Capítulo 5

56 5 10
                                    

A la mañana siguiente me levante muy temprano, sin ganas de ir a la escuela. Pero me obligarían de todas formas. Fui al baño, me miré al espejo tratando de borrar de mi rostro la cara triste, pero el intento resultó en vano, parecía un zombie tratando de sonreír. Mis ojos estaban hinchados, con grandes ojeras. Me costaba mucho dormir todavía.

  Luego volví a la pieza, me puse una remera que semanas atrás me iba bien, ahora me iba floja, parecía un camisón. Toda la poca ropa que había traído me quedaba más grande de lo normal, pero eso ya no me importaba.

Cuando fui al comedor había una gran taza de leche chocolatada sobre la mesa y mi abuela estaba haciendo tostadas. Se sorprendió al verme, tal vez creía que me iba a tener que llevar a la fuerza a la escuela.

-Oh Marti ya te levantaste, ahí tienes tu desayuno.- Le iba a responder "y no me ves que estoy acá" porque me parece ilógico preguntar eso cuando ves a la otra persona de pie al lado tuyo, pero no quería ser descortés con mi propia abuela así que ella se acercó y me dio un beso en la mejilla.

-¿El abuelo ya se levanto?

-Sí fue a un lugar y ya te lleva.- Dijo dando un suspiro, le iba a preguntar qué pasaba, pero continuó- ¿Quieres torta?

-No, gracias.- Tomé un sorbo de leche, mientras mi abuela tomaba mate.

El resto del desayuno fue en silencio, pero no muy incómodo. A la media hora llegó mi abuelo, yo llegaría tarde o unos minutos antes de que tocara el timbre de la escuela pero no me importaba eso. Además hacia como un mes que no iba, ni hablaba con alguien de mi edad.

Al llegar a la escuela estaban todos apurados por ingresar a sus aulas, aunque faltaban unos minutos todavía para que tocase el timbre de ingreso,  pero aún así podía sentir como murmuraban por mi aspecto.

-¿Martina? ¿Eres tu?- Escuche una voz que se me hizo familiar, al darme vuelta lo vi correr hacia mí.- Estas muy... ¿Cambiada?- Dijo Teo nervioso, como si estuviera midiendo sus palabras para no equivocarse.

-Hola.- Dije forzando una sonrisa.- Tranquilo no eres el único que me lo ha dicho.- Me di vuelta y me fui sin decir más.

Al entrar al salón principal pude ver que a unos metros míos estaba Clara, me dirigí hacia ella entusiasmada porque al fin podría hablarle después de mucho tiempo.

-Ho-hola- Dije tratando de hilar el saludo al ver que Clara estaba con Rosie y Esteban un amigo de Teo.

-Ay ese look no te favorece en nada.- Esa voz la recordaba tal cual, no podía tener una voz más chillona Rosie.

-Hola Marti- Me saludó Clara dándome un beso en la mejilla, yo aún estaba en una clase de shock.- Esperen chicos ya vuelvo.- Dijo Clara sonriendo les a Rosie y a Esteban.

Cuando nos alejamos un poquito le pregunté inmediatamente.

-¿Qué hacías con ellos?

-Te lo iba a contar todo pero no contestaste mis llamadas.- Hizo una pausa ¿Qué llamadas si nunca me había llamado?- Esteban es mi novio, hace unas semanas que estamos de novios y Rosie mi amiga. Después de la fiesta de hace dos semanas ella se convirtió en mi amiga y por ella conocí a Esteban. Es una genia.- su voz no se notaba como la recordaba, parecía como si quisiera imitar la voz chillona de Rosie.

-¡¿Ella es tu amiga?!- Dije casi a los gritos, esto era imposible de creer.- Siempre dijiste todas groserías de ellas y qué en un mes es tu amiga, no entiendo esto.- Mi voz iba siendo cada vez más alta, no podía creer esto que estaba pasando, por un lado tenía unas extrañas ganas de llorar de enojo, rabia. Pero ninguna lágrima salió.

Antes del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora