Capítulo 10

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La mañana siguiente, me desperté bien temprano, como siempre pero feliz. Estaba re feliz de ir a la escuela estaba feliz de verlo. Quería estar con Teddy.

Me puse un jeen recto y una remera holgada. Fui a la cocina donde estaba mi abuela. Ella se sorprendió al verme.

-¿Qué le pasó a tu cara?- Dijo sin sacar la cara de asombro, yo me empecé a tocar la cara pensando que tenía alguna cosa rara pero no. Corrí hacia al baño a verme en el espejo, pero no tenía nada.

-Abu ¿Qué tengo?-A medida que iba llegando iba bajando la voz.

Cuando llegué donde minutos antes estaba con mi abuela y ella se estaba retorciendo de la risa. Ahí me di cuenta por que me lo había dicho.

Como para que no se de cuenta de la sonrisa boba que tienes por Teo. Me dijo mi subconsciente.

-No tienes nada cariño, solo lo más hermoso que podrías tener. Una sonrisa salvadora.- Dijo mi abuela pasándome su mano derecha por mi mejilla.

¿Salvadora? Es solo una estúpida sonrisa que no podría salvar nada, ni a nadie.

Mi abuela es una de esas personas más buenas del mundo y el hecho de escucharla reír verdaderamente me fascinaba. Sus carcajadas si eran salvadoras. Las extrañaba, se podían escuchar en toda la habitación o hasta en toda la casa.

***

Al llegar a la escuela ya estaban todos por ingresar a sus cursos, ya que mi abuelo me había llevado más tarde de lo normal.

Sin embargo Teddy estaba en la puerta de ingreso esperándome.

-La bella durmiente no podía despertar.- Dijo sonriendo.

-No, es que...

Me agarró de la cintura y me acercó más hacia él. Unió sus labios a los mios cortando toda palabra que iba a salir por mi boca, hasta llegué a olvidar que era lo que iba a decir. Sentí un fuerte codazo en mi espalda.

-Uhh disculpa, no quería molestar, pero estorbas mi paso, va siempre estorbas todo.- Escuché decir a alguien atrás mio, me di vuelta.

Y sí, devuelta esa imitación estúpida de Rosie estaba en mi espalda. Ahí estaba parada Clara, imitando completamente todos los gestos de Rosie. ¿Acaso no se daba cuenta que solo quedaba peor ella? Me dolía el ver en que se había transformado Clara. En su mirada se podía ver todo el odio.

-Ten cuidado con lo que dices.- La amenazó Teo.

-Mira como tiemblo.- Dijo Clara con sarcasmo y moviendo sus manos.- Decile a Teodoro que no va a estar siempre para protegerte, huerfanita.- Susurró en mi oído.

Sentí todas puntadas en mi estómago y en mi pecho. Nunca superaría a mis padres, me dolía mucho pensar en eso, Clara llegaba y se veía con el sumo derecho de hablar sobre ello, sabiendo todo lo que me duele.

Una parte dentro de mi me decía se fuerte otra me decía que le pegué una cachetada.

Pero simplemente no podía, nada salía, no tenía fuerzas para contestarle había entrado en una especie de shock ninguno de mis músculos respondía.

-¿Hasta cuando vas a seguir así? Digo, sin hablarme, ya sabes, tienes que superar todo.- Dijo y se dio una vuelta como para entrar a la escuela, yo la agarré del brazo y le dije:

-¿Y vos cuándo vas a superar que Rosie solo te usa? ¿Cuándo vas a superar lo que sentís por Teo? ¿Y la envidia que me tenes?

No sé de donde había tomado tanta valentía, ya no media las palabras que salían de mi boca.

-Dejala no vale la pena.- Dijo Teo que ahora había quedado a mis espaldas.

-El perro esta aprendiendo a ladrar, dejalo.- Dijo Clara, sus ojos se veían mucho más enojados que antes. Ella estaba estallando de rabia.

-No vales nada, pero sin tan poco te importo, no me dirijas la palabra ni te metas en mi vida.- Dije y me di vuelta para mirar a Teo, él tomo mi mano para irnos.

Pasamos por al lado de Clara dejándola a nuestras espaldas.

-¿Te vas a ir? Sos una farsa Martina, nunca te tuve envidia. Nunca le tendría envidia a una maldita zorra huérfana como vos.

Sentí todo el cuerpo de Teo ponerse tenso.

-Ya me cansé de esto.- Dijo y se dio vuelta para mirar a Clara.- A las mujeres no se le pega, pero existen las excepciones.

Al escuchar eso, sin pensarlo me puse en el medio de ellos dos, sabía lo que eso significaba.

La mano de Teo se detuvo justo antes de rozar mi piel.

-¿QUÉ HACES?- Me gritó Teo, se pasó las manos por su rostro, parecía estar muy nervioso.

-Esta me la van a pagar los dos, vos por querer pegarme.- Señalo a Teo.- y vos con solo hecho de existir me arruinas la vida.- Dijo mirándome fijamente a los ojos y se fue.

- ¿Por qué no me dejaste pegarle? Se lo merecía.- Dijo de repente Teo en un tono apenas audible.-Cuando te vi ahí en el medio tuve miedo de no poder parar mi mano, de no poder controlar toda la ira que sentía. Si te llegaba a pegar no me lo perdonaría nunca.

-Pero eso no pasó, no me pegaste. Además no podía permitir que le pegaras, eso hubiera estado mal.

-¿Por qué la defiendes después de todo lo que te dijo?

-No lo sé, solo que no quiero que le hagas nada. Se que estoy actuando como una estúpida ¿okey? Y lo siento pero no puedo borrar 9 años de un día para el otro.- Cada vez iba bajando mas mi tono de voz.- Lo siento pero no me sale ser fría igual que ella.

Teo se acercó a más a mi y me abrazó. Sus abrazos era una de las cosas más hermosas que podía pedir, me hacian sentir segura y protegida, pero también hacían que me olvidara de todo y por esto los amaba.

-Nunca intentes parecerte a ella, sos perfecta.- susurró a mi oido.

-Por esto es que te quiero tanto, sabes siempre como sacarme una sonrisa.- Dije mirandolo fijo a los ojos.

-¿Solo por esto? Pensé que era porque por lo guapo y atractivo que soy.

-Sos un tonto tierno, pero sigues siendo una cucaracha.- Bromee y no puede evitar largar una carcajada.

-Mentirosa.

-Esta bien, eres mm.... ¿Mi tonto angel tierno?

-¿¿Yo, tu angel??

-Sí porque cuando estoy mal haces todo para sacarme una sonrisa y lo encima lo logras, no sé como haces.

-Yo ya te dije que no me gusta verte triste y tu sonrisa es lo más hermoso del mundo, va no hay algo aún más hermoso.

-¿Qué cosa?- Pregunté confundida.

-Tus besos.









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Antes del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora