Tú eras un año mayor pero aún así yo era más alta que tú. Ya sabes, dicen que las chicas crecemos antes. Yo siempre te llamaba pequeñín y tú me ponías la zancadilla. Lo hacías muy bien, más de una vez me hiciste caer.
Ahora, cada vez que veo a alguien poner una zancadilla te recuerdo. Yo nunca aprendí a ponerlas...