Compromiso arreglado (USUK)

Parte 7

Caminaba tambaleante sobre el frío piso, el semen escurría entre sus delgadas piernas, chorreando desde su entrada, producto del fatídico encuentro sexual que tuvo con Alfred. Se preguntaba una y otra vez el porqué le pasaba esto a él. Se planteaba numerosas posibilidades de como se hubiera evitado lo que pasó. Al final, después de mucho pensar, se culpó a sí mismo.
Típico de él, se echaba toda la carga sobre sus hombros, ignorando los errores de los demás y resaltando los suyos. Aunque no fueran ciertos.
Tenía en su mente, como si fuera una foto recién tomada, la expresión de horror y tristeza de Alfred al darse cuenta de lo que había hecho. Salió de la casa y se dirigió hacia sólo Dios sabe donde.
Y allí estaba él, merodeando alrededor de la casa al igual que una melancólica alma en pena. Pensando y pensando, sin soltar ninguna palabra. Se encontraba sólo, terriblemente sólo. Hacia mucho tiempo esto no hubiera importado para él, y ahora era un suplicio. Necesitaba expresar lo que sentía, tenía que hablarlo con alguien, ser escuchado; pero no había nadie; la terrible necesidad de todos los seres humanos sobre la tierra de ser parte y todo de algo. Empezó a llorar, y más tarde se dio el lujo de usar su soledad para hacer lo que nunca antes había hecho ante los ojos de nadie: Gritó, chilló, maldijo, insultó a todo aquel que apareciese en su mente, cantó las canciones que lo habían acompañado en sus momentos felices, tratando de invocar aquella felicidad pasada que tanto necesitaba ahora.
No se dio cuenta de que el amanecer saludaba desde su ventana y cayó desmayado en el suelo.

Despertó en la cama matrimonial, cubierto por la sábana y al parecer otra más gruesa sobre él. Tenía una idea de quién pudo haberlo hecho. Deseaba y temía que lo halla hecho Alfred. Ósea, prácticamente lo había violado pero... la expresión que le dio no fue más que arrepentimiento.
Esto era un lío, mejor bajaba a comprobarlo.

En Francia:
- Francis... Puedo hablar contigo?
- Dime lo que quieras mi adorado Mathew.
- Bueno... Yo sé lo que pasó en el baño con Arthur.
Francis miró fijamente a su novio por sólo unos instantes, no soportaba la mirada inocente de su novio, bueno, era uno de tantos, pero esta vez había decidido divertirse con el canadiense, pero si esté en algún momento le incomodaba, no dudaría en dejarlo. Poco le importaba que él había sido el niñito que había cuidado como si fuera su propio hermano. Tampoco le importaba que fuera el hermano de América. Sólo le importaba su propia conveniencia y en lo que le diera placer.
- Y? Qué vas a hacer con eso? Te incomoda?
- Yo sólo... Pero tú eres me novio.. Por qué me fuiste infiel Francis?.- su rostro empezaba a adquirir cierta tonalidad roja, tal vez de la ira, y lágrimas empezaban a recorrer sus mejillas.
- Desde el comienzo sabías cómo soy y aún así aceptaste ser mi novio... aunque sepas que no eres el único.- sus palabras eran frías y cortantes, pero no le dirigía la mirada.
- Yo ya lo sabía, pero porque te amo soporté todas tus infidelidades! Crees que no sé que cada noche después de acostarte conmigo te vas donde cualquier mujersuela que se te cruce? Pero esta vez es el colmo! Como pudiste enrollarte con el novio de mi hermano!?
- Tú no sabes lo que hubo entre Arthur y yo.
- Si lo sé! Los vi a ambos cogiendo después de la reunión. Eso fue hace muchos años, supéralo! Él ahora está con Alfred!
- Cállate de una puta vez!.- resonó en la habitación la cachetada que Francis había dado a Mathew.
- Ya no te soporto más. He sido un idiota por pensar que podrías haber cambiado. Me voy!
- No demores.
Y así término esto, Francis ni se molestó en verlo irse a través de su ventana.
"Me quité un bulto de encima" había sido un día muy cansado, era mejor echarse a dormir.

