero que te parece si ahora te das una ducha y vienes a comer algo.

-Gracias, pero ahora no tengo hambre.

-¿Estás comiendo bien? te ves débil.- Preguntó preocupada.

-Sí, ahora quisiera quedarme sola y acomodar algunas cosas.- Quería cambiar un poco mi apariencia de zombie aplastado por in camión.

-Si quieres te puedo ayudar.- Insistió.

-Quiero estar sola-Supliqué.

-Estar solo no hace bien Marti, ya sabes eso.- Diciendo eso abrió la puerta de mi habitación y se fue.

Cuando escuché la puerta cerrarse, fui hacia donde estaban las cajas y abrí la primera. En ella estaban todas las fotos familiares, y había una suelta que no había visto nunca antes. Era de mi primer cumpleaños. En ella estaban mis papás, y mis abuelos. Yo estaba en los brazos de mi mamá con un vestidito rosado.

Al dar vuelta la foto vi que del lado de atrás había algo escrito en fibra, por mi papá "Aunque la distancia nos separe la familia esta siempre unida".Una, dos lágrimas cayeron arriba del escrito. Lo sequé y me acosté en la cama abrazando la foto contra mi pecho.

No sé bien cuanto tiempo me habré dormido, hasta que sentí que tocaban la puerta.

-Pasen.- Grité.

-¿Estabas durmiendo Marti?- Esta vez era mi abuelo.

-Si, me había quedado dormida un rato.- Dije con los ojos entreabiertos.

-Si quieres vuelvo más tarde.

-No, esta bien ¿Qué pasa abu?

-Recién llamaron de la escuela- Parecía algo nervioso.

-¿Y? ¿Qué pasa?

-Quieren que empieces mañana.

-NO.- Dije sin dejarlo seguir hablando.¿Para qué volvería?

-Marti, puedes quedar libre.- Mi abuelo me trataba de convencer calmado pero yo no quería volver a ir a la escuela y que él no lo entienda me hacia enojar más todavía.

-Si, ¿Y qué vas a decir lo mismo de todos?

-No sé lo que te dicen todos, solo yo sé que lo mejor para vos es volver a la escuela.

-No lo mejor para mí era quedarme en mi casa.- Al decir estas palabras pude ver como mi abuelo se sintió herido sus ojos decían eso, su mirada era triste, así que agrege:- No quiero volver, no tengo razones para volver, aparte ahora estoy muy lejos y no tengo en qué ir.

-Eso lo estuvimos hablando con tu abuela y yo te puedo llevar y traer todos los días. Así podrás conservar tus amistades en el colegio.- Dijo haciendo una media sonrisa.

Son tan geniales mis amistades en la escuela les intereso tanto a todos, por las dudas puro sarcasmo, porque nadie me llamo para decir "¿Cómo estas?", "Necesitas algo", no, solo llamaron para decir que vuelva a empezar. Todavía no podía creer que Clara no me haya mandado ningún mensaje en todo este tiempo. Antes vivíamos hablando y de un día para el otro, cuando más la necesito ni me habla. Pero para no terminar dándole un sermón a mi abuelo de por qué no quería volver a la escuela, terminé aceptando, dándome por rendida era lo que mejor sabía hacer.

-¡Estupendo! Tus padres estarían orgullosos de ver que su hija es tan valiente.- Diciendo eso mi abuelo se fue.

Y yo me quede apretando la almohada contra mi estómago, haciéndome la fuerte, no quería llorar más. Pero mi abuelo no necesitaba recordarme que mis padres habían muerto tras su frase "Tus padres estarían orgullos..." ellos no estaban conmigo pero yo creo que lo que me dijo mi abuela, que ellos siempre van a estar cuando los necesite es cierto. Y lo que decía la foto también tenía razón porque la familia es más que convivir con personas, es sentir afecto por ellas, es celebrar sus victorias y apoyarlos en sus derrotas. Es simplemente amarlos ante todo y la distancia nunca ha logrado separar a nadie que se aman realmente.

A la hora de la cena le dije a mi abuela que no comería, necesitaba descansar un rato, además mañana sería un largo día, enfrentar a todos o solamente a Clara cuando me explique porque no me hablaba. Pensando en todo esto no lograba poder dormirme así que usé una de mis mejores maneras para dormir cuando no puedo, era ponerme los auriculares y escuchar música. La música significa mucho para mí, siempre que estoy mal puedo escuchar música y olvidarme de todo aunque sea en esos cinco minutos que puede durar una canción.

Y me dormí escuchando "Losing my religion".

<<Every whisper, of every waking hour I'm, choosing my confessions, trying to keep an eye on you, like a hurt lost and blinded fool,fool, Oh no I've said too much...>>


Antes del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora