Empezamos a hablar también por mensajes de whatsapp. Hablábamos a todas horas. A veces sobre cosas absurdas, otras nos poníamos filosóficos o me comentabas lo mucho que te gustaría ir a un parque en otoño a leer un buen libro bajo un árbol enorme.
Te escribo desde un parque. Bajo un árbol enorme. Y estamos en otoño. Quizá yo tenga un poco de culpa de que todo me recuerde a ti...