"- Francis... Yo... Desde qué era un niño yo...
- Qué? No entiendo.
- Yo...
- ?
- ESTOY ENAMORADO DE TI!!
- Oh... Eso es un gran cumplido para mi, gracias.
- Sólo.. Sólo vas a decir eso?
- Bueno entonces, quieres ser mi novio?
- Si!.- lo besó con tanto deseo que el mismo Francis quedó impactado, parecía haberlo deseado desde hace mucho.
- Y por qué no me lo dijiste antes.
- Eso es porque... No puedo decirlo, jeje.- le había dado una sonrisa forzada pero no se preocupó por la razón"

Por Dios, de todas las posibilidades que hay en el mundo, tuve que soñar con el más inoportuno recuerdo?
Agarró su celular y marcó el número su "amiga", al parecer necesitaba distraerse.
"- Si?
- Hola soy Francis, puedo verte ahora?
- Oh, veo que estás necesitado, pero lo siento, estoy ocupada. Para otra será.- y colgó al instante."

- Para otra será? Já! Cómo sí fuera a llamarte otra vez. Bueno, llamaré a Lucián.

"- Alo?
- Hola! Hace mucho que no nos vemos y estaba pensando que tal vez deberíamos encontrarnos. Ya sabes...
- Hm.. Lo siento, he cambiado, ya no me dedico a la vida nocturna. Ahora tengo novio! Y nos vamos a casa.- Francis colgó antes de contarle toda su vida. No importa, tenía muchos contactos por llamar.

Pero...
Por Dios! No hay nadie con quién dar una buena cogida o qué!?
Había llegado hasta el final de la lista de contactos y nadie estaba "disponible" pero había un número que mi siquiera había dado nombre, al cual no había llamado. Mathew.
"No voy a llamar a ese bebé" se repetía. Pero no podía evitar sentir ese pesar en su pecho. Había tomado pastillas, tomado infusiones, postres, etc. Pero aquel nudo en la garganta no desaparecía.

En Inglaterra...
- Quién está allí?
- Disculpa... Soy Mathew.
- Qué sorpresa.
- He venido para hablar contigo, es urgente.
- OK.

Pasaron a la sala, se sentaron uno frente de otro. Mathew se veía triste y decaído.
- Y... Cuál es el motivo de tu visita?
- Yo sé lo que pasó en el baño.
- No era mi intención hacer eso con Francis! En serio!
- YO LO SÉ!
-...
- Como también sé que tú no fuiste el que comenzó. Francis te forzó.
- Cómo lo supiste?
- Siempre lo supe, desde que conocí a Francis he estado enamorado de él. Siempre lo he estado observando, y supe de tu relación con él. Pero sé que él sólo lo hacía por interés y mantuve la esperanza de que no te amaba realmente. Pero cuando ustedes terminaron, él realmente estuvo deprimido. Fui testigo de su depresión, también fui testigo de todas sus salidas nocturnas. No sabes cómo me dolía ver esto. Mucho tiempo después tome el valor para declararme y para comprobar su falso amor hacia mí.
- Yo no sé que decir... Lo siento...
- No te preocupes! Pero cómo tomó mi hermano esto?
- Él estaba normal.
- No te creo, vi su rostro desesperado cuando volvió del baño y entonces supe lo que pasó.
- Ya no importa.
- Arthur, él te ha amado desde siempre.
- Qué?
- Sí, por eso quiero que tengas paciencia con él y que no te culpes por lo de Francis...

- QUÉ HACEN AQUÍ?
- Alfred!.- dijeron asustados el canadiense y el inglés al unísono al encontrarse unos ojos azules que los miraban.